El pasado mayo, Esperanza Marquès Moral (Mallorca, 1964) cedió el testigo de la presidencia de la Associació d´Altes Capacitats i Talents d´Eivissa i Formentera (Actef) y se puso al frente de Ment i Cor, la recién creada Federació Balear d´Altes Capacitats Intel·lectuals. «Al salir de la junta directiva de Actef creí que estaría bien dedicarle un poco de mi energía a la federación», dice.

El colectivo tiene claras sus metas: velar por la implantación del protocolo de detección y atención del alumnado con altas capacidades (ACI) en todos los centros educativos, por que los profesores reciban formación y por la creación de un equipo especializado dentro del Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica (Eoep). «Nuestro objetivo es que a un chaval que ya desde Infantil se ve que es precoz se le tenga esto en cuenta, se valore su precocidad para ver dónde llega, y se le atienda», indica.

En mayo se constituyó Ment i Cor, integrada por los colectivos de las Pitiusas, Mallorca y Menorca. ¿Por qué esta unión?

En Actef estábamos antes en la Confederación Española de Altas Capacidades Intelectuales (Confines) y veíamos cosas que hacían en otras comunidades: tienen el protocolo de detección de altas capacidades implantado desde hace años; cuentan con equipos de orientadores especializados; hay centros con líneas de atención a las altas capacidades. Para poder solicitar todo esto aquí en Balears, para reclamar que se atienda a nuestros niños, necesitábamos la fuerza de las cuatro islas, ser una voz única, aunque ya hace unos años que trabajábamos conjuntamente.

¿Cuáles son en estos momentos las necesidades del colectivo en Eivissa y en Balears?

La detección es muy necesaria, porque falta mucha. Y una adecuada atención, y para eso hace falta formación del profesorado.

¿Son éstos los principales retos que tienen en la agenda para el próximo curso?

Sí. Estamos siguiendo muy de cerca la aplicación del protocolo de detección de altas capacidades, ya que no se está haciendo en todos los centros educativos, aunque en los pocos en los que se ha aplicado ha funcionado y se han detectado niños. También el profesorado nos pide formación ya que no se siente lo suficientemente preparado y estamos presionando a la conselleria de Educación para que ponga más recursos tanto para formación de profesores como de orientadores. Y esto es en lo que estamos trabajando.

¿Cuántos niños con altas capacidades hay identificados en Ibiza y Formentera?

En Ibiza tenemos el porcentaje más alto de toda Balears, pero es una cifra muy pequeña. Está detectado el 0,64% del 7% de alumnos que la Universitat de les Illes Balears estima que tienen altas capacidades.

Hace dos cursos se implantó el protocolo de detección de estos alumnos, diseñado por la UIB y que establece pautas para la identificación. ¿Ha crecido el número de centros que lo aplican?

No. Y tememos que se haya parado en alguno. De la treintena de centros educativos en Ibiza y Formentera, el curso pasado lo habían implantado sólo diez, una cifra muy pequeña. Esto tiene que aumentar. El año pasado estuve reunida con orientadores de Secundaria -porque el protocolo se aplica en primero de Primaria y de Secundaria- y decían que querían implantarlo; les faltaba más formación, pero interés parece que sí hay.

¿De quién depende su implantación?

Del equipo directivo, que lo decida y prepare a sus profesionales.

Éste es otro de los objetivos de la federación, conseguir que sea obligatorio implantarlo, ya que pensamos que es discriminatorio que no se aplique en todos los centros. Resulta que si un niño va a un colegio donde tienen el protocolo, lo detectan y lo atienden, pero si va al de al lado, allí no, con lo que se vulneran sus derechos.

¿Se puede obligar a aplicarlo?

Al principio Educación nos decía que ellos podían obligar a hacerlo, pero no a los profesores a formarse. Hemos hablado con sindicatos, con todos los grupos del Consell Escolar Insular de Ibiza, con profesores, y a todos les parece muy bien, ven necesario que se implante. Y yo hablo de Eivissa, pero tanto en Mallorca como en Menorca están haciendo la misma labor.

¿Cuál ha sido el resultado de la aplicación hasta el momento en Ibiza y Formentera?

Hasta noviembre de 2016 se identificó a 96 alumnos con altas capacidades en las Pitiusas. En Balears han sido un total de 795.

¿Qué está sucediendo con esos alumnos? ¿Se dan recursos para la atención que precisan?

Se intenta llevar las dos partes en paralelo. Educación está dando formación en la universidad y nosotros también desde Eivissa. En enero vamos a hacer unas jornadas -con el Consell Escolar Insular de Ibiza, la UIB y Educación- en las que se hablará de la atención del niño en el aula, y Actef hará a continuación un curso de atención a las altas capacidades, pues llevamos mucho tiempo enseñando a los profesores qué son, pero hace falta profundizar en cómo ampliar o enriquecer el currículum para que tengan más herramientas.

¿De qué forma deben atender los centros a estos niños?

En primer lugar es necesario ver cada capacidad, porque cada niño es diferente; hay que hacer una valoración, ver sus características y qué necesidades tiene. Entonces ¿qué puede pasar? Que necesite un enriquecimiento, una ampliación curricular o una flexibilización, lo que se conoce por aceleración, es decir saltar de curso. Precisamente sobre flexibilización el Govern aprobó una normativa el curso pasado.

¿Los centros tienen recursos para aplicar estas estrategias?

En principio, deberían tenerlos. Los orientadores deberían ver las valoraciones y asesorar sobre qué adaptación es mejor; los profesores deberían estar preparados. Sólo desde la detección, desde saber las carencias, se podrá atender.

Pero esto puede requerir más personal, pues en los equipos de orientación hay falta de recursos.

Sí, están muy escasos, aunque este año creo que hay un aumento [de personal]. Nosotros pedimos desde hace años que se forme un equipo especializado de atención a las altas capacidades. En Balears podría haber una persona preparada que hiciera el seguimiento de los casos y orientara a los centros, se hace en muchas comunidades. Es más, las hay que tienen profesores especializados, no para atender a esos niños sino para ser el referente de sus compañeros, para que los que tienen que hacer adaptaciones, puedan consultarle. Eso también lo pedimos para las islas.

¿Por qué Balears va tan atrasado en la atención en relación a otras autonomías?

No entendemos por qué. Yo creo que atenderlas es una apuesta valiente porque no se puede desperdiciar el talento de estos chicos; es un recurso humano para la sociedad. Se piensa erróneamente que quien sobresale puede salir solo, pero no. Es igual que cualquier otro niño y sin una educación adecuada a sus características, llega el fracaso escolar y la inadaptación al sistema educativo puede ser muy grande.

Hablaba de las medidas a aplicar en el aula y mencionaba la flexibilización o aceleración. ¿Se ha hecho alguna en Ibiza?

En Ibiz este año habrá aceleraciones. No es que antes no se pudiera hacer, pero por parte del profesorado daba miedo. Este año, en cambio, al salir la normativa, da la impresión de que se han animado.

¿Por qué ese temor?

A veces por desconocimiento, a veces es por la parte social o emocional. Por eso hay que observar al niño; ver qué grupo lo va a recibir y prepararlo; hablar con la familia y con el niño, preguntarle si se sentiría a gusto. Cuando un estudiante repite curso, no se tienen tan en cuenta la parte social y emocional, ¿por qué ese temor a avanzar?

¿Las aceleraciones que se llevan a cabo suelen ser positivas?

En general, funcionan bien: las encuestas dicen que un 80% van muy bien y que el 20% que no funciona es por problemas ajenos a la educación. Y cuando preguntas a estos niños o jóvenes si la aceleración les parece buena, ellos contestan, incluso aquellos que han fracasado, que prefieren estar en ese curso avanzado. Para ellos es una buena medida.

¿Las aceleraciones previstas son de Primaria o Secundaria?

Son de Primaria. Incluso en una han hecho la apuesta por acelerar sólo unas asignaturas en las que el chaval va muy avanzado, para probar cómo funciona, ver cómo está con el grupo que lo recibe, con el objetivo de hacer una aceleración completa a lo mejor en el segundo o tercer trimestre.

Otra apuesta de la federación pasa por la formación del profesorado, que hasta ahora parecía quedar en manos de las asociaciones. ¿No puede enseñarse en la universidad?

Una petición de la federación es que sea una asignatura obligatoria. Queremos que la universidad cree una especialización en altas capacidades. Nosotros, como padres, nos hemos implicado mucho y hemos intentado dar formación casi cada año esperando que la Administración fuera la que... Pero es verdad que con el protocolo han puesto en marcha formación, aunque ha sido diferida [desde Mallorca] y el profesorado se queja de que no es lo mismo estar delante de la pantalla que tener aquí a los ponentes.

¿Los docentes tienen interés por recibir formación?

Sí. Aquí en Ibiza, en las islas, hay profesores que quieren hacer pedagogías alternativas. Entonces, atender las altas capacidades es prácticamente atender, si se hace bien, el talento de todos los niños que hay en el aula, porque los recursos que aplicas son beneficiosos para todos. Se trata de que todos se sientan a gusto con sus características y puedan florecer.

¿Todos tienen algún talento?

Exacto. Las pedagogías hoy en día buscan eso. Todos tenemos un talento, destacamos en algo, aparte de que todos aprendemos de forma diferente. Lo que pasa es que el talento en un niño con altas capacidades es mucho más extremo, ésa la diferencia. Por eso es tan necesaria atenderla.

No todas las necesidades de estos niños se pueden cubrir en la escuela. ¿Deberían las administraciones dar respuesta a éstas, en vez de ser las asociaciones las que se encargan de atenderlas?

Es verdad que las asociaciones estamos ofreciendo una atención a la parte social y emocional. Social porque aquí encuentran otros chavales como ellos y emocional porque tenemos psicólogas que organizan talleres y donde trabajan sus emociones. Respecto a éstas cada vez se habla más de su importancia en la educación y en Canarias, por ejemplo, hay una asignatura de trabajo emocional. El aprendizaje tiene mucho que ver con las emociones y será la evolución.

«La alta capacidad se asocia a alto rendimiento, pero sólo es así si los niños están bien atendidos»

Tras diez años al frente de la Associació d´Altes Capacitats i Talents d´Eivissa i Formentera (Actef), Esperanza Marquès dejó en mayo la junta directiva. «Yo he llegado hasta un sitio y ahora tenía que entrar gente nueva que supiera llegar más lejos, con otra visión; ésta es la forma de avanzar», señala Marquès, quien permanece como coordinadora y asesora para las familias.

Actef nació hace diez años de la mano de un grupo de padres que buscaban dar respuesta a las necesidades educativas de sus hijos con altas capacidades, hasta entonces no atendidas. ¿Qué ha logrado el colectivo en este tiempo?

Antes de Actef, las altas capacidades eran muy desconocidas. Gracias a la asociación ha habido más detecciones y hemos creado un ambiente favorable, de sensibilización, en el profesorado. Creo que hemos conseguido cambiar conceptos: la alta capacidad siempre se había asociado a alto rendimiento y niños de notas excelentes, y gracias a nuestras formación el profesorado ha empezado a entender que no es así, que son niños y niñas especiales que pueden ser de alto rendimiento pero si están bien atendidos.

¿Y en relación a las familias?

Aquí las familias encuentran respuestas, se sienten apoyadas. Tristemente continúan llegando muchos niños con sufrimiento y familias con falta de respuestas, desorientadas sobre qué hacer para atender a sus hijos, y creo que la asociación les está ayudando en ese aspecto. Y a los niños les estamos dando un lugar donde encontrarse con otros niños o jóvenes como ellos, y eso les hace mucho bien. Estos chavales tienden a aislarse porque ven que no funcionan como los otros chicos; bajan su autoestima, se deprimen. Al llegar a la asociación y encontrar gente que funciona como ellos, que piensa como ellos, que tiene las mismas dinámicas, se dan cuenta de que pueden hacer amigos. Pero no sólo dentro de la asociación, sino que salen fuera y siguen haciendo amigos, en el colegio, porque salen de ese bloqueo. Y para mí, aparte de los cursos o proyectos que podemos hacer, esta es la parte más bonita.

¿Qué siguen teniendo pendiente?

Que los niños no lleguen con sufrimiento, que Actef sólo fuera un lugar de encuentro de las familias, de los niños y jóvenes, donde pasar un rato lúdico, pues la formación la tuvieran fuera. Porque ahora cubrimos una carencia de la administración, llegamos donde no llega, pero podríamos ser sólo órgano asesor y lugar de encuentro.