¿Puede ocurrir en Ibiza la devastadora riada que en Mallorca ha provocado una docena de muertos? Los expertos consultados por este diario y la documentación oficial sobre zonas inundables de Ibiza revelan que en la isla no hay zonas en forma de hondonada con una población dentro (como ocurrió con Sant Llorenç des Cardassar), pero sí existen torrentes con un caudal potencial muy importante flanqueados por construcciones e incluso interrumpidos por ellas.

Es el caso, sobre todo, del Torrent de sa Llavanera, que, procedente de Jesús, va a parar a la bahía de Ibiza. Sin embargo, este cauce vio obturada su desembocadura, hace décadas, con la construcción de un puerto deportivo y otras edificaciones en su tramo final. Ahora sólo un pequeño hueco permite desalojar las aguas pluviales que transporta.

Pero existen otros lugares, como es el caso de la playa de es Jondal, donde el torrente que desemboca allí se ha visto rodeado de edificaciones en los últimos años al borde mismo de su cauce. Además, uno de los establecimientos turísticos allí instalados tiene un aparcamiento de grandes dimensiones.

Son los principales ejemplos que citan tanto la geóloga Sunna Farriol como el biólogo Joan Carles Palerm, presidente del Grup d'Estudis de la Naturalesa (GEN). También el plan Inunbal, del Govern balear, destinado a prevenir inundaciones en las islas, señala con claridad el torrente de sa Llavanera, especialmente.

Barreras para el agua de lluvia

Barreras para el agua de lluvia

Sunna Farriol señala que «en Ibiza no hay terrenos que formen una hondonada como ha pasado allí, pues aquí el suelo está más en pendiente hacia el mar». Ahora bien, sí hay obstáculos bastante evidentes para la libre circulación del agua de lluvia. Estas barreras, que con precipitaciones de intensidad media, ya provocan a veces inundaciones en lugares concretos, pueden llegar a causar problemas mucho mayores en caso de trombas de agua inusuales, que no imposibles. Es el caso de la autovía del aeropuerto, que, como apunta la geóloga y tantos otros expertos, ha supuesto un verdadero muro para la evacuación natural de las aguas hacia la costa.

«En es Jondal hay casas construidas en los cauces del torrente. La gente cree que, como ahora están secos, no sucederá nunca nada y todo el mundo se olvida. Pero son torrentes que siguen activos», pues cada 50 años aproximadamente se producen trombas excepcionalmente fuertes de agua. «Si construyes donde ha pasado el agua en algún momento, se puede tener la seguridad de que volverá a pasar por allí», señala Farriol.

También recuerda las inundaciones producidas aún no hace muchos años en la zona del torrente de sa Llavanera, una zona que aparece como inundable en todos los mapas existentes sobre la materia.

El biólogo Joan Carles Palerm recuerda que los estudios del Govern balear (el Plan de Riesgo de Inundaciones) incluyen un total de once Áreas con Riesgo Potencial Significativo de Inundación (Arpsi), y uno de ellos es precisamente el tramo final de sa Llavanera, desde Jesús hasta el puerto. El área de peligro no se limita al torrente, sino que abarca extensas zonas a cada lado.

A causa del desbordamiento de este cauce se han producido tres fallecidos en los últimos 150 años, según el registro que incorpora este plan. Pero no hace falta recurrir a estadísticas para saber del peligro de inundación de la zona que va desde la calle Sant Cristòfol, en pleno casco urbano de Vila, hasta Talamanca. En 1989 o 1992 se produjeron episodios torrenciales especialmente intensos, que dejaron toda esta zona intransitable, incluyendo el centro de la ciudad, con la avenida de Isidor Macabich convertida en cauce navegable.

Las crónicas periodísticas revelan que en septiembre de 1906 hubo una tormenta tan intensa que murieron ahogados numerosos cerdos en la zona de ses Feixes, que quedó totalmente arrasada (y eso que entonces nada impedía el acceso al mar del agua de escorrentía). El 8 de julio de 1930 la cosa aún fue peor: los habitantes de las casas que había en ses Feixes tuvieron que subirse a las azoteas para salvar sus vidas y fueron rescatados en barcas por sus convecinos. Numerosas cabezas de ganado murieron también entonces. «El barrio del ensanche (que entonces era Vara de Rey), Hort del Bisbe y es Pratet quedaron materialmente invadidos, llegando el agua a una altura de metro y medio», informaba Diario de Ibiza.

Una nueva inundación en el área de sa Llavanera y ses Feixes «volverá a suceder», afirma categórico Palerm. «De hecho, es muy difícil que no suceda», añade. El propio Arpsi cuantifica en 5.000 personas la población que resultará afectada, en un modo u otro, por este previsible evento.

El biólogo y ecologista lamenta que se sigan concediendo licencias de construcción en zonas inundables. «La norma lo que dice es que en este tipo de terrenos se ha de tener en cuenta este hecho a la hora de dar licencias, pero no se dice que no puedan otorgarse», cuando «lo normal sería no permitir la edificación». Y no son sólo construcciones. Al referirse al caso de es Jondal, señala que «allí hay todos los veranos cientos de coches y de personas, y es una zona inundable. Incluso en agosto un día puede ocurrir algo muy serio».

El catedrático de Derecho Administrativo Julio González explica que tras la modificación que hizo el Gobierno en 2016 del Reglamento del Domino Público Hidráulico, «es legal construir en este tipo de enclaves». Sólo se imponen pequeñas restricciones que no impiden seguir edificando en estas áreas de peligro. González confía en que las comunidades autónomas, que pueden aprobar normas complementarias a la estatal, «promulguen nuevas disposiciones para evitar esta situación bien poco razonable». Pero lo cierto es que los planeamientos urbanísticos pitiusos no definen como inedificable ni una sola zona inundable de Ibiza.

También las constructoras son responsables. La geóloga Sunna Farriol realiza estudios geotécnicos para edificaciones. «Valoramos la posibilidad de que la construcción esté en una zona inundable. Es decir, la constructora que hace el edificio ya sabe si va a construir sobre una zona inundable o no. Pero la gente que va a comprarse una vivienda allí tal vez no lo sepa», explica.

Al menos, el presidente del GEN se alegra de que en su día se cancelara el proyecto del ramal sur de la variante de Sant Antoni, que iba a discurrir por otra de las zonas calificadas de inundables: el llano que hay detrás de la playa de s'Arenal.

Pero ni el Ayuntamiento de Vila ni el de Santa Eulària han pensado en evitar nuevas casas en los terrenos de ses Feixes (pese a que se amplía su zona protegida), Jesús o es Gorg, grafiados por el Govern como oficialmente en peligro de inundación.

«Estamos jugando con la suerte», señala Palerm.