El conseller ibicenco de Gestión Ambiental, Vicent Roig, remitió el pasado 18 de febrero a la conselleria balear de Medio Ambient «un plan de extracción de las cabras de es Vedrà» presentado un día antes por la empresa Enrocatr CB y que propone capturarlas «con perros y lazos», una modalidad que aseguran que es «ancestral y exclusiva de la isla de Mallorca». Según un portavoz de la institución insular, esa propuesta, que consta de un único folio y de un folleto, fue «mandada» por los animalistas de Basta Ya.

La presentación tuvo lugar fuera de plazo, pues el Govern había dado hasta el 15 de febrero para proponer maneras viables y bien planificadas para la extracción de los ruminates que están destrozando la flora endémica de ese islote. Aun así, la conselleria balear de Medio Ambiente ha encargado a sus técnicos que «lo evalúen».

Enrocat, una empresa mallorquina «especializada y con conocimientos para la captura en vivo [sic] de ejemplares caprinos», explica en su propuesta de planificación (de sólo una treintena de líneas) que su «modalidad de caza» consiste en «perseguir y acorralar a los diversos ejemplares de cabras en acantilados o pequeños precipicios». Afirman que se practica en la Serra de Tramuntana «desde hace miles de años» y «como recurso de aprovechamiento alimentario».

Esas «persecuciones» son efectuadas «por perros enseñados, exclusivamente, para este tipo de caza extrema». Una vez que las cabras han sido «acorraladas», el «hombre, portador de una caña telescópica y con ayuda de una cuerda con lazos en los extremos, así como con los perros cara a cara con las cabras, enlaza a los animales y los extrae del lugar».

Pese a cómo detalla esa caza, Enrocat asegura que deben conocer previamente el terreno «para preparar y adecuar la forma de extraer las cabras sin que padezcan ningún tipo de situación estresante», cosa que parece harto difícil en los acantilados verticales de es Vedrà y más si son perseguidas por perros, que el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) prohíbe introducir en el islote.

Los cazadores mallorquines creen que pueden usar «la geografía del islote» como si fuese «un corral natural». También proponen colocar redes a lo largo del terreno para «parar las huidas».

Una vez atrapadas, «serán conducidas hasta la orilla del mar», para allí embarcarlas en una lancha hasta la costa de Sant Josep. Y desde allí, «a un terreno adecuado para su cuarentena».

Conforman el equipo de Enrocat «tres personas» que cuentan con «material de escalada y de seguridad». No deben tener muy claro que puedan capturar a todas vivas, pues añaden en el informe que disponen de un permiso Sandach (para transporte de material de origen animal no destinado al consumo humano) «por si hubiera alguna baja caprina».