Los ojos brillantes de Sonorama Ibiza

El festival deja tres noches de grandes momentos con los Secretos, Delaporte, Sidonie, Arde Bogotá, Nada Surf, Joe Crepúsculo o Queralt Lahoz como protagonistas

Fernando de Lama

Fernando de Lama

«Estamos superfelices de estar aquí, porque desde febrero de 2020 no habíamos tocado con el público de pie», resumió el cantante de La Habitación Roja en la primera jornada del Sonorama Ribera Ibiza, que de viernes a domingo ha llenado de música los hoteles Paradiso y Romeos de Cala de Bou, además de los actos y las catas de vino de Ribera de Duero maridadas con canciones en el Cubanito de Sant Antoni.

Y es que si algo ha definido a esta primera edición del veterano festival de Aranda de Duero en la isla ha sido la felicidad, el buen rollo, la energía positiva, la buena onda, las good vibrations. Llámalo X. Una felicidad de ida y vuelta que se transmitía del escenario a la pista por poder volver a estar de pie, cantar, bailar, levantar las manos... Y que se reflejaba si no en sonrisas abiertas, por aquello de las mascarillas, sí en un brillo especial en los ojos de músicos y público. Además, las mascarillas han demostrado tener una ventaja, no es necesario mover los labios para presumir de que te sabes las canciones.

Aunque el formato del festival podía generar dudas, con los conciertos cortos y muchos en acústico o semiacústico, entre dos hoteles diferentes aunque cercanos, al final pudieron cumplirse todas las tradiciones festivaleras, sobre todo la de comentar la jugada del concierto anterior y las expectativas del siguiente en el trasiego constante de un escenario a otro, aquí en la calle que une el Paradiso y el Romeos, ambos de Concept Hotel Group, organizadores del festival junto a Sonorama.

Y también esa máxima de que todo el mundo cuenta que el mejor concierto es aquel que te has perdido por una u otra razón. En mi caso los de Rayden, Funambulista y, sobre todo Delaporte, «subidón», «catártico», según los comentarios. Vale, no me lo restreguéis más.

Un festival se compone de momentazos. Esas fotografías que te guardas en la memoria cuando se apagan micros y focos. Y el Sonorama Ibiza 2021 deja unos cuantos.

Como el concierto de Sidonie, uno de esos grupos que se hace gigante sobre las tablas. Con Marc Ros cantando 'Un día de mierda' en plan vedette en los brazos de los técnicos, invitando a hacer los coros a las Ginebras o a Eric de los Planetas, que presentaba libro al día siguiente, para que se marcara unas percusiones en un cubo de basura.

O los Secretos tirando de algunos de sus clásicos para deleite de los puretas. Para terminar cantando ‘Déjame’ en acústico 43 años después de su publicación. Y es que como dijo Álvaro Urquijo, un artista no decide cuántos años se va a dedicar a esto, si no que lo hace, siempre, el público.

O, justo después, la épica juvenil de Arde Bogotá, que podrían ser sus hijos, o casi nietos, con el cantante de voz bunburyana saltando descamisado entre un público que había llenado la pista hasta obligar a cerrar el aforo.

O los dos chapuzones en las piscinas de los hoteles. El de Tomasito en la jornada inaugural con sus calzoncillos negros, o el de Joe Crepúsculo con gayumbos más floridos en las aguas teñidas de rojo por los neones del Romeos.

Por no hablar de los lagrimones como coladas de lava de una chica escuchando el flamenco trapeado y combativo de Queralt Lahoz, la gran sorpresa del festival. Un cañonazo de artista y de mujer. A star is born.

Y del cantante de los Niños Mutantes intentando escuchar su guitarra entre hit y hit en acústico hasta que se dio cuenta que tenía el volumen del instrumento bajado: «Es que me la han dejado. Nos hemos venido con lo puesto y una cejilla y una púa como equipaje».

También del primer ‘artista sorpresa', nada más y nada menos que Nada Surf. Los neoyorkinos aprovecharon sus vacaciones, en casa de su bajista Dani, residente en la isla, para surfear la ola Sonorama.

Y de la energía ramoniana de las alegrísimas Ginebras, o el fiestón de ElyElla, o el humor petardo de Ladilla Rusa, artista sorpresa de la segunda noche: «La distancia social, para unas cosas bien y para otras cosas mal», corearon con el público antes de que les cortaran los micros para terminar la jornada a las 12 en punto, en un alarde de puntualidad que coronaba una organización casi perfecta, tanto de Concept como de Sonorama.

O los dos grupos ibicencos tirando de formaciones novedosas: Uncle Sal con el incombustible Pedro González a la batería y Billy Flamingos con el fichaje excepcional del guitarrista Álvaro Navarro, de Miss Caffeina. 

Y qué decir de las parejas casándose de mentirijillas pero con amor en la ‘Wedding Chapel’ del Romeos o los ligoteos de balcón a balcón de los hoteles, o el entusiasmo en la pista después de tanto tiempo de sequía. Como comentaba una chica: «Si hasta da gustirrinín que te pisen».

En la despedida, el director de Sonorama Ribera de Aranda y ahora insular Javier Ajenjo, prometía «seguir soñando con Eivissa». Habrá que tomarle la palabra. Poco después Shinova tuvieron que terminar antes de tiempo el concierto de clausura y cantar la última a capella, sin micros y casi sin luz, porque el viento y la lluvia se empeñaron en poner un punto final de lo más natural.

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