Todo está preparado para recibir a la reina Sofía. A las cuatro y media de la tarde, sesenta minutos antes de la hora programada para su llegada a la Plaza de España, apenas se ve movimiento de residentes o visitantes por la zona, en la que se ha desplegado un amplio dispositivo de seguridad integrado por agentes de la Policía Local y Nacional que comienza en la calle de Sa Carrossa.
Justo frente a la iglesia de Santo Domingo se acaban de sentar Sonia y Ana. Sus entradas impresas en papel las delatan, van al concierto del octavo Ciclo de Música de Cámara de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España. Han llegado temprano para asegurarse un buen sitio. En cuanto salieron las entradas, las reservaron en la web del Ayuntamiento de Ibiza. Les gusta mucho la música clásica y, por supuesto, también tienen curiosidad por ver a la madre de Felipe VI. «Es una gran melómana», comentan.
El protocolo es estricto. Los medios de comunicación tienen que esperar la llegada de la reina emérita junto a la antigua casa consistorial. En el mirador se han instalado dos tarimas, una para las autoridades y otra para la prensa.
Con apenas unos minutos de diferencia llegan a la Plaza de España dos minibuses con invitados al evento. A las cinco y media aparecen tres vehículos más. El primero transporta a la reina emérita, que nada más bajar saluda al anfitrión y alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz; a la Delegada de Gobierno de Balears, Aina Calvo; al conseller de Movilidad y Vivienda del Govern, Josep Marí Ribas Agustinet; y al conseller Mariano Juan, que ejerce de presidente en funciones del Consell de Ibiza.
Doña Sofía prosigue los saludos. Uno a uno, se van presentando el alcalde de Córdoba, José María Bellido, y las representantes municipales de los ayuntamientos de Mérida, Toledo y Baeza, Pilar Amor, Mar Álvarez y Rosa Martínez. Están también en la comitiva la directora de la Fundación Albéniz, Julia Sánchez, la secretaria general del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España (Gcphe), Sonsoles Guillén, y su gerente, Ángel Rosado. «No han podido acudir más alcaldes del Grupo a la cita porque muchos hoy inauguran en sus ciudades el alumbrado navideño», explica poco después Rosado.
Doña Sofía, vestida con un elegante traje pantalón de color negro con detalles y fular en tonos beige y marrón, parece deslumbrada por las magníficas vistas al mar y a Formentera que ofrece el mirador del ayuntamiento. Calvo comenta que hace un día estupendo y Rosado alaba la belleza del atardecer en el Mediterráneo. «La reina es una enamorada del Mediterráneo y nosotros también. Para los que venimos de ciudades como Baeza, Mérida, Ávila o Toledo, que tenemos unos inviernos tan fríos, es siempre un gusto viajar a Ibiza», explica poco después a la prensa el gerente del Gcphe, que destaca también que doña Sofía siempre apoya a las Ciudades Patrimonio.
Explicaciones sobre la posidonia
Rafa Ruiz aprovecha el momento para explicarle a la reina emérita que no solo el recinto amurallado de Ibiza es Patrimonio de la Humanidad sino también la posidonia. La reina le pregunta con curiosidad si con tanto turismo esta planta acuática no está deteriorada. El alcalde de Ibiza le reconoce que sí.
Tras la foto de familia con vistas al mar, toca firmar el Libro de Oro de la ciudad en la Sala Capitular del Ayuntamiento. Luego los allí presentes se dirigen a la Iglesia de Santo Domingo. A la entrada les recibe el obispo electo de Ibiza, Vicent Ribas, al que Rafa Ruiz agradece el generoso gesto de haber cedido este templo de Dalt Vila para llevar a cabo «el concierto inaugural» de la octava edición de este ciclo organizado por la Escuela Superior de Música Reina Sofía y el Grupo de Ciudades Patrimonio.
La iglesia está abarrotada. El espacio está aprovechado al máximo. Incluso hay sillas plegables en las capillas. El Ayuntamiento calcula que hay unas 200 personas, entre los invitados y los ciudadanos que han reservado previamente entrada.
Música y patrimonio
Al entrar doña Sofía, suenan los primeros aplausos. La reina ocupa un asiento central en primera línea. A ambos costados tiene a Rafa Ruiz y a Aina Calvo.
El alcalde de Ibiza ofrece un breve discurso de agradecimiento en nombre del municipio y como vicepresidente de la Comisión Ejecutiva del Grupo. Recuerda que este evento estaba programado para octubre del año pasado, cuando Ibiza presidía el Gcphe, pero se tuvo que suspender por la situación sanitaria. «Quiero agradecer a la Reina Doña Sofía su presencia y su compromiso con Ibiza y con el Grupo. Es un orgullo contar con su apoyo», destaca. Después alaba el Ciclo de Música de Cámara y asegura que «es una de las citas más destacadas de la agenda cultural de las ciudades Patrimonio de la Humanidad». «La cultura y el patrimonio constituyen uno de los mayores atractivos para diversificar la economía en un momento como el actual», subraya antes de concluir con unas palabras de agradecimiento al público de Ibiza que asiste al evento.
"La reina Sofía es una persona muy cercana"
Aparecen en escena Maylin Cruz, soprano; Olga Syniakova, mezzosoprano; Jorge Puerta, tenor, y Duncan Gifford, pianista. Doña Sofía consulta el libreto del programa. La primera pieza que suena es una obra sacra de Mozart, las ‘Vesperae solemnes de confessore’, K. 339. Durante el concierto se suceden también composiciones de Rossini, Verdi, Mendelssohn y Schumann, entre otros. El público aplaude entusiasta y los cantantes ofrecen un bis muy apropiado para las fechas que se avecinan, el ‘Terceto Tecum principium’ del ‘Oratorio de Navidad’, de Camille Saint-Saëns. Tras recibir los artistas un detalle floral de manos de la pequeña Agnès Ballesteros, el público permanece sentado mientras la reina y algunas de las autoridades, entre ellas el obispo de Ibiza, se dirigen a la capilla del Cristo del Cementerio para saludar a los protagonistas del concierto. Allí, como comenta a posteriori Vicent Ribas, hablan de la historia de la Cofradía del Santísimo Cristo del Cementerio. «La reina se ha mostrado muy interesada. Es una persona muy cercana», asegura el obispo.
Lo mismo piensa la primera teniente de alcalde de Ibiza, Elena López, que tiene la oportunidad de saludar a doña Sofía junto a otros miembros de la corporación municipal cuando sale de la capilla. «Estamos muy agradecidos de que haya mantenido su palabra y haya venido a Ibiza. Ha dicho que estaba muy contenta de estar aquí y que espera poder volver pronto ya sin mascarilla», explica.
Los vecinos de los apartamentos Don Pepe trataron, sin éxito, de entregar un manifiesto a doña Sofía
La reina emérita saluda con la mano a diestro y siniestro mientras el público con móviles y tabletas trata de retratarla. Entre los asistentes, están un grupo de amigas de Ibiza y Sant Josep. Todas, dicen, han ido a disfrutar de la música clásica, solo la josepina confiesa que se ha apuntado al evento expresamente para ver a la reina. Muy cerca están dos parejas de amigos, Manoli y Eusebio y Ángela y Luis, que comentan lo buena que es la acústica de la iglesia. Salen contentos del concierto. «Ha merecido la pena», aseguran , aunque no han podido ver casi a la reina. Los que, al parecer, se han quedado con las ganas de acercarse a doña Sofía han sido los vecinos del edificio Don Pepe, que siguen luchando para tratar de salvar sus viviendas y evitar su desalojo. «No hemos podido acceder a la iglesia, pero he conseguido entregar un manifiesto al jefe de seguridad de la Casa Real», explica vía telefónica la portavoz de los vecinos, Silvia Hernández.
