Joan Torres, edil de Obras Públicas de Sant Antoni, presentó ayer el proyecto de ejecución de eliminación de barreras arquitectónicas y mejora de la movilidad en 13 calles de Sol y Descanso, Can Bonet y ses Païsses: Bolitx, Llimoners, Ginebres, Alfàbega, les Vinyes, Pomeres, Cirerers, Cascall, Violeta, Rosers, Pruneres, Tarongers y Figueres. Supone una inversión de más de un millón de euros y con él se pretende convertir esa zona, actualmente un infierno urbanístico, en un barrio «totalmente accesible que cumpla todas las normativas municipales, autonómicas y europeas». El propio Torres admitió que hay tramos, como en la calle Cirerers, que «dan vergüenza»: no hay aceras y se encharca en cuanto llueve debido a la existencia de un desnivel respecto a la autovía.

Es, aseguró Torres, «una demanda de todos los vecinos de la zona». El proyecto ha sido redactado por un equipo externo, pero «siempre bajo la supervisión del ingeniero del Consistorio», Antoni Tur. Tras el primer paso dado ayer, deberá procederse a su contratación pública, aprobación en junta de gobierno y adjudicación. «Lo ideal -señaló Torres- sería poder iniciar las actuaciones en verano, dependiendo de cómo vaya la temporada, pero cuanto antes mejor». Como para la contratación «se necesitarán de cuatro a seis meses», lo más probable es que no empiecen las obras hasta octubre.

J. A. Riera Mejoras en el barrio de Can Bonet

Respecto a la posición del PP en este proyecto (no había ningún representante de este partido en la rueda de prensa), Torres destacó que cuando hace medio año encargaron el proyecto «se hizo con total consenso». «Vamos todos a una. No creo que haya ninguno, no sólo de los 11 del equipo de gobierno sino de los 21 regidores de Sant Antoni, que no vea que hay necesidad de actuar en este barrio».

Miguel Tur, concejal del PP de Turismo, Fiestas y Participación Ciudadana, admitió ayer que el proyecto «es bueno para el pueblo» y que con él «se soluciona un problema que viene de muy atrás en esa zona». «No vemos ninguna objeción», señaló. Eso sí, hay matices: «Lo apoyaremos si se va por el camino del consenso. Estamos al inicio de un proyecto en el que todos tenemos que estar de acuerdo y los vecinos deben estar informados. Es complicado que el 100% de los propietarios estén de acuerdo, pero nosotros buscamos el bienestar de los vecinos, lo general sobre lo particular».

"Estamos al inicio de un proyecto en el que todos tenemos que estar de acuerdo y los vecinos deben estar informados"

Miguel Tur - Concejal de Turismo, Fiestas y Participación

En este proyecto se ha incorporado la actuación prevista a la entrada de la calle Cirerers que formaba parte de otro plan presentado hace dos años: «Pero luego pensamos que lo que había que hacer era un proyecto de envergadura, no sólo eso», admitió Torres.

La siguiente fase abarcará desde la calle Bolitx hasta el cinturón de ronda: «Y posiblemente será necesaria una tercera fase», reconoció Torres. «En los próximos días, posiblemente a finales de mes, pediremos la redacción de la segunda fase de ses Païsses y de la cuarta del casco de Sant Antoni», anunció en ese sentido.

Respecto a la oposición de algunos vecinos, el edil de Obras Públicas explicó que, desde hace tres semanas, ha enseñado el proyecto a diversos propietarios afectados y a los miembros de la asociación del barrio: «En un par de calles [les Vinyes y Cirerers] hay unos impedimentos que habremos de subsanar, pero estoy convencido de que se trata de una mejora de interés general para el barrio y que, por tanto, no habrá oposición». Ese impedimento es la negativa de algunos vecinos a ceder el espacio para construir la acera, pese a que debieron hacerlo en su momento y a que el Consistorio se hará cargo de pagar toda la obra de construcción de ese vial. La propiedad sólo debe ceder «metro y medio de terreno».

José Ramón Martín, edil de Ciudadanos que, dentro del equipo de gobierno, se encarga de este barrio, señaló que «había una demanda desde hace años, dado que esta zona estaba un poco dejada». «No nos cabe en la cabeza -añadió- que las avenidas principales no tengan aceras en las que la gente pueda pasear con sus niños tranquilamente».

También Garrovers

El ingeniero Antoni Tur explicó que aunque en el proyecto no está incluida la calle Garrovers, cuando el proyecto salga a licitación se incluirá «como una mejora, de manera que las empresas que liciten opten bien por una bajada económica o bien por ofrecer esa mejora en esa vía pública». Se habilitará un aparcamiento disuasorio en esa calle, en una parcela de titularidad pública.

La actuación en las aceras consistirá en «hacer más visible al peatón cuando vaya a cruzar una calle o se desplace por una zona crítica, como los pasos de peatones». Lo más difícil será, admitió, la eliminación de obstáculos, como señales y postes de telefonía y electricidad: «Se contempla desplazarlos en la medida de lo posible. Pero nosotros no podemos actuar, podemos sólo solicitar a la empresa responsable que se actúe. Ir a una solución de soterramiento de esas líneas cuesta muchísimo dinero y lleva mucho tiempo».

Contó, en ese sentido, la frustración que supone, por ejemplo, llevar cuatro años intentando que Telefónica retire un poste pegado al bordillo de la calle Pruneres: «Me consta que el soterramiento está hecho y que se pueden retirar los cables. El día que pase algo allí, ya veremos de quién es la culpa, si del Ayuntamiento o de Telefónica por no ser capaz de retirarlo en los últimos ocho años». «¿Tiene fuerza el Ayuntamiento para hacer esos cambios? La verdad – indicó Tur- es que la reglamentación actual del Ministerio de Industria tiene más en cuenta los intereses de las compañías que las demandas sociales».