Los empresarios de la zona del West End reaccionaron ayer con indignación a las medias aprobadas por el Govern balear tras el fin del estado de alarma, que impide la reapertura de los establecimientos de ocio de esta zona, al contrario que en el resto de Ibiza La medida también cuenta con la oposición del Ayuntamiento y la asociación hotelera de la localidad, que, al igual que los negocios afectados, la consideran «arbitraria y sin justificación».

El presidente de la Asociación de Empresarios del West End, Pep Tur, subrayó que esta limitación «empuja a la ruina a las familias que trabajan en más de 50 locales» que se concentran en este núcleo. «En un mes, muchos de ellos estarán recurriendo a Cáritas», aseguró. Respecto a la posibilidad de que estos negocios trabajen solo con sus terrazas, tal y como prevé el nuevo plan del Govern, auguró que no va a servir para que abra ninguno de ellos. «Son locales pequeños y los dos que tienen más mesas [en el exterior] podrán tener cuatro, con las medidas de distancia que deben cumplir».

Tur también lamentó que se castiga al West End al estar incluido en el decreto contra el turismo de excesos, junto a los núcleos mallorquines de Magaluf y s'Arenal, «cuando Sant Antoni es Jauja comparado con ellos». También subrayó que la mayoría de locales pertenecen a familias del municipio.

«Hay menos riesgo en Alcúdia?»

«Hay menos riesgo en Alcúdia?»

Por su parte, el alcalde, Marcos Serra, criticó que la directora general de Turismo del Govern balear Rosa Morillo, con la que conversó el jueves para conocer sus argumentos, «no ha presentado ninguna justificación sanitaria». «Estoy de acuerdo con que son medidas excepcionales para evitar contagios, ¿pero acaso hay más riesgo en el West End que en Platja d'en Bossa o Alcúdia?», subrayó.

Serra incidió en que el turismo de esta zona de Sant Antoni «debe mejorar, por ello se han aprobado ordenanzas más restrictivas de ruidos y vibraciones y se han endurecido las sanciones contra los infractores. «El verano pasado cerramos cuatro locales que no cumplían las normas y a varios se les dejó entre cuatro y ocho meses sin música y con fuertes multas», detalló.

La presidenta de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera, Ana Gordillo, que ocupa el cargo como representante de Sant Antoni y la bahía de Portmany, recordó que, en su momento, no se opuso al decreto del turismo de excesos «porque no tenía esta incidencia [las restricciones que ahora se introducen en el plan a la nueva normalidad] e introducía medidas que creíamos buenas para la zona, como prohibir las bodegas abiertas las 24 horas». «Pero cerrarlo todo no es la mejor solución para ayudar a un cambio en el modelo turístico», apuntó Gordillo, «y mucho menos en una situación como la de ahora, en la que se debe sumar y no restar». No obstante, mostró su confianza en que, a lo largo de julio, a medida que vaya revisando el plan, el Govern rectifique y permita que los locales del West End «puedan abrir con las mismas condiciones que ahora van a tener en los otros municipios».

El empresario Joan Pantaleoni, que posee negocios de ocio y restauración y está reformando el hotel Portmany, el más antiguo de Sant Antoni, tachó la medida del Govern como «una auténtica barbaridad y una arbitrariedad absoluta». «Solo estaría justificado si hubiera riesgo de aglomeraciones en las calles, ¿pero alguien cree que vendrá gente suficiente a Ibiza para que se produzcan?».

Preparativos en Vila

Preparativos en Vila

En cambio, algunos de los locales de ocio de Vila ya prevén reabrir de cara al próximo fin de semana, previsiblemente el viernes, como el Malanga o el De Miedo, donde trabajan en estos días para su puesta a punto. Por su parte, la Asociación de Empresarios y Comerciantes de Platja d'en Bossa, destacó el esfuerzo de modernización y adaptación que han llevado a cabo los negocios de su zona, además de mostrar su solidaridad con los empresarios del West End, «que tienen una actitud responsable».