Las aventuras en la India de una educadora social de Ibiza

En muy poco tiempo Ángela García Rodríguez (Salamanca, 1994) ha cumplido dos sueños: viajar a la India y escribir un libro. El primero lo hizo realidad a principios de 2020, justo a las puertas de la pandemia, y el segundo en plena crisis del covid. Los dos van enlazados porque ‘Entre el amor y el odio: India. Diario de una mochilera’, el título de su primer retoño literario, es el relato de las aventuras que esta joven salmantina residente en Sant Agustí vivió en el país asiático. Lo autopublicó con Amazon y desde septiembre de 2021 se puede encontrar en su plataforma, además de en la Llibreria Mediterrània, en Ibiza.

Ángela García cuenta que «desde pequeña tenía obsesión con la India», pero nunca encontraba el valor o la persona que le acompañara a descubrir este país. «Siempre me ha fascinado conocer otras culturas, otras religiones, la búsqueda espiritual», explica la joven, que, además de ser educadora social en un instituto de Sant Antoni, está estudiando antropología.

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En 2019, como si tuviera una premonición de lo que iba a ocurrir a partir de 2020, a Ángela García le entraron las prisas por hacer realidad su anhelo. Se decidió y proyectó un viaje de 33 días a la India. Voló allí el 28 de enero de 2020. Como relata en su libro-diario, su primer día en Nueva Delhi fue «agobiante»: «Ruido, gente tocándome y hablándome, todo el mundo mirándome», aunque poco a poca las cosas fueron mejorando. Fue en la capital de la India, nada más comenzar su viaje, cuando conoció a Jesús, compañero y amigo en esta aventura y el principal responsable de que se haya animado a publicar su libro.

En la India vivió toda clases de aventuras tratando de descubrir la esencia del lugar. «Conocí a un montón de gente, hice autostop por primera vez en mi vida, comí en restaurantes de carretera, estuve en pueblos sin cobertura, me perdí, se me quitó el miedo a las vacas, que allí son sagradas, caí enferma estando en Varanasi, acaricié a perros callejeros a pesar de las advertencias de mi familia...», rememora la salmantina, que quiere con locura a su perra Kiara, a la que echó mucho de menos durante su viaje.

Todas estas situaciones las narra en su diario, que empezó a escribir a su regreso a Salamanca mientras se recuperaba de una diarrea aguda que la tuvo en cama quince días. Poco después de terminar el confinamiento se mudó a Ibiza, donde vive Jesús, y aquí sigue. La experiencia en la India ha supuesto un «cambio radical» en su vida y le ha permitido crecer como persona. La imagen que le queda tras este viaje es que es un país lleno de contrastes: «Cutre y elegante, caótico y pacífico, contaminado y natural...». La India no le ha decepcionado y tiene claro que quiere volver y «hacerlo con una mentalidad más abierta». Ya está ahorrando mientras planea un nuevo sueño, abrir allí un refugio para perros callejeros.

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