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Producto local

Sandías y patatas ibicencas "de verdad"

El Consell asigna el sello 'Sabors d'Eivissa' a estos dos productos para diferenciarlos de las variantes foráneas de baja calidad

Sandías y patatas ibicencas "de verdad"

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El analfabetismo culinario que afecta a la sociedad actual impide al consumidor distinguir una patata de calidad -que al freírla queda crujiente, pero no se quema y que al hervirla queda consistente, pero no demasiado blanda- de otra de menos categoría. La patata tradicional ibicenca ha sido siempre un ingrediente de lujo para cualquier plato, pero la población prefiere ahora, inexplicablemente, patatas de peor calidad, sin apenas sabor y con mal comportamiento en la cocina. Lo mismo ocurre con la sandía, fruta estrella del verano, cuya variedad ibicenca -la mejor del mundo, en opinión de los expertos- está siendo destronada por experimentos de laboratorio sin pepitas y textura más parecida al corcho que a la sandía.

Para atajar la invasión de estos productos y potenciar las variantes autóctonas de patata roja y sandía, el Consell ha otorgado el sello 'Sabors d'Eivissa' a los dos, de modo que una etiqueta oficial con esta denominación servirá para identificarlos.

Según explicaron ayer el conseller insular de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Vericad, y el técnico de este departamento Josep Lluís Joan, de las tres o cuatro variedades autóctonas de patata roja que había en Ibiza hace cien años, sólo queda una y ha estado a punto de desaparecer. En realidad, había desaparecido de los circuitos comerciales y sólo se conservaba en algunas explotaciones para autoconsumo. Ahora, se va a reintroducir la verdadera patata autóctona en los comercios de Ibiza gracias a una nueva partida, libre de virus, obtenida en la finca de Can Marines y en otra particular.

El proyecto se ha iniciado con 1.300 kilos de patata de siembra que se ha cultivado en un espacio de 1,3 hectáreas. La patata de siembra se repartió entre varios productores, incluidos algunos ecológicos, para sembrarlas en febrero y marzo.

Josep Lluís Joan explicaba en el acto de presentación realizado ayer en Can Marines, que actualmente hay en Ibiza un total de 150 hectáreas dedicadas al cultivo de la patata, de las cuales sólo 1,3 corresponden a la variedad autóctona ibicenca, «cuando hasta los años sesenta era la única existente». Otras 30 hectáreas corresponden a una variedad relativamente reciente, llegada en los años 70, llamada 'Desiré', «cuyas cualidades y usos culinarios la hacen muy parecida a la ibicenca». También esta variedad queda amparada bajo el sello de 'Sabors d'Eivissa'.

150 hectáreas en Ibiza

Por tanto, de las 150 hectáreas de patata cultivadas en la isla, menos de 32 pertenecen a especímenes locales. El resto, son variantes llegadas muy recientemente, incluso de ahora mismo, desde lugares como Gran Bretaña, donde los productores prefieren patatas que al hervir quedan excesivamente blandas, dado que las utilizan sobre todo para puré, un uso que en Ibiza y en España es excepcional.

«No toda la patata roja que vemos en la tienda es ibicenca; se habrá cultivado aquí, pero eso no significa que sea la variante ibicenca», afirmó Josep Lluís Joan.

«La única variedad con la que es concebible preparar un sofrit pagès, un bullit de peix o un guisado es con la patata ibicenca o la 'Desiré'», añadió.

El conseller Miguel Vericad alertó de promociones comerciales que «anuncian patatas como producto balear, cuando en realidad llegan desde la Península o incluso el extranjero». A partir de ahora, sólo la presencia del adhesivo con el lema 'Sabors d'Eivissa' garantizará plenamente su procedencia.

«La mejor sandía del mundo»

Lo mismo sucederá con la sandía, que está viendo cómo múltiples variedades foráneas de peor calidad no sólo invaden los supermercados insulares, sino que incluso triunfan entre la clientela. La última moda, la sandía sin pepitas, acapara cada vez más estantes, pese a que su carne no tiene comparación con la de la sandía ibicenca rayada, «la mejor del mundo», según certificó en el acto de ayer Joan Marí, representante de Agroeivissa y productor de esta popular fruta estival. «He comido sandías en Brasil, en Nueva Zelanda, en otros países, y no tienen nada que ver, tampoco con las del resto de España», afirmó. Marí dijo que el de ayer es «un día importante y digno de enhorabuena, también para el consumidor», que podrá identificar, gracias a la pegatina de 'Sabors d'Eivissa', la verdadera sandía local.

La variante ibicenca de esta fruta -que, sin embargo, no hunde sus raíces en un pasado tan remoto como sucede con la patata- se caracteriza por su «inigualable sabor, su textura sólida y crujiente y su inconfundible aroma», según los expertos.

Por su parte, el presidente de la Petita i Mitjana Empresa d'Eivissa i Formentera (Pimeef), Alfonso Rojo, dedicado profesionalmente a la distribución de frutas, se declaró «orgulloso» de que su gremio pueda contribuir a la difusión de este producto entre los consumidores.

Tras la presentación, en las mismas instalaciones de la finca de experimentación agraria de Can Marines, el cocinero del Ibiza Gran Hotel, Óscar Molina, hizo una demostración de recetas con patata ibicenca y sandía que hicieron las delicias de los presentes y demostraron una vez más su calidad.

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