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Agricultura

Los viticultores de Ibiza y Formentera prevén una añada de calidad excepcional

Tras cinco años de sequía, las lluvias caídas hasta junio han evitado una maduración tan temprana y una uva excelente

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Los viticultores pitiusos prevén una añada excepcional J.A. Riera / Pilar Martínez

Los estragos causados por las palomas torcaces, que arrasaban hasta la mitad de la uva en algunas parcelas, han dejado de protagonizar las primeras jornadas de los viticultores pitiusos en la vendimia. Al contrario, todos encaran con optimismo una añada que promete caldos excepcionales, por la calidad de la uva tras meses de clima favorable, aunque advierten de que cualquier tromba de agua podría afectar a alguna de las variedades que quedan por recoger en las próximas semanas.

Can Rich ya ha recolectado en la primera semana de agosto sus 3,5 hectáreas en Can Llaudis, en ses Salines, la finca con vendimia más temprana de Balears y, por su posición geográfica al sudeste, «posiblemente de España», explica Stella González. Los trabajos se han trasladado a sus 17 hectáreas en Buscastell, donde también están obteniendo «una cosecha de poca cantidad pero de muy buena calidad y acidez», destaca la viticultora.

Entre las dos fincas, Can Rich calcula que esta temporada obtendrá unos 50.000 litros de producción. Además, este año ha conseguido obtener la medalla Gran Oro con el Blanc d’Àmfora y el Oro con su blanco joven en el Concurso Internacional de vinos ecológicos Ecoracimo de Córdoba, mientras en Ecovino de La Rioja se distinguió con el Oro al Blanc d’Àmfora.

Imagen de la planta procesadora de Terramoll, en la Mola. | P.M.

Equilibrio y acidez

El director técnico de Ibizkus, David Lorenzo, comparte optimismo y prevé «una añada que podría ser antológica en calidad y una producción razonable, sin ser grande». «Las estaciones han estado en su sitio, ha llovido toda la primavera hasta junio y en julio no hemos tenido picos de temperatura extrema, con lo que la uva está más sabrosa, equilibrada y con una acidez muy chula». No obstante, subraya que aún no puede ser «demasiado eufórico, porque queda todo agosto por delante». «Hablaremos en septiembre», precisa.

La uva no ha cambiado de color a principios de julio, que era cuando las torcaces se cebaban

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Ibizkus tiene cerca de 30 hectáreas arrendadas repartidas por toda la isla y ya ha recogido sus viñedos en Cala Mastella, donde han obtenido poco rendimiento. En cambio, en es Cubells, una de las zonas más castigadas por las torcaces otros años, están cosechando ahora un 15% más que el año pasado. Al no haberse adelantado la vendimia, «la uva no ha cambiado de color a principios de julio, que era cuando las torcaces se cebaban», destaca.

Redes y cañones sonoros

Además, los productores cada vez se esmeran más en aplicar medios contra esta plaga. En las bodegas Terramoll de Formentera han conseguido «controlar bastante» a estas aves con redes de protección sobre las plantas. «La pega es que es un sistema muy costoso y que da mucho trabajo para instalarlo», detalla el enólogo José Abalde.

Terramoll explota en la Mola 12 hectáreas en propiedad y una arrendada. Aún queda mucha recolecta por delante para calcular la producción, que prevé finalizar a principios de septiembre, pero Abalde constata que «se presenta una muy buena cosecha en calidad».

Llovió mucho a principios de año y los cereales han sido abundantes, con lo que las torcaces han buscado menos la uva

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Otro recurso usado por todos los productores pitiusos para ahuyentar a las torcaces son los cañones sonoros. Antoni Costa, de Can Maymó, valora que este año ha conseguido «tenerlas a raya». Eso sí, cambio de invertir hasta tres horas diarias en encender estos dispositivos en las tres fincas que explota en Sant Mateo, Corona y Santa Gertrudis, unas ocho hectáreas de las que prevé obtener entre 20.000 y 22.000 litros.

Costa, al igual que el resto de viticultores, emplea cometas espantapájaros, con forma de halcón, hasta el punto de que sus viñedos han acabado pareciendo «árboles de Navidad», bromea. «También ha ayudado que llovió mucho a principios de año y los cereales han sido abundantes, con lo que las torcaces han buscado menos la uva», apunta.

Cazadores y cetrería contra las torcaces

Los viticultores destacan la colaboración de los cazadores en el control de las torcaces, que acuden periódicamente a los viñedos tras la veda, así como las pruebas de vigilancia con halconeros que este año ha introducido el Consell de Eivissa.

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