Lo que recomienda el Govern para los saraos navideños en Ibiza

Si alguien estaba pensando lucir hombros, espaldas o brazos desnudos en las minicenas de estas navidades, que se vaya olvidando de ello. O que tenga claro que se va a congelar. Porque este año, una de las reglas de la nueva etiqueta navideña sugerida por la conselleria balear de Salud es que haya puertas, ventanas y terrazas abiertas durante cualquier sarao de tamaño reducido que se celebre. «Bien abrigados», indicó Javier Arranz, portavoz del comité de Gestión de Enfermedades Infecciosas de Balears, convertido, ayer, en gurú de las buenas formas para las navidades del coronavirus.

«No nos tiene que dar vergüenza llevar la mascarilla en nuestra propia casa», apuntó Arranz, que insistió en la importancia de mantener las medidas de prevención del coronavirus en las reuniones familiares y sociales que se celebren estos días en casas particulares, donde más se suelen relajar.

Las reglas de la buena educación coronavírica establecen que hay que recibir a los invitados con una copa de cava sino con un buen chorro de gel hidroalcohólico. Además, se les debe dejar muy claro que pueden ¡y deben! usar el aseo para lavarse las manos todas las veces que quieran. O, incluso, aunque no quieran.

Las mesas también tienen sus normativas. ¡Ilusos quienes pensaban que al ser no más de seis personas se iba a librar este año de abrir o desplegar la mesa! Error. Cuanto más grande sea ésta, más separados podrán estar los comensales. De lo que sí se libra, si cumple las normas, es de tener que sacar al salón todas las sillas de la casa para encontrar acomodo a las posaderas de los invitados.

Esa costumbre tan mediterránea de compartir plato se queda totalmente fuera de cualquier tratado de buenas formas en época de pandemia. Cada uno, su plato. Y nada de picotear algo en el del vecino (lejano) de mesa. No vaya a ser que el coronavirus aguarde agazapado en el solomillo ajeno.