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Economía

China racanea los juguetes al Papá Noel de Ibiza

Los productos procedentes del lejano Oriente llegan con cuentagotas a la isla, donde se adelantan las compras navideñas por temor a la escasez y hay listas de espera de 200 personas para adquirir consolas

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China racanea los juguetes al Papá Noel de Ibiza J.A.Riera

Listas de espera, ventas adelantadas, productos que ya escasean y otros que están agotados… Las segundas Navidades de la era covid pasarán a la historia porque ni los Reyes Magos ni Papá Noel podrán satisfacer todas las demandas de los ibicencos. Ni la magia evita que a ellos también les afecte el grave problema de la distribución de mercancías en el mundo y la escasez de algunos materiales y chips.

El problema viene, sobre todo y precisamente, de Oriente, donde las fábricas tienen serias dificultades para abastecer toda la demanda, especialmente de consolas. Y concretamente de las PlayStation 5 y PS4, el pedido estrella del año. En Canal Ocio, en Vila, «están agotadas». «Pides 20 al proveedor y te envía sólo una», explica John Soto, encargado de la tienda. Tiene una lista de espera de 200 personas: «Podrían ser 800, pero decidimos parar de apuntar a gente porque no sabemos ni cuándo llegarán ni si llegarán. Cada mañana una decena de clientes me preguntan por esos modelos. Por la tarde, otros tantos». Y no es que sea barata: cuesta desde 600 euros (60 más con juego).

Sí tienen existencias del segundo ‘juguete’ electrónico estrella, la consola de Nintendo Switch, pero Soto teme que se agoten en breve: «En pocos días no nos quedarán debido a la alta demanda que hay de ellas. Y será difícil reponerlas, pues el proveedor las distribuye a cuentagotas, una o dos a lo sumo en cada pedido. Augura que «a mediados de diciembre» el stock de las Switch será «muy pobre» y que será «complicado» atender todas las solicitudes.

«O no llega todo lo que pides o tarda en venir. ¿La razón? Por los fletes: han subido tanto que esperan a llenar los contenedores antes de enviarlos. Y a eso se añade el atasco en la distribución»

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Pero haber, hay juguetes. El problema es que no hay de todo y que quien desee algo muy específico va a tener que buscar alternativas. En Toy Planet reconocen que tienen «problemas con los envíos», según la dependienta Carmen Martín Pérez: «O no llega todo lo que pides o tarda en venir. ¿La razón? Por los fletes: han subido tanto que esperan a llenar los contenedores antes de enviarlos. Y a eso se añade el atasco en la distribución». Hay una marca, que fabrica en China algunos de los productos más demandados (como camiones muy realistas y a escala de gran tamaño), que incluso les ha avisado de que no podrá abastecerles hasta el año 2022.

Lo que procede de aquel país, que suele tener precios más económicos, «escasea». Pero a pesar de eso, Toy Planet está repleta de juguetes: «Hace tiempo que decidimos prepararnos, por si acaso. Por eso tenemos bastantes». También han sido previsores muchos padres, que «han adelantado las compras por miedo al desabastecimiento». Pero no les será fácil reponer en Navidad lo que procede del lejano Oriente, como las consolas de Nintendo: «Son muy demandadas. Tenemos un buen stock ahora, pero dudo que tengamos suficientes en las fiestas», avisa Martín. El pack de oferta «ya está liquidado». De la versión Oled de la Switch cree que «a mediados de diciembre ya no quedarán».

Tienen listas de espera para determinados juguetes que aún no les han llegado: «Y que no sabemos ni cuándo lo harán ni si llegarán». Por ejemplo, muñecos interactivos y superhéroes, de los que, aunque «se venden mucho, mandan pocas unidades». «Pides 20 y te llegan seis», asegura Martín. Es una proporción, no obstante, mejor que la de los pedidos de PlayStation 5 (uno de cada 20).

«Nos mandan los juguetes con un poco de retraso, pero llegan. Por eso los pedimos con mucha antelación (sobre todo juguetes de radiocontrol e interactivos), para tener suficientes»

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Están bien surtidos de los fabricados en Europa, como los juegos de mesa (incluidos los tableros de ajedrez, que escasearon tras el boom de la serie ‘Gambito de Dama’) o los de las marcas Playmobil o Lego, aunque esta última fábrica no lo tiene fácil para surtir: «Tienen problemas para proveerse de plástico, ya que le llega desde China», señala Esperanza Tur, de Juguetes Tur. «Si haces los deberes no te falta de nada en estas fechas», señala Tur, que, visto lo que leía en los medios de comunicación, también fue previsora: «Por la cuenta que me trae, vivo de esto. Hay que estar bien informada». Experiencia no le falta: lleva en el negocio desde 1998. «Nos mandan los juguetes con un poco de retraso, pero llegan. Por eso los pedimos con mucha antelación (sobre todo juguetes de radiocontrol e interactivos), para tener suficientes», algo que se nota con sólo echar un vistazo a la tienda. En todo caso, admite que «escasearán cosas puntuales», muy concretas, como los Pokemon («Quizás no tengamos el que lleva la cinta azul, pero que la gente no se preocupe, tendremos el de cinta roja», dice bromeando) o figuras de la Patrulla Canina: «Pero eso es lo que ocurre cada año. Primero se agotan los productos que aparecen en nuestro boletín de ofertas». En el caso de Lego, para evitar problemas (por si no tienen suficiente plástico) hicieron un «pedido más grande» de lo normal hace un par de meses. También tiene lista de espera, «pero la habitual». Y en su caso no ha notado que los padres hayan comprado por adelantado: «Están esperando al Black Friday. A ver si luego arrancan las ventas».

«Nos están llegando ahora las bicicletas que pedimos en enero». En el escaparate exhibe una bicicleta de 7.700 euros que ha tardado «año y medio» en aterrizar en su tienda

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«Nos están llegando ahora las bicicletas que pedimos en enero». Vicente, de A tot pedal, resume en esa frase el estado de las cosas en el sector de las dos ruedas, uno de los regalos más demandados en fechas navideñas. Mínimo, 40 semanas por pedido. En el escaparate exhibe una bicicleta de 7.700 euros que ha tardado «año y medio» en aterrizar en su tienda. A un cliente le tuvo que avisar de que no tiene ni idea de cuándo podrá entregarle una que cuesta la friolera de 10.000 euros. No es cuestión de lo que valgan: es que no hay suficientes. Acaba de recibir un pedido de 10 bicis infantiles, de las que dos ya están en casa de sus dueños y otras cinco están reservadas desde hace meses. Sólo le quedan tres para vender. Como lista de espera tiene un cuaderno de espiral donde anota a boli cada pedido: hay 30 apuntados desde hace mucho tiempo. «Y no sé cuándo se las podré entregar». Para la campaña navideña espera disponer de unas 15 bicicletas infantiles y otras ocho para adultos, «que ya están vendidas o apalabradas». Otras Navidades, en cuanto las liquidaba pedía más y enseguida le abastecían: «Este año no. No podremos reponer».

Cuenta que una de las marcas más conocidas del sector tiene una lista de espera «eterna», y no sólo de la bici entera: faltan cadenas, pastillas de frenos, cubiertas… «Me dicen que pueden proveerme del 70% de sus productos. El problema es que lo más demandado es ese 30% que avisan que no me podrán enviar», exclama Vicent.

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