P ¿Damos ya por perdido turísticamente el verano de 2020?

R No sé si lo podemos dar por perdido, pero será un verano muy duro. El punto de inflexión llegará cuando se encuentre la vacuna, pero mientras, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Le hemos hecho propuestas tanto al Gobierno como al Govern para mitigar los efectos devastadores de esta crisis y lo primero es la realización de test masivos a la población y a los visitantes. Al ser unas islas podemos controlar de forma exhaustiva toda la gente que nos visita porque llega en avión o en barco. Lo segundo es más complicado, porque requiere coordinación a nivel europeo, pero es el pasaporte sanitario, que es la única manera de dar viabilidad al transporte. De no llevarse a cabo, sí que podemos dar el verano prácticamente por perdido.

P La previsión del Govern es que en agosto se haya recuperado un 25% de la actividad turística y que a partir de ahí vaya creciendo mes a mes. ¿Su pronóstico es mejor o peor?

R Me considero optimista, pero creo que esa previsión es demasiado optimista. Ojalá, pero creo que no será el caso. Después de hablar con compañías aéreas y touroperador de los principales mercados emisores, dudo mucho que vayan a restablecer vuelos en agosto. El primer mercado en reactivarse será el mercado nacional, cuya capacidad adquisitiva, sin embargo, quedará muy mermada por los efectos de la crisis. Además, Balears junto con Canarias es el destino con más dependencia del mercado internacional. Creo que se reactivará antes la actividad en el litoral de la península, ya que antes de coger avión o barco, la gente cogerá el coche para hacer una escapada o un puente.

P Los últimos planes que han trascendido de los principales touroperadores, TUI y Jet2, es que planeaban recuperar sus viajes a mediados de junio. Por la información que tiene, ¿han cambiado esas previsiones?

R No me gustaría hablar de nombres concretos, pero si uno va a las webs se encuentra que ya se está comercializando el verano de 2021, algo insólito en abril, normalmente se hace en septiembre o en octubre. Las perspectivas van cambiando cada semana. Ahora mismo si uno mira el nivel de ocupación de los hoteles en julio y agosto no hay para estar tan asustado, pero el problema es que a medida que pasan las semanas se van cancelando las reservas. La gente que ha reservado a principio de temporada o el año pasado espera al último momento, pero por desgracia se van cancelando. Nunca nos habíamos enfrentado a una crisis de tal magnitud.

P Ha criticado que primero la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, hablara de recuperar la actividad turística en una fase que podía extenderse hasta final de año y que después la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, haya dicho que no había calendario para el turismo, pero que no daba por perdido el verano.

R Lo único que generan esos mensajes es incertidumbre. Hay que ser extremadamente precavidos. Si los que estamos en el negocio desde hace años, en mi caso más de 20, tenemos ese nivel de visibilidad tan bajo, prácticamente nulo, se antoja muy valiente hacer cualquier pronóstico. Desde luego la intención de los hoteleros es abrir los hoteles lo antes posible, pero hasta que no se den las condiciones de seguridad para trabajadores y clientes es lo último que haremos. No asumiremos riesgos. Los países que mejor han gestionado la crisis del coronavirus tienen un denominador común: los test masivos. No sé si hay 200.000 infectados o, como dice una universidad británica, siete millones; si hay 20.000 fallecidos o el doble, como parece si se suman algunos datos de las comunidades autónomas. Necesitamos saber de qué hablamos y a lo que nos enfrentamos.

P ¿Qué calendario plantea para el retorno a la actividad turística?

R Pregúnteselo al Gobierno. Lo que yo digo es que necesitamos esos test masivos a la población y a los visitantes. Debe ser la prioridad del Gobierno y de cualquier gobierno autonómico. Si yo si fuese la presidenta de esta comunidad sería en lo que trabajaría. Cuando acabe el confinamiento, que lo tengamos controlado, la forma de posicionarnos como Balears es la de destino seguro. De la misma manera que el 11-S transformó nuestras pautas de viaje, ahora no pasa nada por tener que pasar por un trámite y hacerse la prueba, que al final es por la seguridad de todos. Eso vendrá para quedarse. Hasta que no seamos capaces de dar esa seguridad, podemos despedirnos de recibir turistas de fuera en Balears.

P Precisamente, parece que el Govern se está centrando en esa reapertura de los puertos y aeropuertos de las islas, que plantean que sea lo último en abrir.

R Si es lo último que se va abrir, se puede dar por perdida la temporada y dentro de un año empezaremos a hablar de los damnificados de la crisis del coronavirus. Es una cuestión de balancear. Ante todo hay que salvaguardar la salud, pero hay que equilibrar las medidas para que permitan la viabilidad de nuestra economía.

P La prensa publicó que la mayoría de llamadas al centro de atención ante la crisis del coronavirus en Alemania han sido para pedir si se podría o no viajar en verano. Parece un buen síntoma ante ese factor psicológico que también preocupa ahora.

R Yo creo que la gente está loca y deseando viajar, como está loca y deseando salir de casa, pero también creo que hasta que no se genere el clima y la sensación de seguridad en los destinos es una odisea hablar de cualquier viaje. ¿Viajarías con máscara, guantes y con ese temor y esos miedos, a otro país? España siempre ha sido el país más competitivo turísticamente hablando y ha sido en primer lugar gracias a la seguridad. Si los mercados emisores tienen la sensación de que la gestión aquí no ha sido la mejor o que no ha sido la más idónea, hasta que no cambie esa percepción pueden no querer viajar a nuestro país.

P ¿Y qué medidas de seguridad deberá tomar el sector turístico?

R En el sector vacacional nadie va a querer abrir un hotel en el que todo el mundo lleve mascarillas o en la playa. Es como lo de poner mamparas de protección en los comedores. El turismo de familia es muy importante para nosotros y yo, personalmente, antes que estar en una pecera con mi familia, prefiero quedarme en casa. Esas ideas me parecen absurdas y mata por completo el concepto de vacaciones. Me parece más lógico coordinar turnos de desayuno en el check-in para que la capacidad del restaurante no sea superior a un porcentaje y que los clientes puedan mantener las distancias.

P Por la paralización actual se están aplicando los ERTEs, pero ¿después de los ERTEs, qué?

R Como no hay visibilidad es muy difícil decir. Creo que los ERTEs es la mejor medida que ha tomado el Gobierno para salvaguardar los puestos de trabajo. Las empresas estamos para generar dinero y dar puestos de trabajo, y cada mes que pasa sin poder abrir hoteles, sin entrar ingresos y con los ERTEs a mí me parte el corazón, como el tener estas oficinas donde siempre hay ebullición de gente y hoy estamos aquí solos.

P Una vez se superen los ERTEs, ¿desembocará esto en una destrucción de puestos de trabajo?

R Esperemos que no, pero hay muy pocos sectores que pueden vislumbrar un panorama de cero ingresos durante tanto tiempo. Si no hay temporada turística, no tendremos ingresos hasta la Semana Santa de 2021. ¿Qué sector puede contar con cero ingresos durante un año sin tener que despedir a nadie y sin ajustar gastos?

P De momento se ha aplazado la subida salarial pactada en el sector de la hostelería. ¿Podrá llevarse a cabo dentro de un año?

R Ojalá, me encantaría. La patronal hotelera hizo un esfuerzo importante en los años de bonanza para repartir la riqueza entre todos los involucrados del sector. Está claro que en un contexto de cero ingresos no se puede mantener y ahí hay que decir que ha habido un gran trabajo por parte del conseller de Turismo, Iago Negueruela, que en un contexto difícil ha puesto a patronal y sindicatos de acuerdo.

P Siempre ha sido muy crítico con el impuesto turístico o ecotasa. ¿Es el momento de quitarlo?

R Este año no, porque si hay cero estancias habrá cero ecotasa. Lo que siempre he dicho es que son medidas cortoplacistas que nos restan competitividad. La ecotasa no ayuda y siempre he dicho que tarde o temprano nos daríamos cuenta que es una aberración.

P Dice que para este año ya no tiene sentido. ¿Para la que viene?

R Seguro que se abrirá ese debate y el diálogo. Necesitamos ser competitivos y dar facilidades a los clientes, porque todos nuestros mercados las van a dar. Todos los destinos de la cuenca mediterránea, el norte de África, Grecia, Croacia, países de los Balcanes, serán muy flexibles en precios. Me consta que competidores ya barajan reducir los IVA turístico y otras medidas. Cualquier gravamen injusto, como creo que es la ecotasa, debe suprimirse para ser competitivos.

P ¿Y será la de 2021 una buena temporada turística en Balears?

R Depende de si la reactivación de la economía en Europa tiene forma de V o de U. Yo creo que la recuperación de esta crisis económica debido al coronavirus será lenta y no veo tampoco en 2021 una temporada con los niveles de rentabilidad, volumen y demanda de 2018 o 2019. Creo que para eso tendrá que pasar más tiempo.

P Los últimos años en Balears, algunos grupos alertaban de los riesgos de la dependencia al sector turístico. ¿Lo que está ocurriendo ahora no les da la razón?

R Me encantaría que hubiera mayor diversificación, porque es bueno. Dicho esto, no tenemos que demonizar a nuestro sector, que nos hace extremadamente competitivos. Y en el sector turístico hay mucho que no son agencias de viaje, compañías aéreas, turoperadores o hoteles. Siempre he abogado por que el Parc Bit tendría que ser el Sillycon Valley del turismo. Hay mucho know how turístico que no depende de cómo vaya aquí la temporada. Tenemos grandes empresas desde bed banks hasta grandes comercializadores y todo ese know how se puede exportar o vender.

P ¿Y más allá del turismo?

R Hay ciertos sectores que por mucho que nos empeñemos será muy difícil que aquí puedan llegar a ser competitivos por los costes de la insularidad, de elaboración y de exportación. Los principales mercados de algunos de nuestros productos, como los vinos, los aceites o la sal, son los mismos que los del sector turístico, como Alemania y el Reino Unido, y seguramente está ligado a que los hoteles los han servido a sus clientes. No demonicemos y no carguemos tintas en que el problema es el turismo. El turismo es lo que ha hecho el bienestar de nuestras islas, ha contribuido a la distribución de la riqueza y es lo que nos pone de punta de lanza de un modelo hipercompetitivo a nivel mundial.