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Evarist Torres: Incertidumbre de ruinas infinitas

El fotógrafo ibicenco Evarist Torres reflexiona sobre las ruinas como «símbolo de los tiempos que vivimos» en su proyecto ‘Incertesa (de les runes infinites)’, que incluye una intervención en una estructura abandonada, una exposición y un libro

Una de las imágenes del proyecto ‘Incertesa (de les runes infinites)’ incluida en el libro del mismo título.

Fotografías de ruinas colgadas en las paredes de una estructura en ruinas. Una peculiar exposición sin público en un espacio donde reina el desasosiego y no hay resto de humanidad, más que ese edificio abandonado y lleno de escombros del que lo desconocemos todo: qué pasó antes y por qué está así ahora. El último proyecto del fotógrafo Evarist Torres (Ibiza, 1970), ‘Incertesa (de les runes infinitas)’, es un viaje en círculo sin final, un juego de muñecas rusas, que ahora plasma en un libro. Esta publicación cierra el proyecto que inició en 2007, con una serie de fotografías titulada ‘Incertesa (pèrdua de trajectòria)’, que continuó el año pasado con una exposición en el espacio Taca de Palma, donde Torres vive desde hace años.

«Hace unos meses me planteé una intervención: poner fotografías de ruinas en otras ruinas. Colgué 14 de la serie de ‘Pèrdua de trajectòria’ como si fuera una exposición», explica Torres, que se inspiró en textos de Borges. Luego, con la documentación de esa intervención, expuso en Taca y ahora ha editado el libro, que reúne fotos de ruinas -en las que las formas aparecen tan desdibujadas que llegan a ser irreconocibles- e imágenes de esas fotos colgadas y expuestas en otras ruinas.

Torres junto a una de sus fotos en la muestra del espacio Taca de Palma D. I.

Un proyecto muy borgiano

El proyecto de Torres no puede ser más borgiano: se inspiró en un relato que creía haber leído, pero lo ha buscado infructuosamente, por lo que ha llegado a la conclusión de que no existe. «Era un relato sobre ruinas circulares: un hombre sueña a otro hombre y le da vida, y al final de su existencia ese hombre se da cuenta de que es el sueño de otro hombre, y así ad infinitum...», explica el artista. Torres, en su adaptación de este cuento inexistente, imaginó a un hombre y a una mujer que llegan a un espacio en ruinas y ven fotos de otras ruinas, «lo que da pie a pensar que ellos están siendo observados desde el cielo por otro ser... hasta el infinito», señala. Un bucle inquietante narrado en las fotografías en blanco y negro que ha incluido en el libro, el sexto de su trayectoria, y que contiene un texto del crítico y comisario de arte Fernando Gómez de la Cuesta.

«Ese hombre y esa mujer siguen caminando sobre su propio dilema en medio de aquellas ruinas infinitas. En sus muros devastados, como si fuera una nueva piel, comparecen imágenes de otras ruinas, de otros lugares que alguien contempló en algún otro momento. Un bucle sin fin, una eterna cinta de Moebius, que explica cómo, ahora mismo, nuestros protagonistas -y esas ruinas- también están siendo observados desde el cielo», escribe Gómez de la Cuesta.

El artista encola la pared para pegar una foto durante la intervención en una ruina, donde montó una inquietante exposición. Arancha Lana

«Abordo la ruina como símbolo de estos tiempos que vivimos, de hecho nuestra era se inaugura con unas ruinas, las del 11S [las torres gemelas, destruidas por un atentado terrorista]. La ruina cotidiana y contemporánea que podemos hallar en los escombros de nuestras ciudades, de la que surgirá algo nuevo... o no, no lo sabemos. Ese concepto de ruina sobrevuela el proyecto», revela el artista.

La fotografía, en cuestión

Las fotografías de Torres son como las ruinas que contienen, abandonadas, casi abstractas, con contornos desdibujados en manchas grises, en las que se observa la marca de la impresora de forma intencionada. Casi parece que rezuman tinta negra y gris, lo que potencia el efecto de inquietud y deterioro que el fotógrafo quiere transmitir. Sus imágenes se enmarcan en el concepto de «ultrafotografía», según relata Torres, «un término de Gómez de la Cuesta que designa la nueva corriente de la fotografía contemporánea en la que se pone en cuestión el propio concepto de la fotografía tal y como la concebíamos».

Gómez de la Cuesta lo resume así en su texto: «Comencemos por ese momento en el que la fotografía lucha por la emancipación de la pintura o por su asesinato. (...) Primero llegó la postfotografía. Luego esa ultrafotografía que apela a la esencia de aquello que la define, a sus valores intrínsecos, a la luz, a la forma, a la composición, al color o su ausencia (...) a enseñarnos todo aquello que se refiere a una nueva visualidad».

«La imagen aparece distorsionada, y eso quizás se adapte mejor a los tiempos que vivimos», agrega el fotógrafo. «Quizás en el futuro nadie recuerde nada, quizás todas estas imágenes terminen siendo pasto de las llamas, quizás, aquel hombre y aquella mujer, deban comenzar de nuevo», concluye Gómez de la Cuesta. Fotografía de la incertidumbre para tiempos inciertos.

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