El primer teniente de alcalde de Sant Antoni, Joan Torres, del Pi, se desmarca de sus socios de gobierno, PP y Ciudadanos, por el «elevado» coste del nuevo contrato con la Televisión d’Evissa i Formentera (TEF), que, hasta mayo de 2023, asciende a algo más de 152.000 euros por la producción y emisión básicamente de un programa semanal de noticias. De hecho, Torres votó en contra de la firma de este contrato en la junta de gobierno extraordinaria celebrada el pasado día 30, aunque no sirvió de nada porque se impuso la mayoría que ostentan PP y Ciudadanos en este órgano. Hace unos días, el grupo PSOE-Reinicia denunció que este contrato a dedo «incumple la ley de publicidad institucional» que establece que ésta se debe repartir con «criterios objetivos» como la audiencia.

Torres admite su «decepción y preocupación» sobre este asunto y explica que en la junta de gobierno extraordinaria del día 30 pidió a sus compañeros de gobierno que este punto se dejara sobre la mesa, aunque no le hicieron caso. El primer teniente de alcalde se quejó de «las formas» porque «un contrato de este calado se debe ver en una junta ordinaria, no extraordinaria». Además, se rompió de nuevo «el pacto no escrito» entre los tres componentes del gobierno de centroderecha de que los asuntos que se elevan a la junta de gobierno deben estar previamente «consensuados».

En este sentido, el concejal del Pi asegura que estas acciones «dificultan el día a día del equipo de gobierno».

Además de por las formas, el primer teniente de alcalde también discrepa con sus socios con «el fondo». Primero, Torres considera que la cuantía de este contrato es «excesivamente alta» y se debe reducir. Hay que tener en cuenta que el presupuesto municipal de este año prevé 135.000 euros en gastos de publicidad institucional, de los cuales 107.000 euros, el 79% del total, se destina sólo a este contrato con la TEF a pesar de que, tal como denunció PSOE-Reinicia, incumple la ley de publicidad institucional que obliga a repartir los fondos públicos con criterios objetivos como la audiencia.

Diario de Ibiza es el medio de comunicación de las Pitiusas con mayor difusión, y con diferencia, según los últimos datos del Estudio General de Medios (EGM), con 27.000 lectores diarios de la edición en papel. Además, según la OJD interactiva, la web de Diario de Ibiza acumulaba en 2021, hasta noviembre, una media de 60.000 usuarios únicos diarios. En cambio, la TEF mide su audiencia con un estudio de una empresa privada no reconocida por el sector de medios, anunciantes y agencias de publicidad, cuyo resultado además queda muy por debajo de la difusión de Diario de Ibiza.

Precisamente, Torres afirma que el gasto en los medios de comunicación se debe basar en «los estudios de difusión de medios de las instituciones oficiales» y que, «otros gastos, como los programas que se quieran contratar, se hagan a través de un concurso público».

El Consistorio justifica el contrato a dedo con la TEF en el hecho de que es la única empresa en la isla que dispone de licencia de comunicación audiovisual para el servicio público de televisión. Sin embargo, Torres destaca que al licitar el servicio se logra, aunque sólo optara una empresa, que «se ajusten» los precios, al tiempo que propone que se separe la producción de los programas, debido a que hay «muchas empresas de la isla que estarían interesadas en esta parte del contrato».

Dudas sobre la necesidad

El primer teniente de alcalde también reconoce que tiene «muchas dudas» sobre la necesidad de que se pague por la producción y emisión de un programa semanal de noticias, cuando muchas de ellas ya se difunden por los medios de comunicación a coste cero. «Otra cosa es que se quiera destinar una partida a un programa sobre Sant Antoni, pero no de repetición de noticias», justifica Torres, que insiste sobre todo en que su partido defiende el sistema de «concurrencia pública».

Torres recuerda, en este sentido, que recientemente también votó en contra en junta de gobierno de la contratación de la elaboración e instalación de una escultura de un tirachinas del artista Enrique Saavedra, con un coste de 72.000 euros, al no haberse convocado un concurso abierto.