La empresa encargada del servicio de limpieza en el Ayuntamiento de Sant Josep limpió ayer por la mañana de toallitas húmedas la costa de Cala de Bou, informó ayer el concejal de Obras y Agua y primer teniente de alcalde del municipio de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero.

Los trabajadores limpiaron hasta donde pudieron, señaló el concejal, de forma que muchas de las toallitas de la parte de las rocas más cercanas al agua no han podido ser retiradas.

Miles de estas toallitas acabaron en el mar y en las rocas de Cala de Bou a causa del atasco que provocaron en la estación de bombeo de Caló de s'Oli, que acabó por rebosar y verter al mar a través del aliviadero las aguas fecales que no logró enviar a la planta depuradora de Sant Antoni.

«Parece mentira que algo tan pequeño llegue a parar las bombas» de la estación de Caló de s'Oli, dijo ayer Guerrero, que también se mostró sorprendido por la repercusión de la noticia, de la que se han hecho eco varios medios de ámbito nacional.

Estos vertidos no se producen con mucha frecuencia, aunque sí de vez en cuando, señaló Guerrero, que considera que se trata de un problema de difícil solución.

Pañales, compresas...

Pañales, compresas...

La única forma de evitarlo es que la gente deje de arrojarlas por el inodoro, señaló el concejal. Las toallitas húmedas no son biodegradables y no deben arrojarse por el retrete, al igual que pañales, compresas, condones, bastoncillos de los oídos y el hilo dental.

Aqualia lleva años advirtiendo de que las toallitas húmedas están causando vertidos en las estaciones de bombeo de las islas, y pidiendo un cambio de hábitos en los hogares para evitar averías.