Centenares de personas, la mayoría de ellas móvil en ristre, han asistido esta mañana al Vía Crucis de Santa Eulària, que durante más de dos horas las ha tenido con el corazón en vilo. Algunas turistas, como Paqui, han llegado, incluso, a llorar de emoción en los instantes en los que Jesucristo (interpretado un año más por Jesús Ángel Ramos Mateos) ha caído al suelo, víctima de los latigazos y del cansancio de arrastrar la cruz por las cuestas del Puig de Missa.

Un total de 38 actores (cinco más que el año pasado) han representado la pasión de Cristo en Santa Eulària. Desde el primer momento, cuando Jesús se ha entregado a los romanos en una recreación del monte de los Olivos a los pies de la colina, numerosos fieles y curiosos han seguido el recorrido, que ha vivido su momento álgido en la plaza de la iglesia. Cuando Jesucristo, sus captores, su madre María y el resto de actores han llegado a la explanada donde todo estaba preparado para la crucifixión, apenas se cabía. Los actores han seguido en su papel incluso cuando una espontánea ha comenzado a gritar: "¿Os gusta el sufrimiento? ¿Os gusta ver sufrir a la gente?". Gritos de los que, ante el desacuerdo de la mayoría de los presentes, ha desistido.

Los más rápidos han conseguido hacerse con un hueco en la abarrotada iglesia de Santa Eulària, donde han asistido a la resurrección de Cristo.