«He visto desde peleas menores, a navajazos, pasando por agresiones con botellas de cristal. Todo esto pasa siempre tiempo después del cierre de los bares, aunque los botellones empiezan sobre las doce de la noche», afirma un camarero del restaurante Fusión de ses Figueretes.
Son muchos los vecinos y responsables de establecimientos en la zona de ses Figueretes que están expuestos a estos altercados que tienen lugar cada semana. Una vez cierran los locales de la playa, los usuarios se quedan haciendo botellón, con música a un volumen muy alto, y provocando incidentes. Las peleas multitudinarias son una constante, así como las amenazas y la consumición de alcohol y sustancias estupefacientes. Este último fin de semana ha habido dos altercados. El sábado, un botellón que acabó en una pelea multitudinaria, y el domingo una joven fue detenida acusada de agredir a uno de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que trataban de poner fin a otro botellón que estaba teniendo lugar en la playa de ses Figueretes.
Por su parte, desde el Ayuntamiento de Ibiza afirman que «la presencia policial es continua ya que se trata de una zona de paseo con muchos establecimientos y gran afluencia de personas. Durante los fines de semana se incrementa y coordina un operativo especial de vigilancia para controlar el cierre de establecimientos y que la gente se disperse y así evitar los botellones».
Sin embargo, los camareros del bar Mar y Cel afirman que al cerrar el establecimiento «se junta muchísima gente en la orilla de la playa con botellas de alcohol y con música muy alta». «La policía no viene a esta zona a no ser que haya incidentes mayores como una pelea de grandes dimensiones», lamenta un camarero de este bar. «Esto obviamente acaba muchas veces con peleas. De hecho, hace una semana hubo una muy grande en la que tuvo que intervenir la Policía», añade.
«Una vez cerramos, se junta mucha gente. Se apelotona y el alcohol solo empeora la situación», afirma una camarera de es Cantó Pagès. «Cada semana hay como mínimo una pelea. Luego hay otras semanas en las que tenemos varias, aunque generalmente son menores, y por tanto no interviene la Policía», reitera. Por ello, esta camarera pide «más vigilancia» en una zona donde constantemente hay incidentes mayores.
«Los domingos sobre todo se juntan muchas personas en la plaza de ses Figueretes. Unas 40 o 50. Se dedican a buscar pelea. Increpan a los turistas, los insultan, amenazan… y esto desemboca a una pelea en la que participan hasta 60 personas», dice un camarero del bar Fusión, quien ha sido testigo de varios de estos altercados que «tienen lugar cada semana». «Una vez empieza la gente a beber se ponen más agresivos, hasta el punto de que en un momento determinado se pelean con sus propias amistades, y una vez pasadas dos horas, vuelven a ser tan amigos», añade. Respecto a la Policía, afirma que «tienen miedo», porque «son tanta gente que no pueden controlarla».
Desde el bar Chino Taiwan, dicen que tampoco ven policías vigilando la zona. Un camarero de este establecimiento también alude al «miedo» de los cuerpos de seguridad. «Hay tanta gente que es imposible controlarla, además no hay muchos efectivos disponibles». «Creo que sería conveniente hacer un poco de hincapié en preservar la seguridad de los vecinos de la zona», concluye.
