Si la llegada de turistas, en general, ha bajado un 3,7% en agosto, la de aquellos que se alojan en viviendas turísticas ilegales es aún mayor, un 25,4%. Durmieron en inmuebles que carecen de permiso turístico 71.593 personas, 25.000 menos que hace un año. En ocho meses, los alquileres ilegales acumulan un descenso del 14,5%. Los hoteles alojaron a 388.576 personas en agosto, un 10% menos que en 2017, 44.000 viajeros menos que 12 meses antes. Desde enero, la caída de turistas que optan por los hoteles (1,48 millones) ya es del 3,9%. Es la peor cifra de los últimos tres años. Por el contrario, crece un 113% quienes veranearon en sus propiedades en agosto, y un 20,7% en toda la temporada.