Varias niñas de no más de siete años corren de un lado para otro de la carpa instalada en el barrio de Can Bonet con ensaimadas en la mano. No paran de cruzar de un lado para el otro, sortear sillas y esquivar a gente. Su objetivo es repartir las 180 ensaimadas que la Asociación de Vecinos de Can Bonet distribuye entre los mayores de 70 años de los barrios de ses Païsses, Sol y Descanso y Can Bonet, con motivo de sus fiestas.

Al acecho de ese atractivo dulce, de tamaño familiar, aguardan decenas de mayores, que previamente han asistido a la misa en la Iglesia de la Sagrada Família, a pocos metros de la carpa. Tras la misa, los mayores han disfrutado de un concierto de villancicos y de la exhibición de ball pagès de la ball pagèscolla. Se trata de su día grande, del homenaje que rinden los vecinos a sus mayores y en el que, además de la ensaimada, degustan un buen vaso de chocolate caliente y un trozo de bizcocho, a pesar de que por la hora -y por el sol- se antoja más un vermut.

A gritos, varios integrantes de la Asociación de Vecinos se turnan para ir llamando uno a uno a los futuros dueños de esas ensaimadas. Y aunque las voces podrían superar el límite de decibelios permitidos por cualquier ordenanza municipal, algunos de los que esperan reconocen a quien tienen al lado que no entienden ni escuchan nada.

El vicepresidente de la Asociación de Vecinos, José Antonio Cardona, por su parte, se encarga de facilitar las cajas de ensaimadas a las niñas mientras el vocerío de nombres de vecinos continúa.

En el exterior, dos equipos se preparan para enfrentarse en el primer concurso de frita de matances: 'Mel de Porc' y Pep Cires Ferrer, que no ha pensado ni nombre para su equipo, del que es el único integrante. Entre ellos, distan varias generaciones pero coinciden en que es la primera vez que se presentan a un concurso gastronómico y, lo más importante, solo han visto hacer la frita de matances a otros. Es su primera vez.

'Mel de Porc' está formado por 13 amigos jóvenes. La mayoría hablan, comparten risas y cervezas, mientras las patatas están al fuego friéndose. Sobre la mesa, tienen los ingredientes preparados y ya cortados para sofreír. Aun así, señalan que lo importante es pasar un día todos juntos y disfrutar.

Cires, por su parte, sofríe lomo, le añade trozos de lengua y procede a cortar un riñón para incorporarlo más tarde. «Lo he visto hacer muchas veces. Sé lo que le ponían, pero no sé cuánto tiempo necesita cada cosa para hacerse. Así que lo calcularé a ojo y lo iremos probando», señala entre risas.

Un concurso precipitado

Cardona continúa con el reparto de las ensaimadas mientras atiende a unos y otros que lo reclaman en diferentes lugares, pero tiene claro que lo primero son las ensaimadas.

De la primera edición del concurso de frita de matances asegura que se ha convocado con poca antelación. «Ha sido todo muy precipitado», de ahí que solo haya dos grupos participantes, aunque confía en que en los próximos años se convierta en una cita multitudinaria.

Para que los vecinos de esta zona no se queden con hambre, la Asociación de Vecinos también prepara una frita de matances popular a diez euros y que incluye el plato principal, pan, bebida, fruta y café caleta. Una frita pensada para 200 comensales, precisa Cardona.

Durante la mañana, el grupo Doctor Trapero fue el encargado de ponerle música a la jornada mientras que por la tarde estaba prevista la actuación de Joan Murenu en la misma carpa. El día festivo finalizó con la obra de teatro 'Dianxes,quina història', a cargo de la Asociación de Vecinos es Molí de Sant Antoni.