El agua desalada producida en Ibiza se redujo un 12 % en 2020 debido a la situación sanitaria, según ha informado este martes la Alianza por el Agua de Ibiza y Formentera en un comunicado. Los datos recopilados por la entidad para el 'Informe 2020 del Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation' apuntan que si bien la cantidad de agua desalada producida entre 2015 y 2020 se incrementó en un 26%, la situación ocasionada por la pandemia provocó el año pasado una disminución con respecto a 2019. Así, en 2020, la producción de agua desalada no alcanzó la capacidad productiva, mientras que en 2019, en agosto, incluso la superó.

En la producción mensual, entre enero y marzo de 2020 se registró el máximo producido en los últimos cinco años, pero en abril, a causa de la situación por la covid-19, el volumen producido fue el menor de los últimos años, una tendencia que continuó a lo largo de los meses siguientes.

Por municipios, el que recibió una mayor cantidad de agua desalada fue el de Vila con 3,80 hectómetros cúbicos (hm³), seguido de Sant Josep (3,54 hm³), Sant Antoni (1,04 hm³), Santa Eulària (1,04 hm³) y Sant Joan (0,14 hm³).

En el conjunto de la isla, durante el año pasado disminuyó la compra de agua desalada en todos los municipios excepto en Santa Eulària, donde aumentó un 8 %.

Desde la Alianza recuerdan que Ibiza entró en 2020 en prealerta por sequía por tercer año consecutivo, hecho que afecta directamente a los acuíferos, favoreciendo su salinización.

Según destacan, aunque la crisis sanitaria brindaba la oportunidad de reducir al "mínimo exponente" la explotación de aguas subterráneas, sustituyéndolas por agua desalada, las desaladoras se han "infrautilizado", primando el uso de agua subterránea, "más barata", pero con un coste ecológico "inconmensurable".

Por ello, reclaman "revertir" el modelo de explotación y que las aguas subterráneas se utilicen cuando las desaladoras no cubran la demanda, "al menos" hasta que se hayan recuperado los acuíferos de la isla.