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Patrimonio

El molino de Ca n’Espanyol luce totalmente renovado en Ibiza

Se trata de uno de los conjuntos de extracción de agua más característicos del pla de Vila, que fue la principal zona agrícola de la isla

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Panorámica del molino que se encuentra a la altura de Ca Na Negreta. Vicent Marí

El exalcalde de Ibiza Mario Tur de Montis se había propuesto recuperar los elementos patrimoniales de Ca n’Espanyol, como la antigua casa que da nombre a la finca. Como el resto de las principales explotaciones agrícolas de es pla de Vila, que normalmente pertenecían a familias de Dalt Vila, entraron en decadencia tras la explosión turística.

«Mi madre siempre decía que fue una pena que el abuelo no pudiera arreglar el molino. Fue lo último que se propuso, pero murió [en 1994] antes de poder cumplirlo», recuerda Cristina Andreu Tur. Ella viven en Mallorca, pero, desde pequeña, pasaba varios meses al año en casa de sus abuelos con sus primos. No guarda recuerdos del molino durante su infancia, ya que veraneaba en la finca de es Pou des Cans, en Santa Gertrudis, pero, indagando en su árbol genealógico, asumió como reto personal cumplir con la voluntad de su abuelo.

Un momento de la presentación de las obras de restauración del molino. V.M.

«Es puro sentimentalismo, porque sé que él se pondría muy contento», confiesa Andreu. Gracias a una amiga del barrio palmesano de Sant Jordi, famoso por sus molinos centenarios para la extracción de agua, supo de las ayudas públicas para restaurar los elementos patrimoniales. Le pusieron en contacto con el técnico de cultura de Santa Eulària, Toni Tur, Sendic, y este le recomendó al carpintero José Antonio Clapés, hijo del último gran especialista en la restauración de molinos en Ibiza.

«A partir de allí, fue todo rodado», recuerda Andreu. Así, no puede ocultar una felicidad plena durante la presentación de la reforma del molino de extracción de agua de Ca n’Espanyol, del que solo se conservaba la torre en buen estado. «No toda, porque algunos techos se caían a trozos», precisa.

Convocatoria de ayudas

El Consell de Ibiza aprovecha esta restauración para hacer un llamamiento a los propietarios de bienes inmuebles con valor histórico y animarles a optar a la próxima convocatoria de ayudas para su mantenimiento. «Llevamos más de 1,5 millones de euros invertidos en la recuperación de este patrimonio, que tenemos que cuidar entre todos», destaca la consellera de Cultura, Sara Ramon.

La restauración ha costado 68.885 euros, de los que el Consell ha aportado 41.320

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Estas subvenciones públicas, que se convocan bianualmente, cubren el 85% del coste de los proyectos de rehabilitación. En el caso del molino de Ca n’Espanyol, del total de 68.85 euros que han costado los trabajos, el Consell ha aportado 41.320.

La recuperación del conjunto se ha llevado a cabo en dos fases. Por una parte, Clapés, tras tomar las medidas, construyó toda la rueda con las aspas, de diez metros de diámetro, y el resto de elementos del molino de viento en su carpintería. Mientras, se reparaban las partes de la torre en mal estado. Finalmente, hace pocas semanas, se pudo completar el proceso instalando todo el conjunto con una grúa.

De las norias a las bombas

A falta de registro documental, se desconoce la fecha en que Mario Tur de Montis levantó el molino, pero, por la forma de sus esquinas, el técnico de Cultura del Consell, Joan Ramon, infiere que es de los años cuarenta. «Los últimos molins aiguaders de los que tenemos constancia son de los años cincuenta», precisa.

Junto a los molinos de extracción de agua suele encontrarse una 'sénia' y un 'safareig' más antiguos

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Después, se fueron sustituyendo por bombas de gasoil, que no necesitaban mantenimiento ni depender del viento. Igualmente, estos molinos de extracción de agua habían sustituido a los animales que hacían rodar las antiguas norias de origen andalusí.

Por ello, no es extraño que, como en el caso de Ca n’Espanyol, al lado de la torre con las aspas se encuentre un viejo complejo hidráulico formado por un safareig, una sénia y los corrales para los animales que tiraban de ella. El próximo objetivo de Andreu es restaurar este conjunto y aprovechar las seis hectáreas de terreno para algún proyecto de permacultura

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