El Hospital Can Misses tuvo que derivar ayer a dos pacientes a la Policlínica Nuestra Señora del Rosario para hacerles una resonancia magnética, dado que aún no se ha reparado la suya, averiada desde el viernes.

En un principio, estaba previsto que la reparación se iniciara ayer mismo. De hecho, a primera hora de la mañana el técnico ya estaba en la isla. Sin embargo, las piezas no habían llegado, por lo que no pudo empezar. Desde el hospital confiaban en que la pieza necesaria llegara ayer por la tarde o, como muy tarde, esta mañana.

«La resonancia es una máquina que está operativa siete días a la semana, los 365 días del año, de ocho de la mañana a diez de la noche», indicaron antes de detallar que se emplea para pruebas ambulatorias así como de pacientes que están ingresados. «Se trata, en general, de pruebas complementarias a radiografías o biopsias, no urgentes», explicaron. Desde el hospital matizaron que la «compresión medular» es el único caso en el que una resonancia no puede esperar.

En cuanto la resonancia esté reparada se dará prioridad a los pacientes afectados por la suspensión de las pruebas desde el pasado viernes y se les reprogramará la cita «lo antes posible», aseguraron en Can Misses.

La dirección de Can Misses detalló que el mismo viernes la empresa que se encarga del mantenimiento de la máquina ya hizo un primer «diagnóstico remoto». En él, continúa un portavoz del Área de Salud, se comprobó que el alcance de la avería «era leve» y que únicamente requería la sustitución de la pieza estropeada.