El desencanto crónico con la política, el cansancio de votar por tercera vez en un año, la voluntad de castigo por el bloqueo y por la repetición electoral y, a falta de la excusa de otras ocasiones del día soleado para ir a la playa, el efecto de una lluvia que a partir de las cuatro gotas acostumbra a sembrar el caos entre los mallorquines. El cóctel de la desmovilización se sirvió frío en Balears. En ningún lado de España cayó tanto la participación ni se votó tan poco con respecto al pasado abril. La abstención fue transversal y castigó a partes iguales a izquierda y derecha: por los 31.134 votantes de izquierdas del pasado mes de abril que el domingo no fueron a votar, se quedaron en casa 33.770 votantes de derecha.

Los ciudadanos que se quedaron en su casa moldearon el resultado en la misma medida que los que fueron, si bien con un tiro mucho más imprevisible. Los primeros síntomas de que caía la participación y de que lo podía hacer de manera más acentuada de la prevista, encendió las alarmas en los partidos de izquierdas, que en abril interpretaron el claro triunfo del PSOE en las islas en una participación histórica.

Los datos de participación oficiales fueron confirmando este pasado domingo la desmovilización en las islas, donde cayó un siete por ciento respecto a las elecciones del pasado abril. La abstención en unas generales rompió su techo en las islas con una cifra récord por encima del 41 por ciento del censo electoral: 321.570 ciudadanos del archipiélago se quedaron en casa en estas elecciones.

El récord estaba en la última repetición electoral, la convocatoria de junio de 2016, después de que con la entrada de Podemos y Ciudadanos en el Congreso, ninguna de las principales formaciones lograra sumar la mayoría necesaria. Entonces se registró un 39,3 por ciento de abstención.

Pese a los temores de la izquierda, con el recuento en mano, se observa que la abstención castigó a partes iguales a izquierda y derecha. Los cerca de 70.000 votantes menos que participaron en estas elecciones se repartieron igual entre ambos bloques.

El principal damnificado por la abstención en las islas sin duda fue el PSOE. Los socialistas perdieron el domingo más de 21.563 votos que, a priori, no fueron absorbidos por ningún partido. Podemos, que pudo absorber votante socialista, se dejó 10.801 votos, que, no obstante, más que en casa, parece que fueron mayoritariamente a Más País, el partido de Íñigo Errejón, que logró 10.605 votos en su primera cita con las urnas en el archipiélago.

La desactivación del voto útil que volvió a intentar Més tampoco le sirvió de nada, al perder 6.985 votos que le dejaron por debajo de los 20.000 votos en el peor resultado de su historia en unas elecciones generales y eso que, con la ausencia de El Pi, no tenía en esta ocasión ningún partido compitiendo por ser la voz de del archipiélago en Madrid. Según los estrategas ecosoberanistas, si bien una parte pudo irse a Podemos, una parte significativa optó por no votar. Incluso el siempre sorprendente voto del partido animalista Pacma cayó el domingo de 8.864 votos a 6.174.

En total, 31.134 votos menos para los partidos de izquierda en las islas que les dejaron sin el quinto escaño obtenido en abril, el tercero del PSOE, en aquel momento obtenido por apenas 400 votos, que entonces impidieron sumar el segundo para Ciudadanos,y que esta ocasión no alcanzó.

Por su parte, la derecha cae esta vez en 33.730 votos, principalmente debido al descalabro de Ciudadanos. Después de ser tercera fuerza en abril con 90.000 votos, la lista encabezada por Joan Mesquida debía perder más de 50.000 votos para quedarse sin escaño en el Congreso por Balears: el domingo acabó perdiendo 56.998.

Nadie recoge los 12.000 de El Pi

Nadie recoge los 12.000 de El Pi

Si bien PP y Vox crecen significativamente respecto al pasado mes de abril por absorber el grueso de la caída de Ciudadanos, queda todavía un importante número de votos que no encuentran destino. Mientras los populares suben 16.141 votos, el partido de extrema derecha lo hace en 18.779, una subida entre los dos de menos de 35.000 votos. Lo que apunta a que más de 20.000 votantes en las islas del hasta ayer partido de Albert Rivera no acudieron a votar .

En total, pero, la derecha pierde 33.770 votos pasando de 247.981 votos a 214.181. En este bloque se suman los votos de El Pi, que decidió no presentarse a estas elecciones por falta de recursos para afrontar la campaña electoral, y cuyos 11.692 votos parece no absorber ningún partido ni a izquierda ni a derecha. Según apuntaba ayer el líder de la formación, Jaume Font, lo más probable es que el grueso de sus votantes decidieran quedarse en casa.

Precisamente, si algo ha quedado claro es que con la ausencia de los regionalistas, su votante no se ha decantado por Més, lo que cuestiona la viabilidad que podría tener una coalición de ambos partidos a las generales como se ha llegado a reclamar desde algunos sectores para garantizar la presencia de una marca insular en Madrid. Pero Balears no es Teruel.

Precisamente, la ocasión era idónea para este hito. Otro de los efectos de la abstención y la baja participación sumada a la fragmentación electoral es que nunca conseguir un diputado había resultado tan barato en votos: por primera vez obtener un escaño en las islas quedaba por de bajo de los 40.000: en 38.674 votos. Es el valor del segundo diputado de Vox, el último adjudicado en las islas que a punto estuvo de arrebatarle el PSOE, quedándose a poco más de 800 votos.

En los últimos años, en las elecciones generales de 2016, para obtener un escaño en Balears se llegó a necesitar superar al menos los 56.000 votos en el archipiélago.

Nueva victoria de izquierdas

Nueva victoria de izquierdas

Con todo, los partidos de la izquierda vuelven a vencer en las generales a la derecha con un 52 por ciento frente al 48 por ciento de las formaciones de derecha.

Si en el año 2016 la derecha venció con un 50,5 por ciento ante un 49,5 de la suma de las izquierdas, en abril la izquierda lograba dar el vuelco y superar a los partidos conservadores con un 51,5 frente al 48,5. Unos resultados que reflejaban el ajustado equilibrio entre izquierda y derecha, acostumbrado a bascular a un lado u otro, pero sin salirse de un equitativo reparto de cuatro diputados a cuatro desde que Balears dispone de ocho. El inédito cinco a tres de abril de la izquierda sólo tenía como precedente la mayoría absoluta de Mariano Rajoy en 2011, donde los populares sumaron cinco diputados ante los tres del PSOE. Ahora de nuevo se vuelve al cuatro a cuatro, pero la izquierda conserva su ventaja en número de votos: casi 18.000 votos más, prácticamente la misma diferencia registrada entre ambos bloques el pasado mes de abril.

En definitiva, la mayor abstención en unas generales de la historia en las islas con 321.570 personas sin ir a votar, 70.000 más que el pasado mes de abril, acabó repartiéndose entre ambos bloques por igual: a grandes rasgos, 20.000 votos menos para el PSOE que nadie absorbió en la izquierda y, por otro, 20.000 votos que perdió Ciudadanos y que tampoco absorbieron ni PP ni Vox. La izquierda volvió a imponerse, pero el reparto de escaños no sonrió esta vez a los socialistas que se quedaron a poco más de 800 votos de arrebatarle el segundo diputado a Vox.