Las obras para arreglar, por tercera vez en un año, los blandones del firme de la nueva travesía de Jesús provocaron ayer largas retenciones del tráfico. El corte de un carril provocó una cola kilométrica, con esperas de hasta cinco minutos con el vehículo parado, lo que provocó el desespero de los conductores más impacientes.

Hermanos Parrot, empresa subcontratada por Vías y Construcciones, que es la adjudicataria de las obras, llevó a cabo un despliegue de medios (10 máquinas y 20 operarios) para reparar a la vez los desperfectos en tres tramos distintos de la carretera en una sola jornada. La idea era alargar el horario de trabajo hasta culminar ayer mismo el arreglo de los blandones y cubrirlos con una capa de hormigón para acometer mañana el asfaltado de los tres tramos (sólo el carril afectado). Para esta última parte de la obra, al igual que ayer, sólo se cortará el tráfico de un carril de la vía.

Fuentes de la empresa que acomete ahora la reparación de los defectos de construcción de la carretera apuntan que probablemente el material empleado por la adjudicataria no era el adecuado y, además, hubo una mala ejecución del último arreglo (se empleó asfalto en frío, en vez de caliente), tal como advirtieron los técnicos del Consell. El piso de la travesía se ha hundido en dos puntos de la parte sur porque es hacia donde se filtra el agua, pero las fuentes consultadas no descartan que puedan surgir más desperfectos en otras zonas.

Las obras de la travesía arrancaron a finales de noviembre de 2015. La primera fase, prevista inicialmente en 45 días, se alargó siete meses. El hallazgo y la excavación arqueológica de los restos de una vivienda del siglo II antes de Cristo y la posterior modificación del proyecto alargaron las obras considerablemente, lo que causó el malestar de los vecinos de la zona, que incluso constituyeron una asociación de afectados. A mediados de mayo de 2016, hace casi dos años, la constructora culminó las obras de la primera fase, justo a tiempo para evitar una movilización anunciada por los vecinos.

La segunda fase del proyecto (la separación de las tuberías de pluviales y fecales en el tramo entre las calles Gavina y Faisán) se ejecutó sin problemas ni retrasos. Pero en noviembre de 2016 ya se detectaron los primeros desperfectos en las obras ejecutadas en la primera fase. En marzo del año pasado se cortó de nuevo la carretera durante un mes para reparar los blandones. Vías y Construcciones se negaba, inicialmente, a asumir el coste de estas segundas obras al entender que los problemas se debían a que el proyecto estaba mal diseñado por los técnicos del Consell.

En junio del año pasado se vio que algunos tramos de la vía se volvían a hundir, por lo que se procedió a una nueva reparación (a medias) a finales del pasado mes de febrero que no resolvió las deficiencias. El Consell confía en que la tercera reparación sea definitiva.