Lo sucedido el pasado fin de semana con el cierre de la librería Vara de Rey no es un hecho aislado. Los comercios de la isla resisten a duras penas los embates de la competencia online y de los altos alquileres, según se desprende de los últimos datos aportados por la Seguridad Social: enero acabó con 1.163 cuentas de cotización relacionadas con el comercio en la isla de Ibiza, sólo siete más (0,6% más) que hace un año, lo que indica su estancamiento.

Pero si se analiza lo que sucede por municipios, en el de Vila se repite lo ocurrido durante los últimos meses: cada vez hay menos. En enero, por ejemplo, se contabilizaron 558 negocios de ese tipo, un 1,7% menos que hace un año y una de las cifras más bajas de la última década. En 2009 había más comercios que actualmente. En el resto de municipios, Sant Antoni, con 154, sumó ocho cuentas de cotización; Sant Josep, con 143, tres más, y Santa Eulària, con 280, cinco más.

José Javier Marí Noguera, presidente de la asociación de Comercio de la Pimeef, considera que «es uno de los sectores que más se están transformando, sobre todo por la competencia en la red, que influye mucho en la cuota de mercado».

La venta por Internet «sube anualmente dos dígitos. Eso es lo que resta al comercio tradicional. Se está traspasando el consumo de la tienda física al canal online», indica.

Además, considera que «hay mucha competencia, campañas agresivas de promociones que provocan que el sector reduzca bastante los márgenes». Así, «las grandes cadenas son las únicas que en estos momentos pueden soportar mejor esa situación. Los proveedores les ayudan en los descuentos. Los comercios tradicionales no tienen capacidad de influir en el proveedor en ese sentido», advierte.

Caen márgenes, suben los costes

Caen «muchísimo los márgenes», mientras los costes siguen subiendo: «Eso reduce la capacidad de maniobra de las empresas, de manera que al final muchas no aguantan el ritmo de bajadas de ventas y de márgenes. Y al final cierran». El centro de Ibiza es, a su juicio, el paradigma de lo que está sucediendo: «Está sufriendo la fiebre inmobiliaria, lo que provoca que el comercio no pueda competir o pagar los alquileres. En Vila, el precio del metro cuadrado es prácticamente el mismo que hay en ciudades por donde transitan miles de personas al día».

Lo que ocurre en el municipio de Ibiza, «por su importancia, es mucho más grave» que en el resto de la isla: «En Santa Eulària y Sant Antoni no sucede lo mismo porque no hay esa fiebre especulativa, causada especialmente por la hostelería, que es lo que en Vila está elevando los precios».

Precisamente, mientras el comercio cierra, aumenta el número de empresas de hostelería: en enero crecieron un 4%, hasta alcanzar las 961 en la isla, el mayor número de la última década. En Vila, donde las tiendas cierran a pares, se abrieron un 6,5% más de cafeterías y restaurantes. «Pagan -añade- elevados alquileres pensando que van a llenar totalmente sus terrazas. Pero si no logran sus objetivos, las cuentas no les saldrán».

Cada vez «hay más calles y plazas dedicadas a bares y restaurantes. Muchos de los pequeños comercios que hay entre el paseo de Vara de Rey y la calle Bartomeu de Rosselló se van a convertir próximamente en negocios de restauración y cafetería», señala. ¿Otra burbuja en marcha?: «Demasiada gente piensa que les va a funcionar un bar. Posiblemente, el año que viene ya habrá demasiados restaurantes, bares y cafeterías», avisa Marí.

Es, no obstante, la única salida para muchos empresarios, pues la caída de las ventas impide a los comerciantes asumir los elevados alquileres que hay actualmente. Y además, desde hace un par de años se da otra situación: «Algunos propietarios cierran sus comercios y alquilan sus inmuebles porque piensan que sin trabajar ganarán tres veces más».

Hay una cuarta razón, según Marí, que impide al comercio tradicional plantar cara a la venta online: «Buena parte del sector no está presente en Internet, y eso provoca que se quede cada día más rezagado».