La Fiscalía de Ibiza pide una condena de cinco años de prisión para un hombre residente en Ibiza de 38 años por abusar sexualmente de una niña, desde que la víctima contaba con 12 años hasta los 15. La Sección Segunda de la Audiencia de Palma juzgará este viernes por la mañana al acusado por este presunto delito continuado de abuso sexual a la menor menor entre octubre de 2015 y mayo de 2018.

Además de los cinco años de cárcel, la Fiscalía reclama la prohibición de comunicación y aproximación a la víctima durante un plazo de 10 años, así como una indemnización de 10.000 euros por los daños psicológicos sufridos.

El escrito de acusación indica que el procesado aprovechó la relación de confianza que tenía con el padre de la menor y su presencia activa en el domicilio familiar para exhibirse desnudo ante la víctima y realizarle tocamientos con ánimo libidinoso. El fiscal recopila que estos abusos se cometían tanto en el ámbito familiar como cuando el acusado llevaba a la víctima a clases extraescolares en su coche.

«Diariamente le daba besos y arrumacos», recoge el escrito. Debido a estos presuntos abusos, «la menor ha sufrido consecuencias psicológicas agudas, consistentes en lesión psíquica, que conllevaron una bajada del rendimiento académico», detalla el escrito de acusación. El hombre juzgado no tiene antecedentes penales y no ha estado privado de libertad por estos hechos.

Por otra parte, la Fiscalía de Ibiza pide penas de entre cinco y tres años y seis meses de prisión para un grupo de cinco narcotraficantes que fueron sorprendidos con diversas cantidades cocaína, unos 100 gramos en el mayor de los casos, así como diferentes artilugios para su preparación y venta.

Venta de droga

Según las pruebas policiales que recoge el escrito de acusación, los cinco detenidos, de origen dominicano, se dedicaron a la distribución y venta de sustancias psicotrópicas entre enero de 2019 y mayo de ese mismo año. Durante esta operación, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Ibiza llevó a cabo distintos registros domiciliarios, así como en un restaurante de la calle Aragón, que fue precintado.

Tras ser detenidos en la operación, a principios de mayo, los cinco acusados ingresaron en prisión sin fianza. Tres de ellos contaban con antecedentes penales por robo con violencia, delito de maltrato o por conducir sin permiso de circulación.