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Abel Matutes señala al policía acusado de encubrimiento como «autor intelectual del robo»

El presidente del Grupo de Empresas Matutes niega en el juicio que el autor confeso del robo trabajara en el edificio como vigilante de seguridad pese a que la Audiencia Nacional consideró acreditado este hecho

Abel Matutes, en la entrada de la nueva sede de los Juzgados de Eivissa, ayer.

«Rafael [Rodríguez] es un amoral pero incapaz de concebir un plan de estas características», afirmó ayer Abel Matutes, refiriéndose al autor confeso del robo, a la vez que acusó al otro policía encausado, José Joaquín Fernández, acusado únicamente de encubrimiento, de ser el «autor intelectual del robo» y de tener «mentalidad de delincuente». El máximo responsable del Grupo de Empresas Matutes y exministro de Asuntos Exteriores hizo estas afirmaciones durante su declaración en la tercera sesión del juicio por el robo perpetrado en 2013 en la sede de su compañía, en Ibiza, donde fueron sustraídos 2,7 millones de euros, de los cuales casi un millón no han llegado a ser recuperados.

Según explicó Matutes, inmediatamente después del robo, cuando el principal sospechoso aún negaba los hechos, habló con con él para convencerle de que devolviera el dinero a cambio de retirar la denuncia. «Tú a mí no me engañas [...] Está más que claro, no me tengas por tonto. Yo te intentaré ayudar, pero primero confiesa y devuelve el dinero», le dijo. La defensa de José Joaquín Fernández aprovechó entonces para preguntar a Matutes si ofreció 200.000 euros a los acusados a cambio de no denunciarles, a lo que el empresario contestó que no recordaba «el detalle» de lo que habló con ellos.

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Sobre la diferencia entre la cantidad cuya sustracción denunció en un primer momento (187.000 euros) y la que reconoció finalmente (2,7 millones), el empresario alegó que se trataba de una táctica para hacer creer a los ladrones que desconocían la cifra total del dinero robado, con el fin de que fueran devolviéndolo poco a poco y pudieran quedarse con el dinero no denunciado.

Durante la sesión, el abogado Fernando Pamos de la Hoz, defensor de Fernández, solicitó que se exhibieran las imágenes de una entrevista que Matutes concedió a una televisión, en la que explicaba que el dinero robado provenía de los arqueos de caja de 20 de sus hoteles de Ibiza. El testigo se ratificó en sus declaraciones, a pesar de que contradicen el testimonio ofrecido el día anterior por el director administrativo del Grupo Matutes, que declaró que el 95% de ese dinero procedía de las cajas del hotel-discoteca Ushuaïa entre mayo a octubre.

«Rafael [Rodríguez] es un amoral pero incapaz de concebir un plan de estas características»

Abel Matutes - Presidente del Grupo Empresas Matutes

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Abel Matutes hizo referencia también a la auditoría llevada a cabo por la consultora Deloitte que, según subrayó, respalda la procedencia del dinero, a lo que el abogado de Pamos de la Hoz replicó, con el informe en la mano, que el auditor «niega tajantemente que en la caja, a la vista de los apuntes contables, hubiese dinero de los hoteles».

«Nunca trabajó para nosotros»

Durante su declaración, Matutes negó varias veces que Rafael Rodríguez, agente de la Policía Nacional por aquel entonces, trabajase para su empresa como vigilante de seguridad de sus oficinas. «Nunca trabajó para nosotros. No fue vigilante de seguridad», aseguró, a pesar de que el responsable de la empresa de alarmas que instaló el circuito de cámaras en el edificio había declarado el martes en el juicio que el teléfono de contacto para llamar, en caso de que saltara la alarma, era el del vigilante de seguridad, Rafael Rodríguez, como de hecho así se hizo la noche del robo cuando sonó la alarma antiincendios. Además, en agosto de 2016, la Audiencia Nacional consideró probado que Rodríguez compatibilizó ilegalmente su trabajo como policía nacional con las tareas de vigilante de noche en la sede de Empresas Matutes entre 2009 y 2013, a cambio de 1.500 euros al mes y el uso gratuito de una vivienda en el mismo edificio, por lo que ratificó la resolución del Ministerio del Interior que le expulsó del cuerpo precisamente por este hecho, considerado falta muy grave. Según Matutes, la que trabajaba allí como guardesa de noche era su mujer, aunque «es posible» que el acusado conociera dónde se encontraba la caja fuerte.

Las claves

Día 1

El presunto autor material del robo niega los hechos. Por primera vez en ocho años Rafael Rodríguez, presunto autor material del robo, señala a José Joaquín Fernández (J.J.), acusado de encubrimiento, como el autor del robo.


Día 2

En el robo de 2.7 millones participaron dos personas. Uno de los investigadores asegura que en las imágenes de una cámara de seguridad se puede ver a un hombre manipulando la caja fuerte, mientras Rodríguez estaba en la planta baja.


Día 3

Abel Matutes acude a declarar ante la jueza. El empresario señala a J.J. como el «autor intelectual del robo» y asegura que Rafael Rodríguez no trabajaba como vigilante de seguridad en la sede de su empresa.

En la sesión de ayer declaró también una agente de la Policía Científica que trabajó en la búsqueda de huellas en los paquetes recuperados del dinero robado y en cuyo informe figura que una de las huellas encontradas corresponde a José Joaquín Fernández. Su abogado defensor trató de desmontar esta conclusión aludiendo a los 12 puntos característicos que certifican la coincidencia de una huella, cuando en el informe sólo constaba una fotocopia que la agente de policía no pudo verificar. La huella dactilar de José Joaquín Fernández, acusado de encubrimiento, era la única prueba policial que le relacionaba con el robo, antes de que el otro procesado y autor confeso, Rafael Rodríguez, le incriminara directamente durante su declaración del primer día del juicio.

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