El presidente del Consell de Ibiza, Vicente Marí, ha aprovechado la puesta simbólica de la primera piedra de la Escuela de Hostelería en sa Coma para reivindicar la recuperación de los 3,1 millones de euros que la institución insular aporta para la ejecución de este proyecto. Esta infraestructura educativa tiene un coste total de 7,6 millones de euros, de los que 4,5 millones, procedentes de la tasa turística, los pone el Govern balear.

El ejecutivo insular entiende que no es su deber financiar un proyecto cuya competencia depende del Govern, por lo que reclama recuperar esa cantidad para "que regrese a Eivissa y se invierta en competencias propias del Consell", dijo Marí durante su discurso. Marí insistió, en ese sentido, en que "seguirá reclamando" la devolución de esos 3,1 millones de euros.

Las obras, que ya han comenzado, tienen una duración de 20 meses, de manera que si todo sale bien y no hay retrasos (siempre los hay), estará lista en junio de 2022. La presidenta del Govern, Francina Armengol, confió durante su discurso en que "se pueda estrenar el curso 2022/2023 " en la nueva Escuela de Hostelería.

El presidente del Consell valoró este proyecto por ser "una apuesta por la formación de calidad, por la mejora de la oferta turística y gastronómica, y por ser un camino para la inserción laboral de jóvenes y de profesionales". Cree Marí que, además, este tipo de oferta servirá para "valorar los productos locales", y desea que se convierta en "un referente internacional, de manera que haya alumnos de allende las Pitiüses en formarse en sa Coma.

Por su parte, Armengol subrayó que se trata del primer paso para con verter en realidad "un sueño de muchos años", y recordó que los primeros pasos los dio el expresidente del Consell Xico Tarrés, cuando se compró ese enorme terreno al Ejército. Tarrés, por cierto, dijo entonces que la Escuela de Hostelería sería una realidad en el año 2010.

Como Marí, la presidenta del Govern considera que su construcción es "una apuesta por la calidad". El Ejecutivo, dijo, ha apostado "garantizar" la formación de los isleños, "por el capital humano" y por su capacitación profesional. El Govern, señaló, considera que la educación y la formación son fundamentales en estos tiempos de pandemia, por lo que quiere "mantener las inversiones para el futuro" en vez de pararlas. Y la Escuela de Hostelería, recalcó, "es eso, una inversión, no un gasto".

También confía en que se convierta en un "referente mundial", especialmente ligado a la gastronomía. Precisamente, y como explicó el arquitecto de este proyecto, Pep Torres, el núcleo principal de este proyecto es una cocina "de altas prestaciones y calidad" que "marcará diferencias con otras" y se convertirá en un referente de este tipo de estudios. Tendrá nada menos que 840 metros cuadrados: "Será su corazón". De hecho, está situada en el centro. En total, la Escuela contará con unos 4.000 metros cuadrados.

El acto de poner la primera piedra fue sencillo. Tras firmar un acta de esta jornada, Armengol y Marí introdujeron tanto ese documento como un plano del edificio, una bolsa transparente con ocho monedas de euros de curso legal y dos periódicos locales (Diario de Ibiza quedó arriba) en una urna de metacrilato cerrada con llave. Luego la metieron, los dos a la vez, en un hueco dejado a las puertas de la escuela, que dada su profundidad tuvieron que soltar en vez de depositar suavemente en el suelo.

Al acto acudieron los alcaldes de todos los municipios, representantes sindicales, el presidente de la Pimeef (Alfonso Rojo) y la presidenta de la asociación de hostelería (Verónica Juan), la presidenta de los hoteleros (Ana Gordillo), el presidente de Fomento del Turismo (Alejandro Sancho), el director insular de Turismo (Juan Miguel Costa), las conselleres Vivian a de Sans (Podemos) y Marta Díaz.

Los cinco alcaldes se sumaron a Armengol y Marí a la hora de tapar el hoyo con tres ladrillos alargados y cemento. Muy aplaudido por su garbo con la paleta fue el principal edil de Sant Joan, Antoni Marí. "¡Qué arte!", se oyó decir cuando lo hizo la presidenta balear.