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Arte

Las 'Pissarres Pitiüses' de la Escola d’Art de Ibiza: Entre ‘La noche estrellada’ de Van Gogh y la psicodelia

Una veintena de estudiantes de segundo de Bachillerato del centro participan junto a la artista ibicenca Aida Miró en la iniciativa de arte efímero creada por Julia Fragua

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Las 'Pissarres Pitiüses' de la Escola d’Art de Ibiza: Entre ‘La noche estrellada’ de Van Gogh y la psicodelia Vicent Marí

Aida Miró contempla con detenimiento la pizarra, ubicada a la entrada de la Escola d’Art de Ibiza. Apenas queda un hueco vacío. Se nota que los alumnos de segundo de Bachillerato se han explayado a gusto con las tizas y los pasteles. «Lo veo bastante recargado así que estoy borrando alguna cosa», confiesa la artista ibicenca, invitada por el centro a participar en la nueva edición de 'Pissarres Pitiüses'. Calculaba que hacer el mural llevaría cinco horas (de las 9 a las 14 horas), pero es mediodía y la obra de arte efímero se puede dar ya por concluida. «No esperaba la participación que ha habido al principio. El primer grupo se ha lanzado y casi no ha dejado espacio al segundo», relata. La pintora Julia Fragua, profesora de dibujo artístico en la escuela y creadora de esta iniciativa, le da la razón: «Pensaba que iban a ser más comedidos, pero en cuanto Aida les ha explicado que podían pintar lo que quisiesen se han tirado enloquecidos sobre la pizarra y apenas han dejado hueco para los siguientes, casi les hemos tenido que parar los pies».

Los estudiantes, en pleno proceso creativo. Aida Miró

A Fragua le «encanta» el resultado de este trabajo colectivo. «Es alegre y divertido», dice. Aida Miró lo tilda de «totalmente psicodélico», tanto como la película que le ha inspirado la idea básica para esta edición de 'Pissarres Pitiüses'.

Del anime a Maléfica

«La imagen que he plasmado me vino viendo anoche una película de animación japonesa de 1973 que se titula ‘Belladonna of Sadness’, cuyo guion está basado en la historia de Juana de Arco con elementos del libro ‘La Sorcière’, de Jules Michelet», explica señalando en la pizarra la figura central del mural. Representa una «especie de esfinge» con cuerpo de león y cabeza de mujer-demonio, adornada con grandes cuernos que a Víctor Torres le recuerdan a Maléfica, el personaje de Disney. Este joven de 17 años es uno de los primeros que a la nueve de la mañana ha cogido tiza y pastel para dejar su impronta artística en el mural. «He pintado una flor azul en la cola de la esfinge que ya no está y un par de detalles en color naranja», comenta el estudiante. Torres ha disfrutado especialmente con la oportunidad de trabajar conjuntamente con otros compañeros y opina que «esta actividad se debería hacer más veces empleando otras técnicas como el óleo, la acuarela o el espray».

Aida Miró da los últimos retoques a la obra. Vicent Marí

«No he querido hacer un diseño cerrado. Lo que hecho es marcar la figura de la esfinge y a partir de ahí he dejado libertad a los estudiantes para que dibujaran lo que ellos desearan. No les he dado directrices, solo consejos. Enseguida se han ido al color, porque la imagen inicialmente era mucho más oscura», señala Miró respecto al proceso de creación de esta pizarra artística.

Para Dayana Sarria, como para Torres, es su primera ‘Pissarra Pitiusa’ y el hecho de «trabajar con distintos trazos y colores» y dibujar con más gente, «cada uno con su estilo», le ha gustado especialmente. Ella es la autora de los simpáticos «tomates reyes» que en el mural se están entregando flores y del «tomatito astronauta». También ha dibujado un par de setas.

El sol que ilumina una de las esquinas del mural y una planta florida han salido de la imaginación de Irene Corbalán. «La experiencia ha sido toda una sorpresa. Me ha gustado mucho poder aportar un cachito de mí misma a esta obra. Al principio ha costado arrancar. Hemos empezado tres o cuatro personas, pero luego, al ver el resultado, se ha ido sumando cada vez más gente», comenta esta joven de 17 años.

En la pizarra asoman rostros femeninos, flores, mariposas, ojos, una hamburguesa, un paisaje costero y hasta ‘La noche estrellada’ de Vincent Van Gogh. Sarah Béjar ha sido la estudiante que ha tenido la idea de tomar como fuente de inspiración una de las obras maestras del pintor holandés. «Acabamos de estudiar este cuadro», explica. Béjar ha disfrutado mucho utilizando un material como la tiza, «una técnica que en la escuela apenas usamos». «Con la tiza y los pasteles se pueden juntar muchos colores y el resultado es muy llamativo y colorido», afirma esta alumna de segundo de Bachillerato para la que ha sido un placer trabajar en grupo. «Todos tenemos un amor común, el arte, pero cada uno con su estilo», concluye.

Algunos estudiantes retratan con sus móviles el mural, en la entrada del centro educativo. Vicent Marí

Recuerdos estudiantiles

También Aida Miró ha disfrutado mucho con el proceso creativo de esta obra efímera, a pesar de que nunca había pintado sobre una pizarra y que apenas había trabajado con tiza y pastel. Cuando Fragua le propuso participar en ‘Pissarres Pitiüses’ le hizo ilusión porque ella perteneció «a la primera tanda de estudiantes que hicieron Bachillerato Artístico en las Pitiusas en la Escola d’Art», aunque en sus tiempos, recuerda con nostalgia, el centro tenía su sede en la avenida de España, en «un edificio en el que se respiraba historia». Puede que este mural no sea la única aportación que haga a la escuela. «Me han propuesto hacer murales en la parte exterior del centro», explica esta artista multidisciplinar que vive a caballo entre Ibiza y Nueva York. «Con la pandemia estoy más en la isla», explica Miró, que combina los murales, con pintura al óleo, live painting y performance. En estos momentos, adelanta, está dedicándose a «pintar cuadros para próximas exposiciones».

Julia Fragua, que ha seguido en todo momento la actividad, en la que han participado «en torno a una veintena de alumnos», explica por qué escogieron a Miró para ‘Pissarres Pitiüses’. «Pensamos que Aida, como es muralista y está acostumbrada a hacer obras de grandes dimensiones, sería ideal. Ya le había tirado los tejos hace tiempo, pero como vive entre Nueva York y Ibiza hasta ahora no ha podido ser», comenta.

La docente y pintora recuerda que la iniciativa ‘Pissarres Pitiusas’ nació en 2014. Se inspiró en la «Escuela de Arte de La Rioja, que tiene dos pizarras gigantes en las que hacen intervenciones». «La idea me pareció fascinante y decidí que sería bueno trasladarla a nuestro centro para promocionar el arte y a los artistas de las Pitiusas, además de la Escola d’Art de Ibiza», detalla. «Hemos hecho pizarras más o menos cada trimestre, pero a causa de la pandemia la iniciativa estuvo parada dos años. La retomamos este curso, en noviembre, cuando dos estudiantes de segundo de Bachillerato, Judith Tur e Irene Torres, hicieron un mural con motivo del Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer», añade.

Promoción de artistas locales

Fragua detalla que por ‘Pissarres Pitiusas’ han pasado hasta ahora, además de Miró, los artistas Jesús Albarrán, Rom Ero y Bruno Preciado, que fue alumno de la Escola d’Art d’Ibiza. El resto de las intervenciones en pizarra que se han llevado a cabo desde 2014 las han realizado alumnos del centro o estudiantes con profesores, como la que dirigió la propia Fragua.

«¡Qué bonito ha quedado!», comentan varios alumnos al cruzar por delante de la pizarra. Aida Miró acaba de poner su firma con tiza. Nadie ha bautizado todavía el mural. «Podríamos llamarle ‘Belladonna of Happiness’», sugiere la artista tras recordar de nuevo a la protagonista del largometraje que le ha servido de inspiración, que se ha liberado de su aura dramática en esta versión tan colorida y psicodélica creada por los estudiantes de la Escola d’Art d’Ibiza.

La directora del centro, Marian Ferrer, que también se ha acercado a contemplar el trabajo de los alumnos y de Miró se muestra muy satisfecha con el resultado. «Ha sido un éxito total y absoluto. Los estudiantes se han implicado al 100%. Han conectado con Aida», asegura antes de coger el móvil y retratar a Miró y a Fragua delante del mural.

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