Las aerolíneas encarecieron el precio medio de sus vuelos entre Balears y la península hasta un 22% después de que el Gobierno central aprobara en 2018 elevar el descuento a los residentes del 50% al 75%, con el agravante de que está subida en el coste ha sido mucho más intensa para los residentes, hasta alcanzar el 40%, que para los no residentes, con solo un incremento del 7%.

Además, este alza ha sido más dura en el caso balear que en el canario, ya que la media en este último archipiélago ha sido del 9%.

Estas son las conclusiones a las que ha llegado la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tras realizar el correspondiente estudio a petición de los Gobiernos balear y nacional. Este fuerte incremento ha tenido un doble efecto: ha limitado los beneficios que se suponía que esa bonificación iba a tener para el bolsillo de los residentes en los archipiélagos, y ha disparado el gasto que desde las arcas públicas se hace para compensar el hecho insular en esta materia.

El estudio de la CNMC presentado ayer detecta dos comportamientos diferenciados. En las rutas interinsulares, el precio del billete aéreo apenas ha subido desde que se elevó el descuento al 75%, en este caso en 2017, aunque el hecho de que los aviones hayan pasado a estar más llenos al incrementarse un 26% el número de usuarios presupone una mayor rentabilidad para las compañías aéreas.

En las comunicaciones aéreas entre Balears y la península es donde las tarifas se dispararon a partir de 2018, año en que se mejoró la subvención en estas rutas, con el citado encarecimiento del 40% para los residentes y del 7% para los no residentes.

Ese aumento del descuento y esa subida de los precios han tenido diferentes efectos. Aunque los ciudadanos del archipiélago no se han beneficiado todo lo que deberían del aumento de la subvención debido a que las aerolíneas encarecieron sus tarifas, el coste del billete para el balear pasó a ser más barato con el 75% de descuento que con el 50%, lo que también hizo que los residentes se animaran a viajar más. Esto ha generado un aumento del 10% en los viajes hacia la península por parte de los habitantes de las islas.

Por contra, las personas no residentes en Balears y sin derecho a descuento, al encarecerse también sus precios aunque de forma más moderada, lo que hicieron fue adelantar la compra de los billetes para beneficiarse de las ofertas. En este caso, no se generó un aumento de pasajeros hacia las islas desde otras autonomías.

Más gasto público

Más gasto público

Obviamente, hay que tener en cuenta que todos estos datos corresponden al periodo anterior a la crisis del coronavirus, por lo que no se tiene en cuenta el impacto que se está dando actualmente en el transporte aéreo.

¿Qué otro efecto ha acompañado al aumento medio del precio del billete de avión y al hecho de que más residentes en las islas hayan optado por viajar aprovechando el mayor descuento? Pues que el dinero público que se destina al pago de estas subvenciones se ha disparado. Si en 2017 el Estado aportó casi 88 millones de euros a cubrir esta ayuda para los residentes en las rutas Balears-península, en 2018 ese importe ascendió a 136,3 millones de euros, y en 2019 alcanzó los 208,4 millones.

Ante este incremento, la CNMC realiza algunas recomendaciones, entre ellas una que ya ha sido planteada alguna vez desde el Gobierno central y que genera un notable rechazo en las islas: que se ponga un tope máximo a la cuantía económica de la subvención, de forma que ésta sea proporcionalmente menor en los billetes más caros, limitando así el impacto sobre los presupuestos del Estado.