Infancia desprotegida

«A veces los jueces archivan casos de abusos sin explorar al menor ni a los padres»

«A un menor que dice haber sufrido abusos sexuales no se le cree hasta que se demuestre lo contrario, y debería ser al revés», afirman las responsables de la Fundación Conciencia

Alba Pau, Marisina Marí, Montse Guitet y Montse Gómez, frente a la sede de Diario de Ibiza

Alba Pau, Marisina Marí, Montse Guitet y Montse Gómez, frente a la sede de Diario de Ibiza / j. a. riera

Ibiza

«Cuando una mujer denuncia haber sido maltratada, se la cree mientras no se demuestre lo contrario. Pero si un menor denuncia haber sufrido abusos sexuales, no se le cree hasta que se demuestre lo contrario. Es decir, es totalmente al revés, algo que no tiene sentido», explica Marisina Marí, presidenta de la Fundación Conciencia, quien recuerda que los menores son el colectivo más vulnerable de todos. Tanto ella como la psicóloga Montse Gómez y la neuropediatra Montse Guitet denuncian que «a menudo los jueces archivan denuncias sin haber explorado ni escuchado al menor ni a los padres». Simplemente, alegan que los hechos denunciados no tienen suficiente consistencia y proceden a archivar el caso.

De este modo, el menor sigue quedando en una situación de riesgo, «a veces incluso en manos de personas que posiblemente han abusado de él».

«Pero cuando el caso de un menor llega al juzgado es que está pasando algo. Incluso si el niño se está inventando la denuncia, es que está ocurriendo algo», afirma Montse Gómez.

En todo caso, Gómez destaca que el de los abusos sexuales a niños «a veces parece que es un tema invisible, que no está pasando». Otro de los principales problemas es que, tras una sentencia, «no hay un seguimiento» del caso. «Una sentencia ha de ser reparadora, no limitarse a sancionar», explica la psicóloga clínica.

«No se resuelven»

En Ibiza y Formentera, «actualmente se detectan pocos casos» en relación a todos los que se producen, «y los que se detectan no se resuelven adecuadamente», señala. Para empezar, las madres (porque suelen ser ellas, sobre todo, las que detectan el problema) «no saben adónde ir».

De ahí la importancia, como destaca Alba Pau, miembro también de la Fundación Conciencia, de la creación de la Casa del Menor que han solicitado al Consell (ver esta noticia).

«Al menos, lo que estamos viendo en el caso de la Casa de la Mujer es que cuando las mujeres llegan allí sienten una especie de liberación», puesto que se encuentran en un lugar donde ser atendidas, compartir sus experiencias y encontrarse en un ambiente donde pueden encontrar una salida a su situación.

«Un entorno amigable»

Alba Pau señala que este centro reuniria a psicólogos, policías, ONG, educadores sociales y otros profesionales, «a fin de conseguir un entorno amigable».

«Lo que se trata es de que el niño no tenga que ir de un lado a otro todo el tiempo, con gente preguntándole todo el tiempo las mismas cosas y causándole un perjuicio. Allí, con una sola entrevista, sería suficiente», señalan.

El único gasto que conllevaría sería el alquiler o la compra de las dependencias, puesto que los profesionales que allí trabajarían son los mismos que ahora lo hacen de forma dispersa y sin la necesaria coordinación en distintos puntos.

La situación de desamparo en que se encuentran los niños de Eivissa y Formentera que sufren abusos sexuales ha sido reconocida por los profesionales que se dedicana a este asunto, pero señalan que la solución a este problema escapa de sus competencias y que deben ser las administraciones responsables las que adopten las medidas adecuadas.

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