En la película de los años 90 'Atrapado en el tiempo', su protagonista sufría la condena de vivir la mismo jornada, el popular día de la marmota estadounidense. Su tragedia, cual héroe griego caído en desgracia, era sufrir vivir el mismo día una y otra vez ante su incapacidad de resolver los mismos acontecimientos diarios. En la isla de Ibiza, nuestro día de la marmota es la repetición de las sequías periódicas y nuestra condena es sufrir los efectos de la sequía por la incapacidad de hacer frente a este riesgo natural cíclico.

Este septiembre el Govern balear ha anunciado que la isla de Ibiza ha entrado en prealerta de sequía. Una vez más este verano se han producido pérdidas de las cosechas y pozos secos y salinizados. En estado de prealerta, reducir el 10% consumo doméstico en viviendas aisladas o el uso de agua desalada para abastecimiento son medidas de obligado cumplimiento de acuerdo con el Plan Balear de Sequía. Sin embargo, no saldremos de nuestro día de la marmota hasta que no impulsemos medidas a medio y largo plazo para reducir el consumo de agua de pozo para abastecimiento urbano y residencial.

? La sequía es un fenómeno natural cíclico propio del clima mediterráneo. Además, el calentamiento global de la Tierra está agudizando los periodos de sequía a causa del cambio climático. En Baleares, la temperatura se ha incrementado 1,2 ºC en los últimos 40 años. Esta intensificación de las temperaturas ha provocado ya periodos prolongados de sequía como el sufrido en las Pitiusas en el periodo 2014-2017. La isla de Ibiza es especialmente vulnerable a la sequía porque 12 de sus 16 masas de agua subterráneas están sobreexplotadas o salinizadas y por tanto ya no funcionan como reservas hídricas frente a periodos de escasez de lluvias. Además, la intensidad de la sequía en la isla de Ibiza se agravará de acuerdo con el incremento de las temperaturas previsto por la Agencia Española de Meteorología.

La sequía hidrológica en la isla de Ibiza se produce por la combinación de escasez de lluvias y la sobreexplotación de los acuíferos. El resultado es el descenso de las reservas hídricas subterráneas, el único recurso natural disponible en la isla de Ibiza. Esta dependencia a los acuíferos en la isla de Ibiza la hace más vulnerable en comparación con Mallorca o territorios de la península donde hay disponibilidad de reservas de aguas superficiales embalsadas. Ante esta escasez hídrica crónica, ha sido necesario la construcción de tres desaladoras en la isla de Ibiza para garantizar el abastecimiento de agua para consumo urbano. Sin embargo, hasta este año no se han utilizado al 100% de su capacidad en verano provocando que en el año 2018 todavía el 56 % del consumo de aguas subterráneas era para abastecimiento urbano. Además, las viviendas aisladas en suelo rústico consumen un 30 % del agua subterránea y en muchos casos se destina a regar jardines tropicales o céspedes de otras latitudes, malgastando nuestro bien más preciado.

Esta situación provoca una gran vulnerabilidad para garantizar el agua para usos agrícolas y residenciales ante cada nuevo fenómeno de sequía. En este sentido, este verano los agricultores denunciaban que la sequía destruía toda la cosecha de forraje de este año. También cada vez son más viviendas en suelo rústico que requieren un suministro de agua mediante camiones cisterna porque sus pozos están ya secos o salinizados. Desgraciadamente, de esta manera se traslada la presión del consumo a acuíferos todavía no sobreexplotados.

La prolongada sequía hidrológica ha ocasionado el descenso de los niveles de las reservas hídricas por debajo del 50 % durante más de tres meses consecutivos. El plan balear de actuaciones frente a la sequía con rango de ley establece diferentes escenarios de sequía (prealerta, alerta y emergencia) y para cada uno de ellos define un conjunto de medidas de obligado cumplimiento. En este sentido, el Govern Balear ha catalogado este mes de septiembre a la isla de Ibiza en la categoría de prealerta de sequía.

En estado de prealerta de sequía este plan establece que los municipios tienen la obligación de iniciar el aumento progresivo del uso de agua desalada. También establece que las viviendas aisladas con pozo propio tienen la obligación de reducir el consumo de agua en un 10 %. Desde la Alianza por el Agua se promueve como medidas prioritarias la aprobación de ordenanzas municipales de ahorro de agua, el uso prioritario de agua desalada en invierno y la elaboración de planes municipales de emergencias y de gestión sostenible del agua.

En particular, este plan municipal es además de obligado cumplimiento por el Plan Balear de Sequía. Las tres medidas están encaminadas a mejorar la situación de las reservas hídricas subterráneas de la isla de Ibiza reduciendo el consumo de agua de pozo para el abastecimiento urbano y residencial. En este sentido, es una buena noticia el anunciado compromiso del Consell de Eivissa y los ayuntamientos para aprobar las ordenanzas de ahorro de agua.

Las últimas lluvias torrenciales de septiembre no nos deben engañar sobre el grave estado de nuestros acuíferos y el riesgo de sequía que sufre la isla de Ibiza. Para recuperar nuestros acuíferos, son necesarias lluvias regulares y prolongadas además de la mencionada reducción de la presión humana sobre las aguas subterráneas. Para ello, es necesario poner en marcha las tres medidas propuestas por la Alianza por el Agua y acordadas por todos los partidos políticos a través del Pacto por el Agua. Es el punto de partida para salir de nuestro particular día de la marmota y estar más preparados a ésta y futuras sequías.