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Arte Antoni Torres Martorell Comisario de arte

Antoni Torres Martorell: «Ibiza tiene gran cantidad de artistas y muchos muy buenos»

De vacaciones en Ibiza, isla en la que nacieron su padre y su pareja, Antoni Torres Martorell aprovecha el tiempo libre para visitar estudios de pintores y diseñar el esqueleto de nuevos proyectos artísticos

Antoni Torres Martorell, ayer, en el Portal de ses Taules, en Eivissa.

Funcionario de profesión y organizador de exposiciones de vocación, Antoni Torres Martorell lleva años metido en el mundo del arte. Desde 2018, fecha en la que creó Art amb B con otros enamorados del arte contemporáneo, sus esfuerzos se concentran en impulsar proyectos con artistas de todas las Balears.

¿Está dedicando mucho tiempo al arte aprovechando sus vacaciones en Ibiza?

En Santa Gertrudis es muy fácil inspirarse y cada día le dedico un par de horitas a hacer los esqueletos de los futuros proyectos artísticos. Ahora mismo, por ejemplo, estoy haciendo pruebas con el diseñador de los catálogos de artistas de todas las islas que sacaremos dentro de unos cuantos meses. Creemos que es muy importante que siempre quede algo en papel. Ahora que está en desuso, nosotros somos muy procatálogo.

Su estancia en la isla ha coincidido con el desembarco por segunda vez en la plaza de sa Tarongeta de una de las exposiciones que comisaría, ‘Ants. Treballadores’. ¿Cuál ha sido la repuesta del público?

Estamos muy contentos. La ha visto mucha gente. El público cuando la ve se queda maravillado, porque no espera encontrarse en un sitio tan bonito como las murallas de Ibiza una exposición de más de cien hormigas, de las que 25 son de artistas que viven en la isla. Creo que si pudiéramos recopilar todas las fotos que están en las redes de las hormigas nos daríamos cuenta que la repercusión ha sido bestial. Esto nos ayuda a acercar el arte contemporáneo a la gente.

Esta iniciativa nace en el seno de Art amb B, entidad que usted preside. ¿Qué es lo que le motivó a crear esta asociación cultural en 2018?

Nos dimos cuenta de que no había nadie que hiciera actividades que unieran a artistas de las islas y que lo creadores de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera apenas se conocían. Nosotros éramos un grupo de personas enamoradas del arte contemporáneo y decidimos crear una asociación para potenciar que se pudieran conocer y hacer proyectos conjuntos con artistas de las islas. Tuvimos la suerte de encontrar a Baleària, que enseguida nos dio soporte, lo que ha permitido que pudiéramos tender estos puentes que unen las islas con sus barcos y transportar las obras de un sitio a otro.

¿Todo el equipo de Art amb B está integrado por voluntarios?

Sí, de nosotros nadie cobra. Sí que tenemos una pequeña subvención de las instituciones, en este caso del Consell de Mallorca, también del Govern y de los ayuntamientos donde exponemos, pero nosotros no cobramos. Somos gente voluntaria que creemos en el arte y que pensamos que sirve para concienciar. De hecho, muchas de nuestras exposiciones tienen un mensaje detrás, como el de ‘Ants.Treballadores’, que es un homenaje a las mujeres anónimas.

¿Cuál fue el primer proyecto que llevaron a cabo?

Fue el de ‘Mata Ombres’, en Anantapur con la Fundación Vicente Ferrer. Nuestra asociación surgió después de haber ido a la India y de haber visto que los artistas de todas las islas no se conocían entre sí. De esa experiencia nacieron entre ellos proyectos diferentes y nos dimos cuenta que lo teníamos que potenciar.

¿Tendrá continuidad esta iniciativa artística y solidaria que ha permitido construir varias escuelas en Anantapur?

Es el proyecto de mi vida, te das cuenta que con el arte puedes transformar la sociedad. Hemos ido tres veces allí con artistas diferentes en cada edición. Es un proyecto a cinco años. Empezó en 2018, pero hemos tenido que suspender la edición de 2021 por el covid y en 2022 no sabemos si lo podremos hacer. Gracias a este proyecto acabamos de empezar la construcción de la sexta escuela y creo que cuando terminemos habremos conseguido ocho. Hay aldeas perdidas en la India donde tienen una placa de artistas ibicencos.

Dígame puntos fuertes y débiles del panorama del arte en Ibiza y Formentera.

El punto débil es la dificultad que tienen los artistas para salir fuera de las islas. Precisamente nuestra labor, un poco, es ayudarles en ese sentido para que sus trabajos sean conocidos fuera de sus territorios. El punto fuerte es la gran cantidad de creadores que hay, también en algún momento yo diría que demasiados. Hay muy buenos artistas, pero también a veces me da miedo lo fácilmente que la gente se llama a sí mismo artista. En los años 70 y 80 aquí había un movimiento espectacular de galerías de arte y esto prácticamente ha desaparecido. Si quitas Garden Art Gallery, en Sant Josep, que con un pequeño espacio hace un trabajo espectacular, y el Espacio Micus, galerías con una programación estable y larga apenas quedan en Ibiza, me refiero en concreto a dentro de Vila. Además, antes la gente iba mucho a las galerías y las inauguraciones estaban llenas de gente, pero eso cada vez se da menos.

¿Por qué cree que pasa eso?

Porque hay montones de nuevos elementos, como internet, que ha cambiado todo, no solo el mundo del arte.

¿Cómo ha afectado la pandemia a los artistas y a sus proyectos?

Al principio la situación fue muy mala para los artistas, porque la pandemia paralizó todos los proyectos que había. Sin embargo, después yo creo que los creadores se han recuperado porque han tenido tiempo para poder producir en unas circunstancias especiales y, al mismo tiempo, creo que el mercado del arte se está revitalizando porque la gente que antes dedicaba mucho dinero a los viajes o a otras cosas que ahora no pueden hacer en estos momentos está invirtiendo en arte. A nosotros el covid no nos afectó porque, de hecho, en 2020 hemos hecho más exposiciones que nunca, eso sí, controladísimas y con limitaciones de aforo.

¿Cree que fuera de las islas se reconoce suficiente el valor de la obra de destacados artistas de las Pitiusas como Rafel Tur Costa?

Sí, creo que los artistas más destacados, como Tur Costa y Bechtold, son muy conocidos y sus nombres suenan mucho tanto en las islas como el exterior. Te explico una anécdota: en Ibiza yo no he visto ningún grabado de Tur Costa, en Madrid sí. La obra gráfica de Tur Costa es muy poco conocida en la isla. Es una asignatura pendiente.

¿Qué otros nombres destacaría del panorama artístico isleño?

Para mí Vicent Ferrer Guasch es uno de los grandes maestros que ha dado Ibiza y tuve la suerte de poder comisariar una exposición itinerante dedicada a su obra que dio la vuelta por España. El gran pintor con futuro que para mí iría detrás de Tur Costa y Bechtold sería Carles Guasch, que maneja el color como nadie y que creo que todavía no es suficientemente conocido teniendo en cuenta la importancia de su obra. En Formentera destacaría a Enric Riera, sus azules son espectaculares.

Hablemos también de las artistas de las Pitiusas.

Creo que en estos momentos hay grandes mujeres pintoras en Ibiza. A partir de los años 50 y 60 se produjo un boom de mujeres artistas. Ahora mismo nosotros tenemos a María Catalán en El Verger con la exposición colectiva ‘Baleàrics’. También citaría a Diana Bustamante o a Julia Fragua. Hoy en día casi hay más mujeres artistas que hombres. Hay muchísimas y muy buenas.

Ahora que menciona ‘Baleàrics’, parece que el proyecto va creciendo...

Cada año hacemos con el Govern y Fundació Baleària una exposición colectiva donde participan artistas de todas las islas con otros de la comunidad valenciana y ahora también gente de Ceuta y Andalucía. Estas exposiciones se van paseando por todo el litoral mediterráneo. Por ejemplo, nunca habíamos hecho exposiciones en Ceuta y en enero inauguraremos la primera muestra en el Museo del Revellín En la edición Baleàrics de 2021 participan de Ibiza, además de Catalán, Antoni Marí Tirurit y Ángel Zabala y vamos a continuar incorporando cada año nuevos artistas.

Antes ha mencionado la obra gráfica de Rafel Tur Costa. Usted ha sacado varias colecciones de obras gráficas de artistas.

He hecho muchísimas colecciones, sobre todo solidarias. Soy muy partidario de la obra gráfica, es la democratización del arte, porque permite que te puedas llevar a casa a precios asequibles primeras firmas como Tur Costa. Creo que en Mallorca y en Menorca hay más tradición de obra gráfica, quizás porque hay talleres que las hacen.

¿En qué proyectos nuevos está trabajando?

Había un proyecto que no tenía claro y que Santa Gertrudis ha hecho que me acabara de decidir, aunque lo tengo que consultar con mis compañeros. Siempre me ha encantado pasearme por aquí y ver lagartijas, este año no he visto a ninguna, así que he pensado hacer una exposición. No sé si será solo de lagartijas o en general de especies en vía de extinción, pero el arte tiene que contribuir a concienciarnos de la necesidad de conservar nuestra biodiversidad.

Antoni Torres Martorell, ayer, en el Mercat Vell. Zowy Voeten

«Descubrí el arte de niño, yendo a la casa señorial donde trabajaba mi tía»

Diplomado en Magisterio, licenciando en Historia y en Derecho y postgraduado en Criminología, Antoni Torres Martorell trabaja como funcionario en el Ayuntamiento de Palma desde 1982. La pasión por el arte la descubrió siendo niño pero no fue hasta 1985 cuando empezó a dar sus primeros pasos como comisario de exposiciones, en las que en muchas ocasiones une arte, solidaridad y concienciación.


¿Cómo comenzó su interés por el arte?

Mi padre, que era de San Mateu, se trasladó a Mallorca a los 16 años en busca de trabajo. Vivíamos en el campo y cada mañana mi padre muy temprano me dejaba con mi tía que estaba de ama de llaves en una casa señorial. La hija de esta familia era muy amante del arte y recibía por correo los folletos de todas las galerías de aquella época, entre finales de los 60 y los 70. Yo me pasaba las mañanas yendo al buzón, recogiendo las cosas que le llegaban y mirándolas. Así descubrí a Tàpies y a Miró. También tuve la suerte de tener buenos profesores de dibujo en BUP y me aficioné mucho. En 1985 hice mi primera exposición como comisario y a partir de ahí fui haciendo cositas. Luego me dediqué a los hijos y cuando ellos fueron a la universidad ya me dediqué al arte con todas las fuerzas. Tengo un trabajo de 8 a 15 horas que me permite por las tardes dedicarme a esto.  

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