La llegada del calor y de las altas temperaturas preocupa a dermatólogos como Andrés Palacios, jefe de Dermatología de Can Misses, que, a pesar de insistir repetidas veces sobre la importancia de la protección solar, no deja de atender a clientes con diferentes problemas cutáneos debido a la exposición al sol sin protección para «ponerse moreno».

¿Qué es la piel?

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, pesa unos cinco kilos en adultos y mide aproximadamente dos metros cuadrados. Recubre todo nuestro organismo y tiene efectos muy importantes en nuestra vida. Nos protege de elementos externos como el sol y microorganismos, entre otros. Además, regula la temperatura corporal y produce vitamina D, que es importante para el crecimiento y los huesos. Si tenemos, por ejemplo, una quemadura por fuego podemos llegar a morir porque la piel es la barrera que nos defiende del exterior.

¿Cómo debemos cuidarla?

Básicamente a nivel de protección solar hay una norma muy sencilla: evitar la quemadura, sobre todo en la juventud y en la infancia. El 80% del daño solar que vamos a recibir en nuestro cuerpo lo hacemos antes de los 18 años. Por eso, es muy importante concienciar a los niños y a la gente joven. Gran parte de los problemas que van a tener de adultos van a ser consecuencia del sol que han recibido cuando han sido niños.

En el caso de los niños, ¿cómo se deben proteger del sol?

Si los niños son muy pequeños, menores de seis meses, se aconseja no ponerlos al sol directamente. Cuando ya son un poco más mayores hay protectores específicos. Sin embargo, la mejor protección es la ropa. A día de hoy se puede encontrar en cualquier tienda deportiva. Es un tejido que protege y es muy práctico porque no tienes que estar constantemente poniéndoles crema cada vez que salen del agua.

¿Qué diferencia la piel de los niños a la de los adultos?

Es mucho más fina, igual que le pasa a las personas de la tercera edad. Es menos resistente al sol y tienden a quemarse y deshidratarse más. Por eso es tan importante hidratarse antes y después de la exposición solar. Tanto tomar líquidos como aplicarse cremas 'Aftersun' después de la exposición.

¿Por qué la piel se pela después de una quemadura?

Porque la piel se muere y tiene que renovarse, como hacen las serpientes.

¿La crema solar resistente al agua también se quita después de un baño?

Cuando le pones crema a los niños y se sumergen en el agua se pierde gran parte de la protección, aunque las cremas pongan que son resistentes, es una verdad a medias. Parte del producto se pierde en el agua. Por eso es recomendable la ropa específica.

¿Cuándo se debe aplicar el protector solar?

La crema solar aconsejamos ponerla entre 20 y 30 minutos antes de exponerse al sol, es decir, antes de salir de casa. Aunque hoy en día eso no parece que sea necesario porque si te la aplicas al momento ya es efectiva, pero lo ideal sería ponérsela antes de llegar a la playa.

¿Cada cuánto tiempo se debe poner crema solar?

Si vas a estar en remojo o te sumerges, debes repetir la aplicación cada vez que salgas del agua. Por eso decíamos que para los niños, al final, es más cómodo protegerlos con ropa.

¿Qué efectos positivos tiene el sol sobre las personas?

Tiene efectos buenos. Nos pone morenos, da calor y hace que estemos contentos. Es evidente. Si durante la semana está el cielo nublado estamos como tristes o deprimidos; en cambio, cuando sale el sol la gente está más contenta en general. También produce vitamina D y tiene efectos terapéuticos.

¿Y negativos?

Produce quemaduras, puedes llegar a sufrir una insolación, hace que tengamos envejecimiento en la piel con arrugas y manchas y, sobre todo, genera enfermedades en la piel. Envejecer, por ejemplo, son cosas estéticas, no desdeñables. A nadie le gusta y si se toma el sol con precaución puedes envejecer menos o al menos ralentizarlo. También produce tumores cutáneos como la queratosis, un cáncer de piel, un carcinoma escamoso, etcétera. Y lo más grave es el melanoma, que es el cáncer de piel menos frecuente, pero el más grave. De hecho, hay gente que puede morir por este tumor. A ver, el sol tampoco es el demonio, es bueno si se toma con moderación.

¿La gente estaba antes más concienciada de estos peligros?

Lo de ponerse crema, cuando nosotros éramos pequeños era impensable. Primero porque antes había menos conciencia y menos conocimiento. Y, segundo, porque las cremas que había no eran muy buenas cosméticamente, es decir, eran cremas que cuando nos las aplicábamos en la piel parecían una capa de cemento. Hoy en día estos productos son mucho mejores en ese aspecto y es una gran ventaja.

La radiación solar, ¿a qué partes de la piel afecta?

Afecta a la epidermis, que es la parte más superficial de la piel, y a la dermis, que son daños más profundos en esta. La radiación ultravioleta que recibimos en la tierra es la radiación UV-A y la UV-B.

¿Cómo afectan este tipo de radiaciones en la piel?

La luz ultravioleta B es la que afecta a la zona superficial de la piel, es la que nos quema, la que nos pone rojos. Y, luego, la UV-A es esa radiación que no quema, pero genera daños y efectos más profundos en la piel. Se da siempre, a cualquier hora del día, por eso es muy importante no sólo no quemarnos, sino protegernos. La UV-C es la que no entra en la Tierra gracias a la capa de ozono. Si no tuviésemos este escudo, como está pasando en algunos puntos del planeta, la luz ultravioleta C penetraría y sería letal.

¿Por qué la luz ultravioleta C es letal?

Si pasase esa luz moriríamos. No estamos preparados para este tipo de radiación y nos quemaríamos enseguida o tendríamos un cáncer cutáneo precoz.

El sol, ¿afecta de la misma manera a todas las personas?

El sol no depende sólo de él, sino que también depende del tipo de piel. No afecta igual a una persona pelirroja que a una de piel negra. Por eso insistimos más en las que son rubias o pelirrojas porque tienen más riesgos.

¿Por qué tienen más riesgos?

Porque la piel no tiene capacidad de defenderse. Cuando a la piel le da el sol, esta produce melanina, que es lo que hace que nos pongamos morenos. Este tipo de personas no se ponen morenas nunca, no tienen esa capacidad.

Los que son más morenos, ¿no tienen riesgo?

Sí lo tienen. No se van a quemar, pero pueden tener daños nocivos.

¿La zona en la que vives también influye?

Sí. También depende del sitio donde vivas. No es lo mismo vivir en el Caribe, donde te quemas en media hora, que en Londres, donde puedes quemarte, pero es más complicado. Dependiendo de la zona, el sol incide de forma diferente. Además de la influencia de la altura. Para que nos hagamos una idea: el sol de una pista de esquí a 3.000 metros de altura en invierno es igual de fuerte que el sol de agosto de Eivissa.

¿Qué horas son las más peligrosas?

El mediodía, desde las 11 de la mañana a las cuatro de la tarde. Es un horario que los usuarios deberían evitar. Fuera de esta hora la radiación UV-B baja de intensidad hasta diez veces. La UV-A, en cambio, sigue igual todo el día.

¿Cómo podemos saber en qué momento no es peligroso tomar el sol?

Hay un truco que le comento siempre a los niños. Cuando veamos que nuestra sombra es muy alargada significa que el sol está muy bajo y es una buena hora para tomarlo.

Cuando el día está nublado, ¿es posible quemarse?

La gente piensa que cuando el cielo está nublado no se puede quemar. Es falso. Es verdad que te quemas menos, pero no dejas de estar en riesgo. Son muy habituales las quemaduras en este tipo de días en las personas de piel más blanquita porque piensan que es el momento ideal para ir a la playa sin abrasarse.

¿También podemos quemarnos a través de un cristal?

Si estás detrás de un cristal la luz ultravioleta B no lo atraviesa, pero la tipo A, sí. Esto se ve en el caso de un camionero inglés que sólo le daba el sol en una parte de la cara a través de la ventanilla subida. Ahora tiene la mitad del rostro con arrugas.

¿Qué opina de los aceites solares?

Los aceleradores o bronceadores los desaconsejamos totalmente. Llevan algunos productos químicos que hacen que el sol no rebote en la piel y te quemes. El tema de rebotar es una cuestión también muy importante.

¿Por qué es importante?

En las playas de arena blanca, por ejemplo, el sol rebota y vuelve a la piel y hace que te quemes tanto de forma directa como indirectamente. Igual que en el mar o la nieve, en lugares blanquecinos.