El Consell de Ibiza y la delegación pitiusa de la Federación balear de Caza adelantarán este año dos meses la contratación del celador que se ocupa de 'cazar' las culebras de escalera ( Rhinechis scalaris) o de herradura ( Hemorrhois hippocrepis) caídas en las trampas distribuidas por la isla. Si en 2017, el controlador comenzó a trabajar a finales de junio, tanto la institución insular como los cazadores desean que en 2018 inicie la revisión de las jaulas de madera a finales de abril, como muy tarde, cuando empieza a apretar el calor y los ofidios despiertan de su letargo invernal.

El departamento de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino del Consell de Ibiza, que dirige Vicent Tur, y la delegación pitiusa de Caza, cuyo presidente es David Tur, aún se deben reunir para perfilar el convenio de este año, tras el éxito del firmado en 2017: ese año fueron capturadas 412 culebras, de las cuales 249 fueron atrapadas por Alejandro Macías, el celador, entre julio (137) y agosto (112), a una media de seis por jornada laboral. Pero en principio, no habrá problemas para renovar el acuerdo, tal como ayer aseguraron Vicent Tur y David Tur, que antes de las navidades mantuvieron un encuentro informal en el que ambas partes expresaron su propósito de proseguir con la fórmula ideada hace un año.

Eso sí, de momento sólo se contratará a un controlador. Si bien el presidente de los cazadores ibicencos manifestó en septiembre su intención de contar con una persona más y que el actual 'cazador' de serpientes, Alejandro Macías (que acabó su trabajo el pasado 27 de diciembre) pudiera estar activo durante todo el año, el director insular de Medio Ambiente y Medio Rural descarta que, de momento, el convenio incluya esa mejora. «Hay que sentarse y hablar», manifestó al ser preguntado sobre los términos que tendrá el acuerdo de este ejercicio.

Más trampas

Los cazadores también desean que se incremente sustancialmente el número de trampas repartidas en el campo, especialmente en Sant Llorenç y en es Figueral, donde proliferan los ofidios, que suelen esconderse en los muros de piedra. David Tur considera que son necesarias, como mínimo, cien cajas más. El celador controla, además de las 70 que son propiedad de los cazadores ibicencos, otros dos centenares que han sido colocadas por particulares. El director insular de Medio Rural está a favor de incrementar su número, si bien la cantidad se concretará en las próximas semanas: «Pondremos más jaulas. El objetivo es que cada año haya más en el campo», aseguró Vicent Tur.