Según avanza la temporada, los empresarios van confirmando la bajada («no alarmante, pero sí evidente») que sufren los ingresos de sus negocios. Si bien mayo y junio fueron «normales» en líneas generales, pero no para todos, el mes de julio ha empezado más flojo que en 2017 y, desde luego, que en 2016, que marcó el cénit turístico de la historia pitiusa, con cifras récords se mirara donde se mirara. La bajada, en general, parece rondar el 5%, según los testimonios recogidos por este diario entre varios sectores.

Los comercios admiten que «la temporada no será tan buena como debería ser», según afirmó el presidente de este gremio en la Petita i Mitjana Empresa d'Ibiza i Formentera (Pimeef), José Javier Marí Noguera, quien confió en que el inicio de la temporada de rebajas permita mejorar la situación. «Estamos un poco por debajo de 2017», señaló Marí, quien calculó que el descenso puede oscilar entre «un 5% y un 10%» en el conjunto de la isla, «dependiendo de la zona».

Los hoteleros ven confirmados los malos augurios que realizaban al iniciarse la temporada. Tanto el presidente de la Asociación Hotelera de Sant Antoni y de la Bahía de Portmany, Juan José Planells, como el director general de Sirenis Hotels, Pedro Matutes, confirmaron también un descenso que tanto uno como otro coincidieron en estimar en un 5% aproximadamente (ver página 4).

«Todos dicen que va mal»

El que más pesimista se mostró fue el presidente de la Asociación de Restauración de la Pimeef, Juan Riera, que no dudó en cuantificar «en casi un 50%» el descenso de actividad que está experimentando este sector durante la actual temporada. «Todos los empresarios del sector con los que hablo me dicen que está el tema muy mal», afirmó.

El lugar más perjudicado, en su opinión, es precisamente la ciudad de Ibiza, «donde no entra nadie», puesto que los flujos de pasajeros de los grandes cruceros que atracan en el puerto son desviados mediante excursiones en autobús por el resto de la isla. «Cogen a los turistas, los llevan alrededor de la isla y luego a dormir otra vez», resumió Riera, quien señaló que los cruceristas «no hacen ningún gasto» en las zonas más céntricas de la ciudad.

Sin embargo, la bajada en restauración se produce independientemente de este hecho, según Riera, que consideró necesario «tomar medidas». «Hay hoteles de cinco estrellas que estos dos meses tendrán que hacer rebajas», consideró.

Todos los consultados coinciden en el diagnóstico: un conjunto de circunstancias entre las que destaca, por encima de todas, la evidente recuperación de mercados competidores en la mitad oriental del Mediterráneo: Grecia, Egipto y Turquía, sobre todo, pero también otros más cercanos están ganando terreno: Croacia y Túnez, por ejemplo. Pero también influyen la situación de la libra, que ha bajado, e incluso las altas temperaturas que hay en Europa, lo que retrae a sus ciudadanos de viajar a destinos calurosos.

Los empresarios tienen claro que 2016 marcó la cima del turismo pitiuso. «Fue la mejor temporada de la historia y es imposible superarla», opinaba uno de ellos.

La preocupación radica en la posibilidad de que la temporada de 2018 pueda suponer el inicio de una fase de descenso que dure algunos años.