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Naufragio en Ibiza: El ‘Charpat Segundo’ está hundido a 25 metros y de momento no se prevé reflotarlo

La Guardia Civil investiga las causas del naufragio del barco, en el que falleció su patrón

Los servicios de emergencia que se desplegaron en la noche del miércoles en el puerto de Ibiza.

El pesquero ‘Charpat Segundo’, que naufragó la noche del miércoles poco antes de las 20 horas al salir del puerto de Ibiza y en el que falleció su patrón, lo hizo a causa de un choque contra las rocas del cabo de Punta Grossa, entre el faro de es Botafoc y s’Illa Grossa. Así lo contó un hombre que estaba pescando en esas mismas rocas y que presenció como el barco se aproximaba de proa hacia él, por lo que tuvo que apartarse rápidamente y tirar incluso los aparejos de pesca.

Tras la colisión, el testigo observó trozos de la proa flotando y cómo el arrastrero, que parecía «tener una vía de agua», intentaba navegar en dirección a puerto. Pocos minutos después, el barco se hundió con sus tres tripulantes, que fueron rescatados del agua por una zodiac del ferri ‘Formentera Jet’, alertado por los gritos de testigos presenciales que, en un primer momento, intentaron ayudarles «lanzándoles una cuerda».

La Cofradía de Pescadores de Ibiza alzó a media asta la bandera durante el día de ayer en memoria al pescador fallecido.

La Cofradía de Pescadores de Ibiza alzó a media asta la bandera durante el día de ayer en memoria al pescador fallecido. Vicent Marí.

Inmediatamente fueron trasladados a tierra, donde los servicios de emergencias del SAMU comenzaron a realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzada durante 45 minutos al patrón del arrastrero, Vicent Ramón, ibicenco de 56 años de edad. Finalmente, los sanitarios no pudieron hacer nada por salvar su vida, comunicaron desde Capitanía Marítima.

Los otros dos tripulantes del pesquero, un varón de 37 años de nacionalidad española y otro de 45 años de origen marroquí, fueron desplazados al hospital Can Misses con síntomas de hipotermia, pero ambos fueron dados de alta ayer, indicaron desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera.

Hasta el puerto se desplazaron dos ambulancias del 061. También intervinieron dotaciones de Salvamento Marítimo, la Policía Local de Ibiza, Guardia Civil y servicio forense, además del ferri ‘Formentera Jet’, que acudió al socorro de los tripulantes en los primeros momentos.

Vicent Roman. José Miguel L. Romero

A 25 metros

El área del naufragio se balizó ayer y buceadores procedieron a examinar la zona del trágico suceso. El barco se encuentra hundido a 25 metros de profundidad y de momento no hay previsión de reflotarlo, según apuntaron desde Capitanía Marítima. Por el momento, se desconoce el motivo que llevó al pesquero a desviarse en su navegación hasta chocar con las rocas de la zona de Punta Grossa. La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación, que permanece abierta, para esclarecer las causas del accidente.

El ‘Charpat Segundo’ tenía 19,2 metros de eslora y era uno de los tres últimos arrastreros que quedaban en Ibiza. Partía ayer hacia Benicarló (Castellón) para ser sometido a tareas de mantenimiento en los astilleros.

El velatorio en memoria de su patrón será hoy a partir de las 13 horas de Pompas Fúnebres Ibiza y a las16 horas tendrá lugar el funeral en la iglesia parroquial de Sant Antoni.

Una vida en el mar

Vicent Ramón había dedicado toda su vida a la mar. Desde hace 18 años era el patrón del ‘Charpat Segundo’ y antes fue mecánico en el ‘Rafael Llopis’ y en el ‘Vicenta Ballester’. En un reportaje publicado en Diario de Ibiza en 2021, el pescador ibicenco mostró su intención de jubilarse este año.

Ramon no veía claro su futuro inmediato debido a las severas restricciones a la pesca de arrastre ordenadas desde la UE y aplicadas por España el año pasado. «Quedan pocos días para trabajar con esa resolución, a lo que hay que añadir la parada biológica de un mes», se lamentaba en el reportaje.

Concienciado con el medio ambiente, Ramon respetaba mucho la posidonia oceánica. No hay praderas de esta planta marina a partir de los 40 metros porque la luz no llega a esa profundidad. Por eso siempre trabajaba a partir de los 50 metros, y como mucho hasta los 150 metros con sus 710 metros de red, explicó entonces. Además, tendía las redes en fondos arenosos, pues si hay piedras podrían romperse. «Lo último que quiere un pescador es tener que remendarlas. Valen un dineral», dijo.

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