Algunos de los 76 viajeros que a las 7 horas de ayer se disponían a subir al primer ferri con destino a Formentera, la única isla de Balears que entró en la fase 1 del proceso de transición, se tuvo que quedar en tierra al dar positivo en el test rápido, el que detecta la presencia de anticuerpos para combatir el coronavirus. El conseller balear de Movilidad, Marc Pons, confirmó ayer en rueda de prensa que se habían detectado algunos positivos, al tiempo que apuntó que no habría «inconveniente alguno» en que la conselleria balear de Salud informara del número de casos. Sin embargo, el Ib-Salut rehusó hacerlo porque los positivos no sólo había que verificarlos con otra prueba, sino que tampoco implica que, de confirmarse, sean casos activos de coronavirus. (Ver galería de imágenes)

Aparte de recordar que el resultado de estas pruebas rápidas «no son cien por cien fiables», un portavoz del Ib-Salut explicó que con este test se detecta si la persona ha estado en algún momento en contacto con el Covid-19 (a través del análisis de sangre de una vena capilar extraída con un pinchazo en el dedo, se comprueba si la persona tiene anticuerpos para hacer frente al coronavirus). Los positivos fueron citados ayer mismo para hacerse la prueba PCR en el dispositivo instalado para ello en el aparcamiento del antiguo hospital Can Misses.

Con esta prueba, la PCR, cuyo resultado tarda 48 horas en conocerse, se comprueba si los positivos del test rápido son casos activos o si se trata de personas que ya han superado, sin saberlo, el contagio. Tampoco se descarta que el positivo del test rápido sea falso. De hecho, también se repetirán los test de anticuerpos, según las fuentes consultadas del Ib-Salut.

Además de los test rápidos que se practican, por primera vez, a los pasajeros con destino a Formentera (no se hacen en el puerto de la Savina), también se les toma la temperatura y se les obliga a rellenar un cuestionario con una serie de datos de tipo sanitario.

Retraso de una hora y media

Retraso de una hora y media

La práctica de los test rápidos (dos enfermeras y un enfermero los hacían) provocó que el primer barco del día con destino a Formentera, que debía partir a las 7 horas, zarpara con una hora y media de retraso. La mayoría de los pasajeros eran personas que trabajan en Formentera, a los que se sumó un nutrido grupo (una treintena) de periodistas y reporteros gráficos que se desplazaron a la pitiusa menor para cubrir el desarrollo del primer día de su desconfinamiento.

Las personas que ayer pasaron el test y que, a partir de ahora, tengan que desplazarse a diario de Ibiza a Formentera no tendrán que someterse de nuevo a esta prueba, al menos durante una semana, por lo que se espera que no se repita el retraso que se registró ayer en la salida del primer barco. Además, muchos de los usuarios, que desconocían que iban a someterse a un test de anticuerpos (el resultado se obtiene en 12 minutos), llegaron al puerto con poca antelación.

El siguiente ferri de pasajeros entre Ibiza y Formentera, previsto para las 13 horas, salió a la hora programada, aunque el número de viajeros era muy inferior al de la primera hora. En este caso, salvo algunos trabajadores de la construcción, la mayoría de los pasajeros eran residentes de Formentera que se habían desplazado a primera hora a Ibiza para acudir a una cita médica y que regresaban a sus casas.

Es el caso de Joan, de 70 años, que durante los casi dos meses que dura ya el confinamiento, ha tenido que viajar periódicamente a Ibiza para recibir atención médica. Este pasajero cuestionaba, al igual que otros, por qué no se habían hecho antes los test. «Hoy [por ayer] cambia todo. Antes ni los marineros llevaban mascarilla, ni se tomaba la temperatura. Sólo había un control de datos que no creo que sirviera de mucho», resaltó.

Al ser preguntado en la rueda de prensa sobre por qué no se empezó antes a someter a los pasajeros de las conexiones entre las Pitiusas a test rápidos, el conseller de Movilidad, Marc Pons, explicó que la entrada de Formentera en fase 1 implica «un incremento de pasajeros» y, con ello, «una mayor vigilancia». Pons destacó que, siguiendo «criterios sanitarios», se adoptó la decisión, que «se pactó el domingo con el Consell de Formentera», de «tomar la temperatura y hacer test de anticuerpos» a los pasajeros, al tiempo que indicó que, cuando el resto de islas entren en fase 1, se aplicará el mismo protocolo en el resto de puertos y aeropuertos.

En todo caso, Joan destacó «la tranquilidad» que le da el hecho de haberse sometido al test rápido con resultado negativo. «Está muy bien que lo hagan, nos beneficia a todos. A ver si se hacen más», dijo este vecino de Formentera, que, según explicó, extrema las medidas de seguridad cuando va al supermercado a hacer la compra, una vez, como mucho, «cada diez días». Antes de partir rumbo a Formentera, también destacaron «la tranquilidad» y «el alivio» que les suponía haber dado negativo en el test rápido Rodolfo, un trabajador del servicio de teleasistencia de la Cruz Roja y Silvia, que después de casi dos meses, volvía a Formentera, donde trabaja en una peluquería canina. «He seguido todas las reglas de seguridad, pero es un alivio, que indica que hay que seguir con el mismo cuidado», dijo.

Del 'frente' a Formentera

Del 'frente' a Formentera

Quién más motivos tenía para expresar su satisfacción era Àngel Pons, periodista catalán que trabaja en TVE (en el programa España Directo) y que, paradójicamente, después de estar dos meses cubriendo en primera línea, en los focos de mayor infección, la información sobre la expansión de la pandemia en España, ayer, en Ibiza, en su parada obligatoria para llegar a Formentera, fue sometido por primera vez a un test. Le sorprendió que el resultado fuera negativo. «Daba por hecho que había pasado el contagio», resaltó. Este reportero de 'España Directo', que ayer por la tarde narraba desde Formentera el desarrollo de la primera jornada de la fase 1, ha cubierto la repatriación de españoles procedentes de Wuhan, en China, la primera muerte de una persona por coronavirus en el País Vasco, ha estado en el hospital de campaña de Ifema, en Madrid, y en la residencia geriátrica de Tres Cantos y en la de estudiantes de Salamanca, afectadas ambas por la pandemia. Y, salvo los preceptivos controles policiales, hasta ayer no le habían sometido a ninguna prueba para comprobar si pudiera estar infectado. Al principio de la crisis sanitaria ni siquiera llevaba mascarilla. «He sufrido mucho, sobre todo por mi pareja, que estaba muy preocupada», explicó antes de embarcar hacia su directo en Formentera.