Monseñor Javier Salinas Viñals, que fue obispo de Ibiza entre los años 1992 y 1997 y ahora es obispo auxiliar de la archidiócesis de Valencia, recibió ayer en Santa Creu un cariñoso homenaje de toda la diócesis ibicenca por el 25 aniversario de su ordenación episcopal. «No lo esperaba, doy gracias de corazón al obispo actual, Vicente Juan Segura, y a los feligreses», comentaba antes de la ceremonia, al mismo tiempo que recordaba que su ordenación fue poco convencional: «Como era año olímpico se hizo en las pistas de sa Blanca Dona el 6 de septiembre de 1992», bromeó. En realidad, tuvo que celebrarse en el polideportivo porque la catedral estaba en obras.

Salinas nunca ha olvidado Ibiza y la visita siempre que puede. Así lo recordó ayer, además de subrayar que la relación que tiene con el obispo actual es muy buena.

El homenaje comenzó con una eucaristía presidida por el propio Salinas y también por el obispo actual, Vicente Juan Segura; el obispo emérito de Lleida y exobispo de Menorca, Joan Piris, y buena parte del clero de la isla, y concluyó con un encuentro posterior con la multitud de fieles que abarrotaron el templo ibicenco.

Vicente Juan abrió la ceremonia evocando la labor de Salinas en Ibiza: «Dejó muchas cosas buenas, sobre todo la colaboración con los feligreses, la potenciación de la catequesis así como la Fundación Isidor Macabich, que se encarga de que los colegios concertados diocesanos sigan adelante con buena fama y buenos maestros». Subrayó además que Salinas siempre ha presumido «de que la gente de Ibiza es buena y cariñosa». El obispo también recordó que durante los años de Salinas se instaló el órgano de la catedral. «Gracias a don Javier por todo el bien que ha hecho por nosotros», concluyó el obispo.

Por su parte, el homenajeado, muy «contento y sorprendido» por este detalle de cariño por parte de la isla, se dirigió a los feligreses para agradecerles su asistencia y para «dar gracias al señor por esos 25 años como obispo».

«Hay personas que ya no están: sacerdotes, amigos, mis padres...», rememoró Salinas, que recordó que cualquier cristiano sabe que, por muy mal que puedan presentarse las cosas, en el origen y en el final de la vida está el amor de Dios.

«Estoy viendo muchas caras conocidas hoy... Hemos cambiado ¿eh?», dijo el exobispo con un tono simpático que provocó la sonrisa de los feligreses. Y añadió: «Sigo viendo la misma chispa de vida en todas las personas».

Un fuerte aplauso por parte de los fieles puso punto final a la eucaristía. Después todos pudieron compartir con Salinas un aperitivo en el salón parroquial,

Tras su paso por Ibiza, Salinas fue obispo de Tortosa (1997- 2012) y de Mallorca entre 2012 a 2016, diócesis a la que renunció a raíz del escándalo originado por la denuncia del marido de su secretaria, que acusó a ambos de mantener una «relación impropia».