A pesar del encarecimiento de los materiales de construcción y de los problemas de abastecimiento detectados en diferentes puntos de la Península, los proveedores que suministran a las empresas locales «están cumpliendo sus compromisos y se están recibiendo las mercancías», según se constató en la reunión del comité ejecutivo de la Petita i Mitjana Empresa d’Eivissa i Formentera (Pimeef) celebrada el martes.
Los constructores siguen haciendo frente a una escalada de precios que no remite, «pero no hasta el punto de poner en peligro la actividad», abundó el presidente de Pimeef Alfonso Rojo. En los últimos meses, los problemas en las exportaciones desde China y el aumento de la demanda provocó un aumento de una media del 22%, que ha llegado al 60% en el caso del acero o el aluminio e, incluso, al 120% en el caso de la madera.
Más allá de estos precios «disparados» respecto a los que se trabajaba con normalidad en los últimos años, en estos momentos «no hay un peligro de parón de la actividad», apuntó Rojo. Aunque, dada la incertidumbre actual, «con los dos ojos puestos en Ucrania», no existe ninguna previsión fiable a medio plazo. «Ninguna empresa puede saber cómo deberá vender sus productos dentro de dos semanas si nadie puede saber cuánto costará el gas al cabo de ese tiempo», lamenta.
Industrias catalanas
El representante de la patronal confirmaba el mantenimiento de esta actividad después del alarmante mensaje lanzado ayer por su homólogo en las pymes de Cataluña, Antoni Cañete, en el que advertía de que 320.000 trabajadores catalanes podrían perder su empleo a causa de la imparable subida de la factura de los carburantes y el gas.
«Cataluña tiene un sector industrial muy potente que empieza a tener amenazas de paros en sus cadenas de montaje o en los talleres de mantenimiento industriales», precisó. Además, la industria del motor en esta comunidad se está resintiendo gravemente por la invasión de Ucrania, un país que es fundamental en el sector porque encabezaba la fabricación del cableado para los vehículos.
Antoni Cañete daba ayer a conocer los resultados de la encuesta de actividad a los socios de su patronal, que en el caso de las Pitiüses se presentó la semana pasada, en las que el 45,6% de pymes catalanas reconoce que están sufriendo graves problemas que podrían traducirse en las próximas semanas en Expedientes de Regulación Temporal de Empleos (Ertes).
«Las Pitiusas, en cambio, tenemos una dinámica empresarial principalmente de servicios y la industrial también está destinada al sector de los servicios, así que no tenemos esa dependencia tan grande. Estamos al final de esa cadena», incidió Rojo. Eso sí, un hipotético parón de las empresas en Cataluña, «nos acabará rebotando si dependemos de ellas en la provisión de servicios o de suministros», advierte.
Temporada
Al margen de la coyuntura global, los empresarios pitiusos mantiene las buenas expectativas de cara a la inminente temporada turística. «Los datos que manejamos es que buena parte de las empresas se van a poner en marcha a principios de abril, si no para abrir, al menos para preparar los locales e ir incorporando el personal. De hecho, en la encuesta de actividad de la Pimeef, acabada tres días antes de la invasión rusa, el 60% de los socios preveía mejorar sus resultados respecto a 2021.
