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Cuando el jefe de la Policía Local se saltó a la concejala para comprar uniformes

La sentencia que absuelve a Aída Alcaraz de acoso laboral, también mete el dedo en la llaga en la polémica adquisición de uniformes de la Policía

Verdugo, en medio, se dirige a los Juzgados. Toni Escobar

La sentencia que absuelve a la exconcejala de Gobernación de Sant Antoni Aída Alcaraz de acoso laboral sobre el jefe de la Policía, Javier Verdugo, también mete el dedo en la llaga en la polémica adquisición de uniformes de la Policía. En octubre de 2015, Javier Verdugo, como jefe de la Policía Local, «sacó una instrucción para el cambio de uniformidad», lo que incumplía «lo establecido en el artículo 90 del Decreto 28/2015 de Coordinación de Policía Local».

Ese artículo, recuerda la magistrada, «establece que las fechas de cambio de vestuario las determina la Corporación» municipal. «Verdugo es conocedor de esta normativa, ya que, de hecho, así lo hizo en la anterior legislatura emitiendo un informe de petición de cambio al concejal que había entonces, que era Xicu Cardona, que fue quien acordó el momento del cambio del vestuario», se indica en el texto. «Sin embargo -prosigue-, en este caso, como la concejal era Alcaraz, Verdugo omitió ese informe previo, decidiendo personalmente el momento del cambio del vestuario y causando un perjuicio al Consistorio, ya que no constató la existencia de prendas».

El jefe de la Policía Local se marchó entonces de vacaciones. Al regresar, el alcalde, José Tur, Cires, redactó un decreto al respecto y comunicó a Verdugo «la necesidad de que las instrucciones, como consecuencia de la legislación en materia de uniformidad, las debía comunicar a la concejal de Gobernación o a la alcaldía». La magistrada señala en la sentencia que «por este tema se siguen diligencias previas en el juzgado de instrucción, como consecuencia de una denuncia interpuesta por agentes de Policía Local». En su fijación por culpar a Alcaraz, Verdugo aseguró en el juicio que, «en aras de interferir en sus funciones como jefe, se acordó, a través de la alcaldía y mediante decreto del alcalde, que cualquier orden o instrucción de la jefatura debía ser filtrada previamente por la concejala». Pero el alcalde declaró que fue la alcaldía y no Aída Alcaraz quien decidió emitir ese decreto.

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