Temporada turística

Los hoteleros de Sant Antoni apuestan por cambiar de modelo turístico

Los empresarios consideran que la buena temporada pese al covid es una «oportunidad histórica» para ir más allá del turismo juvenil y de fiesta y acometer «la transformación que el pueblo necesita»

Turistas de compras en el centro de Sant Antoni.

Turistas de compras en el centro de Sant Antoni. / DI

David Ventura

David Ventura

Convertir los problemas en oportunidades. Puede parecer la máxima del típico libro de autoayuda, pero hay ocasiones en que la realidad se ajusta a esta frase. Al menos, esto es lo que consideran los hoteleros de Sant Antoni, que ven en las buenas cifras que están registrando este verano un argumento para acometer las ambiciosas reformas que creen que el pueblo necesita.

Así, según los datos que maneja la patronal hotelera portmanyina, este verano están registrando una ocupación del 70% con una planta hotelera que está abierta al 80%. Unos resultados que no son los de una temporada ‘normal’ pero que consideran positivos, y que demostrarían que Sant Antoni es un destino turístico con unas bases sólidas. «Somos un destino con muchas posibilidades y estamos ante una oportunidad histórica para hacer realidad la transformación que el pueblo necesita», señala Juanjo Planells, vicepresidente de la Asociación Hotelera de Sant Antoni y bahía.

Las cifras demuestran que hay vida más allá del turismo británico joven que, durante años, ha sido el cliente protagonista en Sant Antoni y su bahía. Así, la caída de la llegada de británicos de una franja de edad entre los 18 y los 30 años se ha visto compensada por el buen comportamiento del turismo familiar.

Darle la vuelta al modelo implica obligatoriamente intervenir la zona de ocio del West, un espacio cuya gestión ha sido un foco de polémicas.

«Se han creado nuevos productos de destino que nos han permitido crecer en nuevos segmentos de mercado. Los establecimientos del casco urbano han subido de categoría, hay hoteles de cinco estrellas en Cala Gració», enumera Planells, quien recuerda que esperan también una temporada que se prolongue hasta octubre espoleada por la «buena aceptación de los eventos deportivos y las propuestas de turismo activo».

Darle la vuelta al modelo implica obligatoriamente intervenir la zona de ocio del West, un espacio cuya gestión ha sido un foco de polémicas.

Planells lo tiene claro: «Será necesario hacer una reforma integral del West End y cambiar la tipología de los negocios. Hay que cambiar la zona de ocio nocturno para que Sant Antoni no solo sea un mejor destino turístico, sino también un lugar agradable para vivir».

Una frase que remite a las críticas que responsabilizan al West End de provocar que los antiguos vecinos del casco histórico hayan abandonado la zona, al ser imposible convivir con ese entorno, sobre todo por las noches.

Unos cambios ambiciosos y profundos que el portavoz de los hoteleros tiene claro que se deben acometer con el máximo consenso posible: «Aquí todos tenemos que ir de la mano. Hoteleros, restauradores, comerciantes, empresarios del ocio nocturno y también las administraciones públicas». Y añade que cree que el Ayuntamiento «está por la labor».

¿Implica esto que el turismo de fiesta británico ya no debe tener cabida en Sant Antoni? Planells lo matiza: «Todo el mundo es bienvenido. Lo único que no queremos es el turismo excluyente, a aquellos que, con su actitud, provoca que los demás no se sientan cómodos y no vengan».

El anuncio el jueves pasado de que el gobierno británico mantenía a Baleares dentro del semáforo ámbar y de que no ‘castigaba’ a las islas por el incremento de casos de covid, ha tenido un reflejo positivo en el número de reservas desde el mercado británico.

Incremento del 7%

Así, desde Neobookings, el motor de reservas para alojamientos, informan que han detectado un incremento del 7% . Un aumento, advierten, que incluso podría ser algo superior, ya que algunas empresas que trabajan primordialmente con el mercado británico no especifican la nacionalidad del comprador.

En la misma línea, desde la patronal hotelera de Sant Antoni estiman que el aumento ha sido del 10%, lejos del crecimiento explosivo que registró este mercado a finales de junio, cuando el gobierno británico abrió fronteras y permitió a sus ciudadanos hacer turismo libremente. «Las reservas se han reactivado. No de manera desmesurada, pero sí que se ha producido un crecimiento y ahora permancen estables», comenta Juanjo Planells, vicepresidente de la Asociación Hotelera de Sant Antoni y bahía.

También se han estabilizado a la baja las cancelaciones. Tras el momento crítico que se vivió a mediados de julio, con cancelaciones que alcanzaban hasta el 52%, ahora éstas se han rebajado hasta el 35%. «Es el nivel de cancelaciones habitual que teníamos antes de la pandemia», señala Planells, que también se muestra satisfecho con los niveles de ocupación que se han alcanzado durante el mes de julio, por encima del 70%.

Desde la asociación hotelera también se señala que la recuperación del turismo británico se produce pese a la caída de los visitantes más jóvenes y que llegan atraídos por las discotecas: «No solo se compensa con el turismo familiar, sino con la llegada de clientes nacionales y procedentes de Alemania, Francia, Italia y Holanda».

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