Una mujer fue hallada flotando sin vida en el puerto de Sant Antoni el pasado martes. La joven, de 33 años y doble nacionalidad, española y cubana, formaba parte de la tripulación del barco ‘Emili’, que llegó a Ibiza desde Puerto Banús, Marbella, un día antes del fatal accidente, el 28 de junio.
Al parecer, la joven habría resbalado en las duchas de popa de la embarcación y caído al agua, donde murió ahogada, según confirma la autopsia. Según la familia, alrededor de las 8.30 horas un mecánico de un barco contiguo, el ‘Elysabeth’, vio el cuerpo de la mujer flotando, a unos 20 metros de la embarcación en la que la joven trabajaba, se lanzó al agua y lo llevó hasta uno de los pantalanes. Una ambulancia del SAMU se trasladó hasta la zona y los sanitarios trataron de reanimarla durante casi una hora, aunque sin éxito. La mujer, que falleció a las 8 de la mañana, deja un niño de siete años.
Los familiares recibieron la noticia a través de la madrina del hijo de la joven fallecida, con quien se puso en contacto la Guardia Civil de Ibiza, y volaron desde Málaga para conocer con exactitud cuáles fueron los hechos y recoger el cuerpo de la joven.
Sin noticias del barco
El 29 de junio, seis horas más tarde de que se produjera el accidente, el dueño del ‘Emili’ se puso en contacto con la familia para informarles de que les haría llegar las maletas de la fallecida por envío urgente, explicaron los familiares. Desde entonces no han vuelto a tener noticias de él, ni de ningún miembro de la tripulación, aseguran, lo que les «extraña mucho», al tratarse de un presunto accidente laboral. Los familiares, y en especial el padre de la víctima, critican la desinformación por parte de las diferentes fuentes consultadas (personal del puerto y agentes de la Guardia Civil), que denuncian que difieren en el lugar de los hechos y «no dejaban claro si [se cayó mientras estaba] duchándose a bordo del barco, trabajando o en las duchas del puerto». Por ello, y tras «no saber a quién acudir», se pusieron en contacto ayer con este diario para denunciar la situación y exigir que se llevara a cabo «el visionado de las cámaras de seguridad del puerto y saber exactamente lo que ocurrió».
Unas horas después, una llamada de capitanía a la familia confirmó que, después de que la Guardia Civil revisara el contenido de las cámaras, llegaron a la conclusión de que la mujer no llegó a las duchas del puerto, por lo que el accidente «tuvo que suceder» en la popa del barco, apuntan.
