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La experiencia única y compartida de dar el pecho

Una veintena de madres participan en un encuentro para promocionar la lactancia materna organizado por el Centro de Salud de Vila

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Jornadas de lactancia en Vila J.A.Riera

«Cuando tienes tu primer hijo estás muy nerviosa porque crees que no lo harás bien. Te sientes insegura, y por eso es tan importante la existencia de grupos como los de ABAM [Associació Balear d’Alletament Matern]», comenta Alba Suñer mientras da de mamar a su hija de dos meses. Su experiencia es habitual en muchas madres primerizas, que no pueden evitar sentirse superadas ante el reto mayúsculo que supone criar a su primer hijo. Afortunadamente, no están solas: «En ABAM y también en el centro de salud hacemos reuniones semanales y siempre hay otras madres más veteranas que te lo explican y te ayudan».

En primer plano, Lili Caporello, una de las participantes. Juan A. Riera

Una opinión que comparte Lili Caporello: «Este grupo lo aconsejo a cualquier madre embarazada. Te aconsejan en problemas habituales: cómo facilitar el agarre, la posición para dar de mamar, las crisis de crecimiento, cómo guardar la leche, cómo congelarla, Son muchas las dudas, y cuando hay alguien que te ayuda y te apoya, que te dice que lo estás haciendo bien, entonces sientes un refuerzo muy importante».

Tres mujeres alimentando a sus hijos. Juan A. Riera

Experiencias compartidas

La hija de Lili ya tiene 14 meses y ahora ya es ella quien da consejos a otras madres primerizas. Ayer se juntaron una veintena de ellas en los jardines que hay en el exterior del Centro de Salud de Vila, en un encuentro de madres lactantes organizado por el Centro de Salud de Vila. El encuentro incluyó también una charla moderada por el enfermero de Pediatría Marcos Navarro.

La impulsora de esta iniciativa es la enfermera Estela Terrer, con el objetivo desmontar los mitos que existen en torno a la lactancia, apoyar a las madres en todas las maneras que escogen para alimentar a sus bebés y seguir impulsando la lactancia materna por los beneficios que aporta a la madre, al bebé y a la relación de ambos.

«Evitamos enfermedades y alergias», enumera Terrer, «la leche materna tiene muchos componentes positivos como grasas y proteínas, tiene incluso mejores propiedades que la leche de fórmula, intensifica el vínculo materno-filial, evita el cólico del lactante, es muy beneficioso porque puedes dar de mamar en cualquier momento, la temperatura de la leche es la ideal, y es práctico porque te evita ir cargada con trastos y biberones».

Sin embargo, la lactancia materna tampoco es un camino de rosas. «Durante los dos primeros días tuve problemas, suerte que mi hermana tenía un sacaleches y me lo prestó», comenta Alizé Foulon, que señala que las compañeras le han enseñado trucos como «masajear las mamas para sacar la leche y, cuando sufrí mastitis, aplicar hojas frías de col machacadas sobre la zona dolorida para bajar la inflamación».

La mastitis es un problema habitual, como confirma Alba Suñer: «A partir de la tercera semana produces más leche y hay más riesgo de que se te inflamen las mamas. Yo pasé dos días con fiebre, pero afortunadamente no hizo falta tomar antibióticos».

Otros problemas van más allá de lo físico, sino que entran en lo social. Es lo que le pasó a Rosalía Luna, que tuvo su primer embarazo a los 16 años: «No disfruté la experiencia. Verme con un bebé, tan joven… me sentí señalada y juzgada, Por suerte, mi madre me apoyó». Ahora, con 35 años, da el pecho a su tercer hijo y la situación es otra: «Incomparablemente mejor».

El encuentro de madres lactantes tuvo también un componente multicultural, ya que agrupó a mujeres de nacionalidad rusa, dominicana, italiana y japonesa, además de española. Todas señalaron que, al menos en Ibiza, nunca nadie les ha hecho una mala cara ni les ha reprochado nada por dar el pecho en público. «Debe ser que como aquí hay tanta teta al aire, ya están acostumbrados», bromea Valeria Guanera, una de las madres asistentes. «Yo me saco la teta donde haga falta y sin problema», declara Rosalía Luna.

La única que comenta que ha tenido problemas por dar de mamar en la vía pública es Lili Caporello, que vivió una mala experiencia en Italia: «Allí no es tan común hacerlo y noté que me miraban mucho. No es un situación cómoda».

Un debate que zanja Begoña García, otra de las madres congregadas: «Mi teta, mi niño, mis normas. Y a quien no le guste, que no mire», sentencia.

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