Fue un cúmulo de casualidades lo que hizo que Kiko, un madrileño residente en Ibiza desde hace años y propietario de una empresa de drones en la isla, pudiese pillar ´in fraganti´ a un maletero del aeropuerto de Ibiza, F.J.C.R., metiendo la mano en el equipaje del hijo adolescente de la pasajera R.B., coger un altavoz valorado en 140 euros y metérselo en el bolsillo.

Kiko fue uno de los primeros en subir al avión de Ryanair que volaba ayer de Ibiza a Madrid gracias a que había pagado un billete preferente. Desde el asiento asignado podía ver perfectamente al trabajador encargado de subir a la bodega el equipaje de mano que no cabía en la cabina. "Observé que el chico metía la mano en una maleta, y en un primer momento pensé que estaba cerrando un bolsillo que algún pasajero había dejado abierto. Pero claro, de repente cogió otra maleta y repitió la operación, y otra maleta más... Así que ya me pareció rara la actitud y decidí sacar el móvil y grabarlo, con la suerte -desgracia para el maletero, añade- que fue justo cuando encontró el altavoz en la maleta del hijo de R.B. y se lo metió en el bolsillo", explica a Diario de Ibiza.

No daba crédito a lo que acababa de ver, así que llamó a la azafata para enseñarle el vídeo que acababa de grabar. Esta avisó al comandante, quien también vio las imágenes, y llamaron a la Guardia Civil y "me hicieron bajar del avión", cuenta.

Todos pendientes del vídeo

Todos pendientes del vídeoEl jefe de los maleteros fue advertido y también visionó las imágenes. Otra de las personas que fue llamada para ver el vídeo fue el propio presunto ladrón, momento tras el cual su jefe le anunció: "Que sepas que vas a perder el trabajo". Y el autor de la grabación estuvo presente en cada momento durante todos estos acontecimientos.

"Fue entonces cuando obligaron a F.J.C.R. a identificar la maleta de la que había cogido el altavoz" cuenta Kiko, y la Guardia Civil subió al avión con ella para preguntar a quién pertenecía y así poder denunciar el hurto.

Kiko quiere dejar claro, además, que "Ryanair se portó muy bien. Toda la tripulación colaboró en todo momento para que el proceso de subir y bajar del avión, la denuncia de loas afectados por el robo... fuera lo más rápido posible para que el vuelo no se retrase más de lo necesario. Hasta me quisieron invitar a desayunar una vez que ya habíamos despegado".

Y no aceptó el desayuno porque R.B. ya le había enviado, vía una azafata, un tentempié con un refresco. Porque cuando despegaron la madre del adolescente al que intentaron robar el altavoz se puso de pie en el avión y comenzó a preguntar "¿Quién ha grabado el vídeo del maletero?". "Me levanté y le dije: ´yo´", explica Kiko. "Me quería agradecer que gracias a ese vídeo su hijo seguía teniendo su altavoz recién comprado".

"También recibí un wahtsapp del jefe de los maleteros pidiéndome disculpas por todo lo sucedido. En realidad, y a pesar del lío que supuso todo esto, el sentimiento más fuerte que tuve fue el de vergüenza ajena", explica Kiko.