La Asociación de Apicultores de Ibiza presentó ayer en el hotel rural Can Lluc la inclusión de la miel elaborada en la isla dentro del catálogo de alimentos tradicionales de Balears. Esta iniciativa, que ya reconoce una producción autóctona arraigada en la historia, supone el primer paso para conseguir una Denominación de Origen Protegida (DOP), el gran objetivo que se ha marcado el gremio.
España cuenta en estos momentos con seis DOP (Campoo-Los Valles, Granada, la Alcarria, Liébana, Tenerife y Villuercas-Ibores), así como una Indicación Geográfica Protegida (IGP) para la miel de Galicia. Al iniciar los trabajos preliminares, el presidente de la asociación, Vicent Marí, se planteaba optar a cualquiera de estos sellos distintivos de la Comisión Europea.
Finalmente, tras evaluar las analíticas de las dos cosechas de 2020, la de primavera y la de otoño, Marí tiene claro que hay que apostar por una DOP, al contrario que el aceite de Ibiza, que goza de una IGP. «Así podremos abarcar más tipos de miel, porque de la otra manera debería ajustarse toda la producción a unos mismos parámetros y nos cerraríamos puertas», apunta.
Producto único
Los análisis reconocieron el año pasado en Ibiza algunas elaboraciones únicas en el mundo, como la miel de algarrobo, con un 81,3% de polen de esta flor. Otras producciones monoflorales diferenciadas en la isla, en las que predomina una sola especie, son la de frígola de Sant Joan, de trèvol groc y de sepell.
En cuanto a las multiflorales, la miel de Ibiza se caracteriza por la presencia simultánea de, al menos, llengua de bou, estepes y trèvol groc. Además, todas ellas destacan por unas características físico-químicas «que las hacen únicas». «La miel no caduca, como la sal o el azúcar, pero pierde propiedades organolépticas». «La de Ibiza se recoge y se consume enseguida, de manera que no se pierden esos valores», precisa.
Una vez incluida dentro del catálogo de alimentos tradicionales de Baleares, Marí confía en que «si no se tuerce la tramitación por el camino», la miel de Ibiza pueda obtener el sello de DOP de la Comisión Europea antes del próximo verano. Se reconocería así una vinculación histórica con la apicultura que se remonta a los tiempos del sepulcro megalítico de Ca na Costa (1.600 a.C) y que se menciona en ‘De bello Maioricano o Liber maiorichinus de gestis pisanorum illustribus’, datado alrededor del año 1125 y que narra la cruzada pisano-catalana para conquistar Ibiza: «Montes rocosos ciñen toda la campiña, de su suelo brotan innumerables pastos y también frutas, miel en cantidad suficiente, y de las fuentes manan caudales de agua dulce. Su tierra produce mucha cebada y también fértiles viñedos».
