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Arte urbano

La ibicenca Caterina Tur deja huella en Essaouira con el mural ‘Las Sonrisas de Mogador’

La artista, que tiene las Pitiusas como segunda residencia, trabaja en una obra de gran formato dedicada a la población infantil de esta ciudad marroquí, que también intervendrá en la realización del trabajo

La artista Caterina Tur dibuja uno de los diez rostros del mural ‘Las Sonrisas de Mogador’. | GAEL FARANO

El muro exterior del Ayuntamiento de Essaouira se ha convertido en el lienzo de uno de los proyectos más ambiciosos y grandes de Caterina Tur Julbe (Barcelona, 1982), ‘Las Sonrisas de Mogador’. La artista, de padre ibicenco y residente por temporadas en la isla, lleva trabajando un par de semanas en este mural gigante, de 30 metros de ancho por 2,5 metros de alto, compuesto por los rostros sonrientes de cinco niñas y cinco niños de esta ciudad marroquí y por tres de sus animales más emblemáticos, los gatos, las gaviotas y las sardinas.

La obra hiperrealista está dedicada a la población infantil de Essaouira porque, destaca Tur, «los niños son la esperanza de cualquier ciudad». El objetivo del proyecto, dice, «es unir a los pequeños de esta ciudad turística en torno a un logro artístico».

Las imágenes de los niños que aparecen en ‘Las Sonrisas de Mogador’ han sido seleccionadas entre los retratos realizados por el fotógrafo franco-italiano Gael Farano a los 45 estudiantes de ocho a doce años que asisten dos veces a la semana a clases de teatro en inglés en la sede de la Asociación Essaouira Mogador. Esta entidad, de la que es responsable Kaoutar Chakir, es la que ha facilitado los contactos con la administración municipal para hacer posible este proyecto, señala Tur.

Será el alumnado de esta clase que une la enseñanzas de interpretación e inglés el que, en enero, le dará la pincelada final al mural. «Se trata de crear un vínculo entre el lugar intervenido y la obra y de que los niños participantes sientan aún más orgullo de su trabajo», afirma la artista ibicenca.

Los estudiantes se encargarán de pintar con pinceles el fondo del mural con las formas geométricas, los motivos y los colores de la cerámica típica de Essaouira. Antes, descubrirán el mundo del street art a través de un taller organizado por la Asociación Essaouira Mogador y dirigido por Tur y Farano.

Gael Farano, Caterina Tur y Kaoutar Chakir. | YOUSSEF

Todo está pensando en este proyecto, empezando por el lugar escogido para hacer el mural. «Buscamos un espacio que no quedara escondido sino que se contemplara bien desde lejos para que lugareños y visitantes lo pudieran disfrutar. De hecho, la obra se ve muy bien desde la medina de Essaouira», asegura Tur.

Antes de que la artista ibicenca se pudiera poner manos a la obra, operarios del ayuntamiento de la localidad marroquí hicieron algunos arreglos en el muro. Luego la artista preparó su superficie «con Colaflex para que la pintura aguante» ya que en Essaouira, al ser una localidad costera, «hay mucha humedad», comenta.

Durante cinco noches, Tur ha estado dibujando con rotulador negro permanente los rostros de los niños y el resto de motivos del mural con la ayuda de un proyector. Ayer ya empezó a pintar las caras de los pequeños «con diferentes tonos de grises en la escala del negro al blanco». «No empleo espray sino pincel, a la vieja usanza», explica la artista, que prevé terminar con la obra el próximo 7 de enero. En las dos últimas jornadas los niños, que han visto a diario cómo avanza el trabajo, tendrán la oportunidad de intervenir en el mural, pintándolo con colores como el turquesa, el amarillo, el azul o el marrón, típicos de la artesanía y el paisaje urbano de esta ciudad. Farano se encargará de hacer fotos y un videorreportaje de todo el proceso creativo, que luego formarán parte de una exposición.

Tur destaca que esta iniciativa forma parte de las actividades culturales y artísticas que lleva a cabo la Asociación Essaouira Mogador, una entidad que aglutina a árabes y judíos, que «continúa así con su compromiso histórico de embellecer la ciudad y apoyar la cultura, el arte y a los creadores».

La autora del mural, que estudió Bellas Artes y Diseño de Moda en Barcelona, está muy ilusionada con este proyecto y con Essaouira, una ciudad que descubrió hace dos años y a la que se fue vivir con Farano, que es su pareja, el pasado mes de noviembre. «En Ibiza encontrar vivienda a buen precio es difícil así que decidimos instalarnos aquí en invierno y luego ir a la isla en temporada», comenta. Tur tenía la intención de viajar en Navidad a las Pitiusas para visitar a la familia, pero Marruecos cerró las fronteras «el pasado 6 de diciembre» así que quedó con las ganas. Le consuela el hecho de tener este proyecto tan grande entre manos y que en Essaouira se siente «como en casa» porque le recuerda mucho a Ibiza. Lo contaba ayer, a punto de coger los pinceles para empezar a pintar ‘Las Sonrisas de Mogador’.

La idea es que el proyecto siga creciendo y que ‘la Ciudad de los Vientos Aliseos’ acoja más murales de la artista ibicenca, con los niños de Essaouira de nuevo como protagonistas.

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