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Ganadería

La garante de la sobrasada ibicenca

La ganadera de Sant Miquel Maria Ramon ha sido distinguida con el premio al Mérito Ciudadano del Consell por su labor en la recuperación del sector primario. Es la principal proveedora de cerdo para la producción del embutido con el sello Sabors d’Eivissa

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La garante de la sobrasada ibicenca Vicent Marí

«Yo pensaba que estos premios solo se daban a la gente de Vila», confiesa entre risas Maria Ramon Torres. En un listado histórico en el que figuran asociaciones y personalidades de casi todos los ámbitos, ella destaca como la primera emprendedora del mundo rural galardonada con el Premio al Mérito Ciudadano del Consell de Ibiza.

Maria Ramon abandonó su trabajo de camarera a los 24 años para dedicarse por completo al ganado de cerdos y ovejas de su padre, en Can Toni de sa Cova. Ahora lleva la finca con su marido y amplió la explotación con pollo payés y un rebaño de cabras. Es una de las dos granjas, junto a la de Toni Guasch ‘Vildu’, que suministran la carne para los productores de sobrasada con la marca de garantía ‘Sabors d’Eivissa’.

Imagen de unos cerdos blancos de Sant Miquel. | V.M.

«El premio puede servir de ejemplo para reconocer la labor de recuperación del campo en Ibiza -admite-, pero este es un trabajo que necesita una dedicación diaria que echa atrás a mucha gente». De hecho, recalca que sus últimas vacaciones fueron hace siete años, con una escapada de cinco días a Sevilla.

La producción aviar tiene la marca ‘Gall pagès de sa Cova’ | V.M

La granja cuenta con 200 cerdos, 150 ovejas reproductoras, 400 pollos y un rebaño con una quincena de cabras

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«Nuestras jornadas son de doce horas de lunes a sábado y un par de horas los domingos, que también hay que venir a dar de comer a los animales», corrobora con su marido y compañero de trabajo, Daniel Ruiz. A cambio, puede marcarse sus horarios y, si necesita un día con tiempo libre, reparte esa carga de trabajo el resto de la semana.

La explotación de ovejas de Can Toni des Vildo es la mayor de Eivissa. | V.M.

También tiene la compensación de ser su propia jefa, trabajar al aire libre, mantener el arraigo de la tradición familiar y trabajar con sus ganados al aire libre, con las envidiables vistas del Puig de Missa de Sant Miquel que ofrece la finca de Can Toni de sa Cova. Y, sobre todo, le encantan los animales, con los que ha convivido desde pequeña, cuando en la casa familiar contaban incluso con un caballo para las tareas del campo y una vaca lechera.

Las cabras se aprovechan para amamantar a los corderos rechazados por sus madres. | V.M.

Hace 20 años, abandonó su trabajo de camarera para dedicarse enteramente a la explotación de cerdos y ovejas de su padre. «Había comprado más puercos y necesitaba ayuda». Ya hacía tiempo que Maria Ramon daba una mano a su familia al acabar su jornada en el bar restaurante Can Rei, en el mismo pueblo. También había trabajado en el antiguo Café Viena, en la avenida España de Vila.

«Para estar de camarera necesitas mucha paciencia y siempre debes estar de buen humor, aunque no tengas el día. Aquí los animales no me protestan», bromea. Tras hacerse cargo de la granja, fue ampliando la producción. Ahora cuenta de manera permanente con más 200 cerdos, 150 ovejas reproductoras y, desde 2016, con una explotación aviar que comercializa bajo la marca ‘Gall Pagès de sa Cova’. «La capacidad total es para 1.200 pollos, pero ahora tenemos algo más de 400». Confía en que, en un futuro próximo, Ibiza cuente con matadero de conejos para dedicarse también a su cría.

Además, tiene un pequeño rebaño de unas 15 cabras. Aunque vende los cabritos que van naciendo, su principal función es ejercer de nodrizas para los corderos rechazados por sus madres. «Si una oveja pare dos o tres crías, solo quiere a uno, que es al que alimenta».

Autosuficiencia: Cultivo de forraje y cereales para alimentar a los ganados. Maria Ramon también es productora agrícola, ya que cultiva forraje y cereales en Can Toni des Vildo y en otras seis fincas vecinas para alimentar a su propio ganado.

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Para que no mueran de hambre, existe la opción de comprar leche en polvo, pero ella prefiere recurrir a la natural. «La leche de cabra es la mejor». Ahora mismo, hay seis corderos que se amamantan con nodrizas caprinas, pero ha llegado a tener una veintena. Ella misma se encarga de dar biberones cuando las cabras se quedan sin leche.

Autoprovisión

Las labores de Maria Ramon y su pareja no se limitan al cuidado de los animales. Se dedican a la agricultura con la plantación, en Can Toni de sa Cova y en seis fincas vecinas (siete a partir del año que viene), del forraje para las ovejas y de grano para cerdos y pollos. Plantan cereal autóctono, más resistentes a la sequía, como ordi negre y blat mollar roig. Cuentan con un molino propio para moler la harina que comen sus ganados.

Los puercos también comen algarroba triturada que compran en la Cooperativa de Sant Antoni. «Aquí tenemos, pero no llegamos a recogerlas», precisa. Sus ovejas se las comen cuando caen del árbol, mientras pastan al aire libre en Can Toni de sa Cova.

Los cerdos son aptos para la producción de sobrasada a partir de los nueve meses de edad, cuando llegan a unos 200 kilos de peso

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La granja de Maria Ramon ahora es el principal suministro de materia prima para los productores de sobrasada distinguida con la marca de garantía Sabors d’Ibiza (Can Ros, es Cucó, Ses Matances de Can Caus y Carnes Juan Viola). Los cerdos son aptos para llevar al matadero a los nueve meses, cuando pesan unos 200 kilos. Los pollos deben esperar unos cuatro meses («aquí están al aire libre y tardan más en hacerse grandes»), el mismo tiempo que los cabritos, mientras que el cordero, a partir de los tres.

De tanto en cuanto, le toca vender algún lechazo, algo que no haría si no fuera un pedido expreso. «Después de alimentar a tantos, soy incapaz de comer cordero o cabrito. Me dan mucha lástima», confiesa. En su casa, hierven las carnes por separado para cocinar el sofrit pagès y ella solo toma el pollo.

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