Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Nueva ley turística

Hoteleros de Ibiza y CAEB avisan de que las camas elevables son «un riesgo» para clientes y ‘kellys’

La Asociación Española de Directores de Hoteles y la CAEB alertan de que pueden poner en peligro «la integridad física» de los alojados y de las camareras de piso: «Pueden aplastar un brazo o una mano»

Una camarera de piso retira una cama para limpiar una habitación de hotel. | J.A.RIERA

Mientras el Govern balear incluye en la nueva Ley Turística la obligación de que los establecimientos hoteleros tengan camas elevables para facilitar el trabajo de las camareras de piso y que así, al haber una menor carga de trabajo, se reduzcan sus problemas articulares, musculares y óseos, por ejemplo patologías en la espalda, parte de la patronal hotelera advierte de que algunos modelos pueden suponer «un riesgo» tanto para los clientes como para las camareras de piso.

La presidenta de la Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH) en Balears, Alicia Reina, considera que el Ejecutivo «se ha precipitado con esta medida», ya que la ha adoptado «sin hacer un estudio previo sobre si eso beneficia o aún hace menos llevadero el trabajo» de esas empleadas. Su asociación ha consultado con establecimientos españoles donde ya se han instalado esos modelos de camas y les han advertido de que «la experiencia no ha sido buena». Les han expuesto varios motivos, por ejemplo, que «los modelos que se comercializan suponen un riesgo laboral, pues pueden aplastar un brazo y hacer inestable la cama mientras se utilizan». Muchas kellys «deciden no hacer uso del sistema de elevación porque requiere ejercer una presión», a modo de palanca, que les carga la espalda. Cuando se conoció esta obligación, el presidente de la asociación de Petits i Mitjans Hotels de Mallorca, Juan Manuel Ordinas, pidió un estudio de salud laboral sobre lo que puede implicar instalar camas elevadoras en relación «con el peso y con el tiempo para manipularlas».

«En los hoteles de nuestros asociados -cuenta Reina- donde se ha implementado nos indican que finalmente no se utiliza el elevador de las camas porque las camareras los ven incómodos, pesados y que les hacen perder tiempo. Si después del esfuerzo en la inversión resulta que luego no se utilizan, tenemos un problema».

Suponen también, a juicio de Reina, «un riesgo para la integridad física de los clientes», pues el sistema de elevación suele estar a la vista, de manera que nada impide que ‘jueguen’ con él: «Cuando descubran que aquello sube y baja, pueden utilizarlo incorrectamente y con ello aplastarse un brazo o una mano». O también «ocasionar muchas averías», como ya está ocurriendo en los hoteles que ha consultado su asociación. Por eso cree que hay que encontrar un modelo «que no entrañe riesgos laborales ni riesgos para la integridad física» de clientes y camareras de piso. De momento, no han hallado «ninguno que cumpla esa característica».

«Cuando descubran que aquello sube y baja, pueden utilizarlo incorrectamente y con ello aplastarse un brazo o una mano»

decoration

José Antonio Roselló, vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), también advierte de que abundan «los ejemplos de hoteles en los que, tras cambiar las camas que tenían por otras elevables, las camareras no usan ese mecanismo porque no es eficaz», por motivos como, por ejemplo, «el peso» que tienen. También por razones que no se han tenido en cuenta, como «complicaciones» añadidas a la hora de «limpiar recodos» o nuevos espacios de difícil acceso creados por esos innovadores mecanismos. Y alerta, como Reina, del «mal uso» que pueden darle los clientes. También recuerda que esta no era una reivindicación de las camareras de piso.

Manuel Sendino, gerente de la Federación Empresarial Hotelera de las Pitiusas, cree, no obstante, que hay que «esperar» a que el Govern aporte (al parecer hoy) un estudio sobre los beneficios que reporta ese sistema, a la vez que señala que en su sector no son «expertos en ergonomía». «Intuitivamente -comenta- si algo resta trabajo y o automatiza, en principio puede resultar beneficioso». En la federación «nadie ha probado» ese tipo de mobiliario.

«Con más de 55 años es inasumible ese esfuerzo físico»

Tanto Reina como Roselló avisan de que «falta aclarar a qué hoteles afecta o si afecta a todos, tanto a la hotelería independiente como a las grandes cadenas», la implantación de camas que puedan ser elevadas. «No se sabe, además, si se deben reemplazar por adaptadores o hay que cambiar todas las camas. Es un lío», señala el vicepresidente de CAEB. Y ambos coinciden, además, en que la sustitución de las camas tradicionales «debería ser una opción, no una obligación», y se debería «incentivar» mediante «un plan de financiación a la medida de las circunstancias», apunta Reina, dado que «el sector hotelero y turístico lleva, durante la pandemia, dos años continuados de sequía financiera y económica, por lo que no está en disposición de poder asumir esta inversión en exclusiva». Hay una coincidencia más: «Si realmente se aspira a ayudar eficientemente a las camareras de piso sería más adecuado bajar la edad de jubilación de este gremio, ya que con más de 55 años es inasumible un esfuerzo físico como el que implica esta profesión», explica la presidenta de AEDH. «Supone un gasto enorme y sobrevenido», alerta Roselló.

Compartir el artículo

stats